SMNklUíll IM.0 373 1 al 15 de febrero sumario Nacional. — VI Congreso de la CNT 6 Las fronteras de! cambio 7 Aragón. — ¿Más impuestos para el campo? 10 Cajas de Ahorro aragonesas: Aún no ha llegado el cambio 12 Entrevista. — Mari Carmen García Nieto 17 informe. — La arquitectura aragonesa de vanguardia . 19 Galeradas. — Javier Delgado 23 Paisanaje. — Francisco Aranda y Millán 36 I Aragón, un fantasma |en «El País» 42 I Coordinadora Provincial de Cultura en Huesca . 44 Y las secciones: Recortes de prensa. Esta tierra es Aragón, Rolde, Rincón del tión. El libro de la quincena. Artes liberales. Bibliografía aragonesa, Al cierre. Director: Eloy Fernández Clemente Redacción: Enrique Ortego Maquetación: E. Ortego y J. L. Cano Portada: J. L. Cano Administración: Garios Romance Publicidad: Jesús Rodríguez y Javier Inglés. Edita: ANDALAN, S. A. San Jorge, 32, pral. Teléfono 396719 Imprime: Cometa, S. A. Carretera Castellón, km. 3,4. Zaragoza. Depósito legal: Z-558-1972 Hablamos de la vida humana Las primeras cargas en profundidad han sido lanzadas contra el joven Gobierno Socialista. Ni siquiera los cien días de cortés espera concedidos por la oposición y los poderes económicos se han cumplido y las prontas declaraciones del titular de Sanidad, inmediatamente acompañadas de la urgente tramitación de un Proyecto de Ley sobre la Regulación del aborto, recordatario aquéllas de lo contenido en el Programa Electoral y posición ésta absolutamente legitimada por el resultado de las urnas, han tenido la virtud de agitar los espíritus controlados abriendo una polémica incontenible. Que se manejan argumentos contrarios en la defensa o en el ataque a una medida gubernamental entra dentro de lo coherente, lo necesario y lo deseable: que surgan como defensores de la vida quienes aclaman como líder a quien no hace excesivas fechas se permitía aconsejar, nada metafóricamente, operaciones sangrientas resulta por lo menos escandaloso e hipócrita. Que se abuse de los sentimientos religiosos aduciendo argumentaciones trasnochadas no sólo por la práctica social, sino por el decir de la ciencia, y que en tales ofensivas se identifique como criminal y como práctica antinatural la propuesta gubernamental, vuelve a presentar, descarnadamente, la vigencia de una soterrada guerra santa cuyos desafíos, con absoluta evidencia, la sociedad no está dispuesta a recoger. Que se pretenda centrar la polémica y dividir el mundo en defensores de la vida — los antiabortistas — y en emuladores impíos de Herodes es bochornoso y sorprendente, reconocida nuestra vinculación a Occidente donde tal práctica ha sido reconocida como conquista de los derechos de la mujer: hablamos de vida humana, claro está. El Proyecto de Ley, cuyas directrices han sido anunciadas, es enormemente restrictivo. Va a gozar de la virtud de no convencer ni a tirios ni a troyanos. Ni sus enemigos darán su brazo a torcer acumulando a su alrededor colectivos que aceleren el desgaste gubernamental, ni quienes piensan que, inequívocamente, las organizaciones feministas tenían algo fundamentalísimo que aportar mostrarán excesivo contento. Las restricciones son, afectivamente, sustanciales y, bajo su reconocimiento, se oculta la razón de ser fundamental que debiera inspirar una Ley de tal finalidad: el derecho de la mujer a decidir en conciencia sobre su destino singular. Y, como en fechas recientes ha quedado evidenciado en reportajes y juzgados, hay razones de hecho que pesan más rotundamente que los motivos terapéuticos o el embarazo por violación en la decisión jamás buscada por la mujer: la sospecha de un futuro siniestro, la negativa a verse convertida en esclava. Los cientos de miles de españolas que han abortado en clínicas extranjeras se sentirán culpabilizadas a la vista de la Ley. Y el continuo éxodo no se interrumpirá. Que el PSOE despenalice algunas prácticas debe ser saludado con tanta efusión como con similar respeto deben indicarse las insuficiencias de su Proyecto. Mientras tanto, oídos sordos a quien asegura que los hijos no deseados pueden encontrar el hogar que sus padres les negaron, afirmación tan gratuita como indecente: los orfelinatos están a rebosar. Y es que este pueblo ha comprendido que el Premio a la Natalidad no era una bicoca. ANDALAN 3