c O) CD L·m CD LOLA CAMPOS Comisiones Obreras (CC.OO.) y Unión General de Trabajadores (UGT) convocaron conjuntamente en Zaragoza, la manifestación del primero de mayo bajo el lema: «Por la libertad, contra el paro y por la implantación del sindicalismo de clase». Este mutuo acuerdo de las dos centrales mayoritarias, y la sombra del 23 de febrero, fueron los aspectos novedosos del año con respecto a celebraciones anteriores. El paro, inevitablemente, volvió a ocupar un lugar preferente. Manifestación y cargas policiales A las doce de la mañana daba comienzo en la plaza de los Sitios de Zaragoza la manifestación unitaria de CC.OO. y UGT, encabezada por representantes de dichos sindicatos, a los que seguían parlamentarios del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), concejales socialistas y comunistas del Ayuntamiento y dirigentes de ambos partidos, así como de la izquierda extraparlamentària. A cierta distancia, bien delimitada por el servicio de orden, desfilaron un millar de personas entre los que se encontraban militantes del Movimiento Comunista de Aragón (MCA), Liga Comunista Revolucionaria (LCR) — cuatro de sus militantes habían sido detenidos esa misma mañana por colocar unas pancartas en solidaridad con Euskadi y el líder irlandés Bobby Sands — , Partido Comunista Marxista Leninista (PCE-ml), Confederación Nacional del Trabajo (CNT), Frente Feminista, un reducidísimo grupo del Partido Comunista Unificado (PCEU), gente de la Asamblea de Parados, etc. El griterío y el afán reivindicativo Sólo unos miles de aragoneses respondieron Flojo primero de mayo Poco más de 5.000 personas recorrieron el pasado viernes las calles de Zaragoza, en la que fue la manifestación más numerosa de la región para conmemorar el primero de mayo. En Huesca, Binéfar o Sabiñánigo, las convocatorias sindicales no lograron reunir a más de 300 asistentes. En otras localidades, el asfalto, la pancarta o el grupo reivindicativo fueron sustituidos por la comida campestre que, entre bocado y trago, unió a los trabajadores en una jornada carente de fervor. IUUU gil que este grupo imprimió al recorrido contrastó con el paso casi silencioso del grueso de la manifestación, que salió por primera vez del sopor al exigir la devolución del patrimonio sindical cuando se pasaba por enfrente del edificio del antiguo sindicato vertical. A su paso por Capitanía General, el grupo de la izquierda extraparlamentària, puño en alto, entonó la Internacional" al tiempo que exigía la depuración de los golpistas y gritaban consignas como «trabajo y libertad, castigo a los golpistas», confundiéndose con otras de signo republicano o feminista: «cobarde el compañero que pega a la mujer». Tampoco faltaron muestras de solidaridad con la huelga de hambre de los jornaleros del campo andaluz. Unos metros más adelante, la intervención de la Fuerza Pública, que retiró alguna bandera republicana portada por el PCE(ml) y algunas pancartas, ocasionó el primer incidente de la manifestación. Ya en el Coso, la provocación de un grupo de fascistas volvió a iñterrumpir la normalidad, acabándose con la intervención, nuevamente, de las fuerzas del orden que cargaron contra la cola de la manifestación. Entretanto, junto al Mercado Central, los líderes de CC.OO. y UGT daban por finalizado el acto con la lectura de sendos comunicados en los que remar¬ caban la necesidad de luchar contra el paro y consolidar la democracia. Alfredo Aróla, secretario general de UGT, afirmó que hay que fortalecer y consolidar los sindicatos, señalando que «porque queremos vivir en libertad, hemos de decir que no renunciaremos a mantener nuestras reivindicaciones laborales y sindicales». Por CC,00., su dirigente, Lorenzo Barón, criticó la política económica del Gobierno, la Ley Básica de Empleo y volvió a insistir en la gravedad del momento político del país: «En esta situación, los trabajadores debemos destacarnos con toda nuestra energía en defender la Constitución». Y poco más En otras poblaciones aragoneses, como Huesca, Binéfar y Sabiñánigo, las manifestaciones fueron también el principal acto público del 1.° de mayo. En la capital oséense, CC.OO. y UGT reunieron a unas 300 personas. Sensiblemente inferior fue la concentración celebrada en la plaza de España de Binéfar, también programada por las centrales sindicales mayoritarias. En Sabiñánigo, la convocatoria venía firmada por todas las fuerzas políticas y sindicales de la izquierda. En todas ellas, la fiesta acabó con una comida en el campo. La experiencia de años anteriores aconsejó a los dirigentes sindicales de otras localidades de la región conmemorar el 1.° de mayo bajo signo distinto al de las concentraciones masivas. En Teruel, UGT y CC.OO. congregaron a unas 300 personas en Caudé — donde están enterradas más de 1.000 víctimas de la Guerra civil — en un acto simbólico. Los ugetistas dieron por finalizada la celebración con una comida en el campo. En Monzón, la comida campestre vino precedida de unas charlas que UGT y CC.OO. programaron con motivo de esta fecha, en las que se habló de la mujer trabajadora y la negociación colectiva. Tampoco en la provincia de Zaragoza faltó la fiesta en el campo. Junto al pantano de Mequinenza, cerca de 2.500 personas de Caspe, Fayón, Mequinenza y otros pueblos de la comarca se reunieron, como habían hecho en los dos años anteriores, en una comida de fraternidad por iniciativa de los ayuntamientos, y en la que no faltó la hoja explicativa sobre la significación del primero de mayo y, claro, la sangría. En Pedrola no hay parados L. C. Mientras miles de personas hacen cola diariamente en las oficinas de empleo de la ciudad, en busca de ese puesto de trabajo que nunca llega, los hombres de Pedrola inician una nueva jornada laboral. Su Ayuntamiento ha logrado el milagro de suprimir el paro en la población, ocupándola en obras municipales, a la vez que se ahorra buena parte del costo de las mismas. Vistas desde esta población ribereña de 2.280 habitantes, las cifras nacionales de parados son algo ajeno a la realidad local. Cuando en 1979 la nueva corporación municipal — formada por nueve concejales independientes (hoy, cinco militan en el Partido Socialista Obrero Español) y dos de Unión de Centro Democrático — inició las obras de pavimentación, el problema del paro en Pedrola, que afectaba a unos 32 trabajadores, en su mayoría provenientes de la construcción, no era muy agobiante, pero sí preocupaba. Estas obras municipales y las que a partir de entonces iba a acometer el Ayuntamiento podían ser la salvación de algunas familias y el freno de una emigración que, en 20 años, se había llevado a más de 700 pedrolanos a otros lugares del país y dél extranjero. Y lo han conseguido. En una asamblea, los habitantes de Pedrola decidieron poner en marcha las obras de pavimentación de las calles, presupuestadas en 1977 en 40 millo¬ nes de pesetas, a través del régimen de comunidad. Compraron materiales y herramientas, dieron los pasos oportunos para lograr subvenciones oficiales, nombraron una junta que controlase su marcha y los trabajadores en paro se incorporaron a sus nuevos tajos. Unos meses después, un real decreto establecía la contratación por los ayuntamientos de obreros con subsidio de desempleo y el tema aún se hizo más fácil. Al mismo tiempo, el Ayuntamiento servía de puente entre las empresas con contrata en las obras de construcción de la factoría de la General Motors y sus vecinos. Muchos de ellos engrosan hoy las nóminas de esas empresas y otros, unos 18, se distribuyen en dos cuadrillas y siguen en las obras de pavimentación. También la construcción del nuevo complejo polideportivo ha absorbido la mano de obra local, dando trabajo a 18 parados. Asimismo, las obras del Centro Cívico Social han creado otros 16 puestos de trabajo. Entre ellos hay gente de todas las edades y condiciones; jóvenes con carrera de tipo medio o trabajadores del campo que simultanean las campañas del maíz, la cebolla, etc., con el trabajo en la construcción. A muchos hay que empezar por enseñarles lo más elemental, pero todos cobran unos salarios que oscilan alrededor de las 1.500 pesetas diarias. «En los últimos días — explicó el alcalde, José Marco — hemos dado trabajo a tres personas de fuera y a gitanos del pueblo que lo han pedido. Pero tampoco sobra trabajo; a veces han tenido que esperar hasta que hubiese un hueco». La picaresca también ha hecho acto de presencia y, aunque sólo puedan contarse casos muy excepcionales, ha habido quien ha alquilado una casa o un local en Pedrola para ver si así, desde su condición de «vecino», metía un pie en la General Motors». Para el alcalde, este método aporta notables ventajas para el pueblo. «Estamos ahorrando entre 2,5 y 4 veces más que si lo hiciésemos por planes parciales o cualquier otro sistema. Todo el dinero revierte en el pueblo y se va creando un círculo económico. Además, toda obra realizada por uno mismo es más respetada. Por otro lado, se han dado puestos de trabajo, evitando los proyectos y requisitos que exigen otros sistemas legales de obra y mantenemos a la gente en Pedrola, que tiene una población muy envejecida». Pero José Marco se queja de la poca ayuda recibida: «La Diputación nos tiene prometidos 4 millones de pesetas para el complejo deportivo que nunca llegan, y en las oficinas de empleo nos hemos encontrado, a veces, con que no tienen ni la relación de parados». Unos terrenos vendidos a la General Motors por valor de 65 millones de pesetas, han servido para dar un respiro económico a un Ayuntamiento que, cada semana, debe hacer frente a millón y medio de pesetas de gastos. t4 C066RAN.~ Andalán, 8 al 14 de mayo de 1981 I