HELGE FISCHER Apenas han pasado diez años de que socialdemócratas, comunistas, cristianos y ciudadanos independientes de la República Federal de Alemania (RFA) salieron juntos a la calle en apoyo de la «Ostpolitik» (política oriental) del entonces canciller Willy Brandt, una política de distensión y aproximación hacia los países más afectados por la agresión nazi. Una nueva esperanza surgió entre la población qué se manifestó en el aplastante triunfo electoral del socialdemócrata Brandt en 1972. Acusaciones de la derecha Pero mientras el canciller se hincaba de rodillas en Varsòvia pidiéndole perdón al pueblo polaco — uno de cada tres polacos había sido asesinado • en la segunda guerra mundial por las tropas alemanas — , quienes siembre habían sacado los frutos de la guerra fría expresaron su desagrado en una larga campaña de tergiversación. Algunas veces, la propaganda derechista parecía ser satírica: la acusación de que una «fracción Moscú» en el partido socialdemócrata intentaba organizar un «frente popular» con los comunistas, se repitió incesantemente para obligar al Gobierno a testimoniar su creencia en la sociedad capitalista y sus necesidades. Una de ellas es la producción de armamento. La industria de armamento tiende siempre a crear una producción mucho más grande que la demanda; por eso mismo se necesita la noción de un enemigo que justifique la carrera armamentista. La descabellada política de «desarme a través del rearme», formulada en la segunda mitad de los años sesenta, brotó de este nexo. Ya antes, en 1973, la Orden Ministerial acerca del no empleo de extremistas — que hoy afecta incluso a socialdemócratas — fue un intento de reconciliar la filosofía conservadora con la política de distensión. Nuevos misiles Sin tregua, los cristianodemócratas y los sectores más a la derecha repetían el insípido sermón de que los socialdemócratas se habían juntado con el vulgo de la calle, manejado por los comunistas. Y a lo que parece, han logrado algunos de sus propósitos. En el año pasado, un ministro de Defensa del partido socialdemócrata introdujo las juras de bandera como espectáculo público. Tampoco se consideró suficientes los 7.000 proyectiles atómicos ya estaciones en la RFA. En diciembre de 1979 la OTAN aprobó en Bruselas el estacionamiento de 108 cohetes «Pershing II» y de 96 cohetes «Cruise missiles». Los primeros llegarían a su punto de destino —que es, sin duda, la URSS— en menos de cinco minutos. No habría tiempo para una alarma Alemanes, por la paz más emocionante — persistan las contradicciones entre los respectivos grupos, incluso entre los ■■ j _ ^^w^m jt ■ mismos que participan en el mo- No todos dicen «sí» a la OTAIM vimicni0 rara ci desarmc- pero Ahora que el tema del posible ingreso de España en la OTAN se ha situado en primer plano de la actualidad, a raíz de las reiteradas declaraciones de miembros del Gobierno, en el sentido de que éste quiere que nuestro país se adhiera a dicha organización militar, resulta especialmente interesante conocer la oposición que, dentro de un país tan caracterizadamente «atlantista» como es Alemania occidental, está teniendo uno de los proyectos más acariciados por la OTAN: el rearme nuclear. preventiva al lado del país atacado. De nuevo la guerra es «manejable» como lo exige la nueva táctica atómica de los EE.UU. Entonces, ¿están dispuestos todos los alemanes a vivir en un gran almacén atómico que significaría la jauja para Reagan y Haig? ¿Están todos los alemanes ahogados completamente en la ciénaga de una servidumbre militar? No. En Krefeld, una pequeña ciudad cerca de la frontera con Holanda, se reunieron en noviembre pasado sindicalistas, científicos, diputados, etc., para celebrar un foro contra la amenaza atómica. En Krefeld intervino el ex general de tanques Gerd Bastían, el cual había de retirarse del servicio militar el año pasado. Se negó a aceptar la citada decisión de la OTAN y reprobó también el pretexto con el que se justifica generalmente cada nuevo paso en la carrera de armamento, diciendo que existe una amenaza atómica contra la RFA por parte de la URSS. En la organización del foro colaboró el ex coronel Josef Weber, cómo convocante. Ya en vísperas del mitin de Krefeld tuvieron lugar manifestaciones antimilitaristas. Después de la jura de bandera en Bonn, en noviembre pasado, reclutas vestidos en uniforme protestaron en la iglesia «Stiftskirche» contra este espectáculo público. Unidos y en contra La voluntad y la facultad de los distintos grupos sociales, incluidos funcional ios del Ejército, de colaborar en el anhelo de desarme, tiene su repercusión tanto en el Gobierno como en la población. El ministro de Defensa Hans Apel (SPD) habla de un «pacifismo alarmante», mientras veinticuatro diputados socialdemócratas rompieron la disciplina del voto pidiendo un recorte del presupuesto militar por valor de unos mil millones de marcos (40 mil millones de pesetas). Estos diputados y los participantes del foro de Krefeld están siendo denigrados como «tontos útiles» en el juego mundial del comunismo. El diputado Karl-Heinz Hansen (SPD) calificó la actitud del canciller Helmut Schmidt en lo que toca la venta de armas a Arabia-Saudita y Chile como «antisocialdemócrata». Ahora, este diputado se ve sometido a medidas de orden en su partido. A pesar de todo crece la cantidad de firmantes del «Krefelder Appell», el llamamiento hecho por los participantes en el mitin y que solicita la anulación de la decisión de OTAN. Como firmantes figuran incluso senadores de SPD de Bremen, a la vez que comunistas y ecologistas, cosa que parecía imposible hace poco. La cohesión aumenta a pesar de que — y esto es lo estas diferencias empiezan a ser motivo para entrar en diálogo y clarificar sus propios perfiles ideológicos en acciones comunes, en lugar de significar el punto donde el adversario aplique una palanca para romper la unidad. Feministas, ecologistas, sindicalistas y asociaciones de vecinos ponen de relieve la necesidad de de,tener la carrera de armamento, cuyos sacrificios ningún país puede aguantar sin terminar en una catástrofe económica o por las armas mismas. Helge Fischer. Profesor lector de Alemán, de la Universidad de Zaragoza. D r+ CD 03 O O D El sindicalismo Tümmers, el exgeneral Batiau y el pastor Niemoller, partid pantes en el foro de Krefeld. CASA EMILIO COMIDAS ABIERTO DOMINGOS RESERVA DE MESAS Nuevo comedor especial para: BAUTIZOS, COMUNIONES, CONFIRMACIONES, BODAS, EXTREMAUNCIONES, SEPARACIONES, AJUNTAMIENTOS, LIGUES, FESJETOS y similares. REUNIONES, CONVENCIONES, CONGRESOS, INGRESOS en PARTIDOS, SALIDAS de PARTIDOS, REINGRESOS, CONVERSIONES, CAMBIOS, RECAMBIOS, SEGUNDAS NUPCIAS, MAS REUNIONES, NUEVOS BAUTIZOS, MAS SEPARACIONES, NIÑOS Y MILITARES media entrada. Avda. Madrid, 5. Teléfonos 434365 y 435839 Andalán, 8 al 14 de mayo de 1981