televisión 12 (D M ü bibliografía aragonesa Una inmensa ojeada a nuestra Edad Media Entrevistadores Joequfa Soler Serrana Hace algunas semanas dimos la noticia de la aparición de este libro, «Historia de Aragón en la Edad Media: Bibliografía para su estudio», de Agustín Ubieto Artcta. Pero es un libro que no podemos dejar en la lista de novedades sin destacar más extensamente algunos de sus muchos valores. Se trata, en efecto, de un esfuerzo impresionante, de un regalo a nuestra tierra como pocos en los últimos años. La paciencia, la generosidad y la profesionalidad de Agustín Ubieto han levantado este monumento a nuestro pasado, que va, aunque su prólogo vaya cargado de humildades, más allá de la pura Edad Media, pues hay muchos consejos y orientaciones que sirven para cualquier época, para todo estudioso de nuestra historia. Todos estos miles de fichas — más de 7.000 — en más de cuatrocientas páginas apretadas nos muestran que, a pesar de algunas lagunas o retrasos sectoriales, las últimas décadas han elaborado montañas de estudios que, finalmente, habrán de dar lugar a las grandes síntesis. Entre las carencias, aunque se trabajaba en ello actualmente, el autor señala la necesidad de urgentes investigaciones y estudios analíticos de literatura, arqueología, demografía, clases sociales, economía en general, nivel y modos de vida, instituciones y costumbres, siempre referido todo ello a la Edad Media. Y es que, con acertadísimo criterio, se opta por la historia total, que ponga en contacto y relaciones toda manifestación colectiva. En ese sentido hay novedades profundamente renovadoras, al incorporar grandes cantidades de datos sobre el Aragón musulmán y judío, sobre relaciones dentro de toda la Corona de Aragón, especialmente en el Mediterráneo, y con otros reinos. Muy didáctica la presentación de los grandes bloques de datos: concepto de la historia, fuentes, ciencias auxiliares, instrumentos y medios de trabajo, lugares de trabajo, forman un primer grupo extraordinariamente útil a todo estudiante, profesor, investigador. El apartado de sociedad y economía es quizá el más amplio y denso, y le acompañan a distancia los de formas políticas, instituciones, derecho, asociaciones humanas, milicia. ¡Claro que en este caso nos hubiera gustado, y lo seguiremos esperando, pues se nos promete, una guía-comentario que introdujera brevemente los temas, que comentase los principales títulos, lo que para el profano sin duda sería una ayuda fundamental! Comprendemos la elección, respetuosa con otros criterios, discreción y servicio escuetos, pero añoramos desde ahora mismo esa gran guía, que ojalá tenga en unos años parangón en otras épocas de ía historia aragonesa y en otro tipo de estudios. Otros bloques de datos: cultura, arte y religión; y, ya en fases o grupos sociales concretos: reconquista y repoblación, musulmanes y cristianos, para, ya en este estadio, desmenuzar los orígenes, los reinados hasta Fernando II y, como queda dicho, las relaciones exteriores. Otros títulos: Guara sigue adelante su empeño en reeditar a Benjamín Jarnés, y acaba de hacerlo con Lo rojo y lo azul, con la misma prodigiosa pulcritud y acierto; L. González Rodrigo vuelve a editar y distribuir otro, interesante título: Luz sobre el origen del puente de piedra de Zaragoza, con mucha documentación y muy hermosas ilustraciones y comentarios. Librería General, de Zaragoza, en una colección de «vitacultura y antroponomía», presenta Un ciclo biológico olvidado: la semana, curiosísimo libro de Pablo Sanz Peiró. E. F. C. Es la entrevista el género informativo por excelencia en la televisión. Se trata, en apariencia, de la tarea más sencilla del mundo: preguntar a quien se supone que sabe algo del tema que nos interesa. Sin embargo, hay que ver la cantidad de formas diversas en que puede hacerse. Dentro del género sofisticado — dejando aparte al señor Hermida, de quien ya hemos hablado en esta sección — el número uno es, sin lugar a dudas, López Pedrol, el entrevistador catalán de Cosas. López Pedrol es un entrevistador fraudulento. El entrevistado no importa apenas y no pasa de ser un mero comparsa para el lucimiento personal del periodista. No obstante, hay que reconocer que sus entrevistas son un espectáculo — en ellas todo es ficción— entretenido y original. Hay otros que tienen un sentido reverencial de su profesión, como es el caso de Joaquín Soler Serrano. Este es un hombre serio, concienzudo y cabal y sus programas (A fondo y Sin fronteras) gozan de la impronta de su director: son aburridos, solemnes y serviles. Soler Serrano tiene la extraña manía de pensar que sus personajes fascinan al espectador sólo por su nombre, independientemente de que digan o les hagan decir — esto nunca — algo de interés. Quizá por ello, por esa concepción mística del periodismo, Soler Serrano es uno de los hombres mejor pagados de TVE. Dicen que la fe obra milagros. En Las cuatro esquinas hay un joven entrevistador, de cuyo nombre no puedo acordarme, que me tiene estupefacto. Sin mirar al entrevistado, el joven citado lee las preguntas de su guión con la particularidad de que el cuestionario está escrito en un lenguaje ininteligible y fa¬ rragoso, de preguntas larguísimas y meramente especulativas, de las que, al final, ni el espectador ni el entrevistado (como le ocurrió recientemente a Juan Benet) entienden nada. Lo curioso es que el programa se define como cultural divulgativo. El más violento, con todo, es mi estimado Javier Vázquez, presentador de Gente. Del señor Vázquez, todos le conocemos bien, no voy a señalar más que lo evidente: mientras pregunta, aspea los brazos como si le fuese a dar un capón al entrevia, tado. Es sólo una pequeña muestra de la especie en cuestión. Para los que se quejan de aburrimiento cuando ven la televisión les propongo que se diviertan contando los diferentes tics de nuestros bustos parlantes. Quedarán admirados por la lista. SALVADOR GRACIA Benjamín Jarnés, en Madrid El Ateneo de Madrid, en colaboración con la Editorial Guara, organizó el 27 de enero un homenaje al escritor aragonés Benjamín Jarnés en el que intervinieron Santos Sanz Villamera, Rafael Comte, Francisco Ynduráin, Fernando Chueca Goitia, Manuel Andújar y José Carlos Mainer. El acto, que estaba motivado por la publicación de una novela inédita del escritor, «Su línea de Fuego», y la reedicción de «El convidado de piedra» y «Lor rojo y lo azul», sirvió para reivindicar su vigencia narrativa y condenar el silencio al que ha estado sometido. iRacorta y «nvia «ata bolatfn, NO NECESITA FRANQUEO) F. D. Autorización núm. 3.084 (B. O. da Corraoa da 29-YIM974 RESPUESTA COMERCIAL A franquear an daatino Hoja de pedido de Librería amlaláii Apartado núm. 25 F. D. ZARAGOZA I C/5 W > > r C > De izquierda a derecha: Santos Saaz VUiamcra, Rafael Coate, Fraaciaco Ynduráin, Fernando Chueca Goitia, José-Carlos Mainer y Manuel Andújar. «Benjamín Jarnés fue un seminarista que no se ordenó, un maestro que no enseñó jamás, y un teniente que no llegó a mandar. La revitalización de este escritor es una deuda que hay que pagar», dijo el presidente de! Ateneo madrileño en el acto de presentación. A continuación condenó el olvido que ha rodeado al escritor aragonés, aspecto que subrayó igualmente Santos Sanz Villanueva, quien manifestó: «Se le podía reprochar insustancialidad argumenta!, inclinación al virtuosismo, intrascendencia temática; esta personal manera de escribir le hurto lectores y elogios de la crítica, pero Jarnés logró^ un orbe novelesco rico, cofre* rente y homogéneo. El profesor Francisco Ynduráin destacó el paso del escritor aragonés por la «Revista de Occidente» y la tertulia de Ortega. «No fue un poeta aunque conviivó con la Generación del 98. Sus géne¬ ros exclusivos fueron novela, ensayo y biografía, con calidades intercambiables.» Manuel Andújar descubrió aspectos personales de Jarnés durante el exilio y Rafael Conte, en una breve alocuación, indicó que él había sido uno de sus maestros. José Carlos Maniner, director de la colección Nueva Biblioteca de Autores Aragoneses, de la editorial Guara, presentó los títulos publicados y los que se hallan en preparación, Situó a Jarnés en su época, como miembro del novecentismo español, y atribuyó su descrédito actual a su carácter de prototipo de la burguesía. «Pero ahora se dan las condiciones para desempolvarlo de estereotipos y reintegrarlo a sus lectores. A Jarnés — dijo— hay que volver a leerlo porque está en esa línea de novela linca que hicieron Miró, Azorin, Hermán Hesse o Virgina Woolf.» Andalén, 27 de febrero al 5 de marzo de 1981