musica Los conciertos de la semana La crítica de hoy tiene que empezar, necesariamente, recomendando a los organizadores de recitales que obren de «concierto». En un tiempo temimos morir de inanición musical y hoy amenaza, bendita amenaza, el hartazgo'. El lunes 16 de febrero coincidían a la misma hora dos interesantes, a priori, recitales y el crítico, aún vacilante, dio de lado al Trío «Clara Wieck» — piano, violin y violoncello — que actuaba en la Caja de la Inmaculada y acudió a la Sociedad Filarmónica a escuchar al pianista francés Daniel Ericourt, Los amigos que hicieron una opción contraria han sido, de todas formas, suficientemente expresivos a la hora de resaltar los evidentes valores de ese Trío. Daniel Ericourt también los tiene. Se trata de un pianista ya veterano, que ofreció un recital corto (25 minutos la primera parte, 35 la segunda), y que fue generoso en las propinas y repeticiones para compensar, así, la primitiva racanería horaria. Que Ericourt se identifica plenamente con Debussy, con su música, con sus recuerdos, lo sabe tras el concierto todo asistente al mismo. La Fantasía en do menor de Bach, o las obras de Mendelssohn y Schumann que componían la primera parte, no fueron más que el pórtico al segundo cuaderno de los Preludios de Debussy que llenaron la segunda, o a las dos obras del mismo autor que ofreció en el «encoré». Esta identificación con Debussy no pasó, en bastantes momentos, de ser meramente formal. Ericourt apareció como un pianista de fraseo ágil y, al mismo tiempo, fácil, pero excesivamente frío, mecánico, no preocupado por transmitir los aspectos más puramente temperamentales de las partituras interpretadas y excesivamente atento al sentido descriptivo. En algunos momentos no encontró el piano en acordes bajos decisivos, aunque este defecto en un recital de dificultad innegable no deba ser valorado en demasía. La entrega y simpatía demostrada en el tiempo de las repeticiones sirvieron para conectar a Ericourt a un público no demasiado propenso a aplaudir este día. Si hubo una opción el lunes entre recitales coincidentes en nuestra ciudad, el crítico debió volver a hacer una elección el domingo día 22. El concierto descartado fue esta vez el del pianista Milosz Magin, que inauguraba la época del romanticismo en eF ciclo de Introducción a la Música para acudir a escuchar el recital de órgano que un artista de adopción aragonesa, José Vicente González Valle, daba en la Basílica de Santa María de Vilafranca del Penedès. La oportunidad de contemplar la interpretación del músico y musicólogo zaragozano era sumamente apetitosa, y el resultado, además, compensó las escasas molestias del viaje. González Valle interpretó obras de Buxtehude, Bach y Vivaldi en un órgano de sonido claro y limpio. Con una técnica perfecta y una lectura inteligente y sensible de las obras, el artista logró los aplausos y la simpatía del público que en buen número acudió a oírle. Es de esperar que pronto haya en Zaragoza una oportunidad para escuchar a uno de nuestros músicos, sin duda, más valiosos. ENRIQUE SAENZ DEL POZO Las maravillas del Oasis Atención al Oasis, colegas. Porque están pasando cosas muy buenas por allí. La última, un excelente recital a cargo del Oliver Jackson Quartet, que prolonga el tratamiento sistemático de jazz de primera línea que nos trajo recientemente a Louis Hayes. Oliver Jackson vino con un trío formado por el discreto pianista Cliff Smalls, el excelente bajista Leonard Gaskin y el saxo alto Jimmy Powell, resultón él. En realidad debería haber venido Budd Johnson en este último puesto, pero un infarto impidió su presencia. Resulta poco menos que increíble que en Zaragoza hayamos podido asistir al inicio de la gira europea de un grupo de esta categoría (entre los que había acompañantes de Dylan, Elvis y jonny Terry, para dar una idea « con quién nos jugábamos los cuartos). Pero así fue. La resPuesta del público, desgraciadamente, no estuvo a la altura de as circunstancias. Contar con jn local tan entrañable y acogeaor como el Oasis, con unos programas tan atractivos como los que en él se están montando y dejarlo pasar, puede significar que no volvamos a catar el paño por el escalde y desánimo de cualquier empresario emprendedor y valiente, como lo es sin duda en este caso el del Oasis. Luego vendrán las lamentaciones. El recital fue mucho más que bueno, fue relajado, alegre, lleno de brillantes e irónicas ilustraciones por parte de Oliver Jackson de cómo se utiliza una batería sin grandilocuencia ni fáciles efectismos. E incluso dieron una oportunidad a un espontáneo del cuadro habitual de la casa para que cantara un par de temas. Angel Guinda viene a continuación con un happening-presentación de su último libro. Vida Avida (esperamos poder ocuparnos de él en el próximo ANDALAN), y parece que, por fin, esta vez sí que comparecerá Camarón de la Isla, después del plantón que nos dio recientemente. 3 DIOPTRIAS Lluís Llach, Verges 50. Ariola. Bien por Llach. Bien por Llach, porque ha hecho lo que ha querido, saltando por encima de modas y pamplinas. Frente a los cantautores obsesionados por sonar «al día», Llach se ha tentado las entretelas, se ha apercibido de lo que le pedía el cuerpo y ha entrado a matar sin más preámbulos. Y ha recompuesto la vida cotidiana de los años cincuenta en su pueblo natal de Verges, en el Ampurdán, con un tratamiento que cabría calificar, sin errar excesivamente, de música descriptiva o impresionista. Pero poco importa que el LP siga anclado en Ketelbey o Debussy y que en ocasiones se escore hacia la grandilocuencia de que Llach dio tan cumplida muestra en Campanades a morts. Porque es en todos los casos un disco tan visceral y lleno de sentido que sólo queda pedir a todo quisque que haga lo propio: que pase de lista de éxitos, de sintetizadores y de lo haga falta y nos cuente cosas suyas, intrasferibles, que no suenen igual que el inglés, italiano, alemán, japonés o americano de turno. Y el diseño de la carpeta es una maravilla, que reproduce el ciclo vital campesino gráficamente: de la salida del sol a la procesión como símbolo de la muerte. The Korgís, Dumb waiters. Zafiro. Los Korgís empezaron como dúo y nuevaoleros y han terminado por ser trío y sinfónicos, o algo así, situándose entre los que rondan en torno a la escuela Yes royéndoles los tobillos a los históricos a ver si caen del trono. Unos, como los Buggles, cuando son llamados a participar en el festín no le hacen ascos y van, se lían la manta a la cabeza, se olvidan de experimentalismos y se integran en los mismísimos Yes por aquello de los doblones y el mogollón. Otros, como los Korgís, aprovechan la moda New Wave, se cuelan en las listas y luego sacan la antena y hacen lo que realmente les apetece, que en su caso es algo muy parecido a la Barclay James Harvest en tierno. Crosby, Stills & Nash, Replay. Atlantic- Hispavox. Realmente, sí, va de replay total, una vuelta a empezar, un dale que te pego. Esto es: que uno ya ha perdido la cuenta de qué número hace ésta entre las selecciones que se han publicado del famoso trío con o sin Neil Young en la plantilla. Y, sin embargo, no es de las más tópicas ni obvias. En cierto modo, rescata temas secundarios, pero dignos de escucharse con detenimiento. Por ejemplo, «Carry on» en una versión remezclada en octubre de 1980 con la adición de dos guitarras eléctricas y sin la intervención vocal de Young. Y ahí está la preciosidad de «Marrakesh Express» o «Cathedral» de Stills, con otras interesantes recuperaciones. U. K. Subs, Brand new age. RCA. Los U. K. Subs son algo así como unos Sex Pistéis que siguieron ciscándose en la Reina y toda la corte celestial de Buckingham, pero después de la catástrofe nuclear. Si en el Mutant World de Richard Corben hubiera habido música, ésa sería la de U. K. Subs, que llevan el punk al paroxismo del holocausto poniendo aquí y allí unos neutrones, un poco de plutonio y unos ritmos desaforados sólo aptos para ser escuchados en las alcantarillas entre chillidos de ratas. Obviamente el LP es un homenaje a Huxley y su Brave new age, que ellos han convertido en «estigmatizada nueva era», traduciéndola en unos sonidos sucios, agresivos e inquietantes. En fin, de una sobrecogedora pureza punkie, casi ¡nocente de puro bestia. John Renbourn, Another Monday. Guimbarda. El versátil John Renbourn, alma de Pentagle y asiduo, por tanto, de Guimbarda, nos ofrece un doble LP decididamente folk. De folk muy puro, sin excesivos adornos para lo barroco que a veces se pone este excepcional guitarrista y aceptable cantante que es Renbourn, En algunos cortes le acompañan Davy Graham y Bert Jansch, logrando un conjunto acústico relajado, tradicional y casi de repertorio de club de folk inglés. Blues, melodías isabelinas adaptadas para guitarra, clásicos como «John Henry» o «Candy man», viejos espirituales, canciones de ruta en un mosaico de impecable buen gusto. 3 DIOPTRIAS no importa el lugar, si la suscripción es buena suscríbete al 'nuevo' ANDALAN PRECIOS DE LA SUSCRIPCION (un aftol ESPAÑA (correo ordintrio) 2.800 ptas CANARIAS (correo aéreo) 3.300 ptw EUROPA, ARGELIA. MARRUECOS. TUNEZ. USA y PUERTO RICO (correo (érao) 3.300 plat RESTO DEL MUNDO (correo eéreo) 4.400 ptei SEMESTRAL: la mitad de lo» precio* anuala* Don (a) — Profesión Domicitio Población Provincia Dto. postal. Dm—o auscríbirma al periódico «rasené* ANDALAN por un arto tra ~, prorrogabta mtattru no aviaa on contrario. DomteMan al cobro an al banco _ — Anaoota Envio al importa (chaqua Pagar* contra raamboiao (Recorta y envía aata boletín. NO NECESITA FRANQUEO.) «•IMO Andalán, 27 da fabraro al S da marzo da 1981