c o O) CD i— CD Cubos y viejos botes de pintura recogen el agua de las goteras de la casa de Goya en Fuendetodos. Polémica por las casas de Goya Fuendetodos: del abandono a la esperanza JOSE CARLOS ARNAL Vive Fuendetodos en una prolongada apatía desde hace años. Separado de Zaragoza por 44 kilómetros de carretera estrecha y árido paisaje, tiene el pueblo un mejor aspecto — limpio, escoscado — que el que, en general, se le supone a una villa de 150 habitantes. Claro está que hace tan sólo treinta años tenía tres veces más vecinos que ahora. Pero es que a Fuendetodos ni el ser la patria chica de Goya le ha salvado del proceso de empobrecimiento y emigración del que están enfermos tantos pueblos aragoneses. Y no es raro que la gente se marche, pues el cereal no da para mucho y ni siquiera tienen agua corriente. Dicen que Fuendetodos huele a Goya. Parece mucho decir, la verdad. Un pequeño letrero en el desvío de la carretera nacional, unos carteles que guían al turista dentro del pueblo, una casa pobrísima de la que nadie diría que es un importante lugar histórico... Los fuendetodinos están naturalmente orgullosos de su paisanaje con un pintor del que dicen que es tan importante; pero, además de esta pequeña vanidad artística, saben que la única esperanza que tiene el pueblo de abandonar el camino de nada y de remontar un poco el vuelo es Goya. Nadie se ha preocupado Cierto es que hay algunos que no lo ven nada claro sin que les falte razón, puesto que 235 años después del nacimiento del pintor aún no se ha hecho nada verdaderamente positivo para el pueblo. La casa natal,, el talismán del que los fuendetodinos llevan tanto tiempo esperando alguna maravilla, ofrece al visitante un desolador aspecto: grietas, goteras, maderos rotos, suelos inclinados, que no pueden ser disimulados por la modestísima decoración que los Zuloaga, los propietarios, han dejado en la casa, que por no tener, no tiene siquiera una instalación eléctrica que permita visitarla cuando falta la luz del sol. Mientras toman café en el Hace unos días un reportaje de TVE mostraba el duro contraste que hay entre el estado de la primera y última de las casas que habitó Goya en este mundo. Mientras la casa de Fuendetodos está en un lamentable estado y amenaza con caerse, la casa de Burdeos ha sido convenientemente amueblada y arreglada para instalar un «Memorial Goya» con el patrocinio del Ministerio de Asuntos Exteriores y la colaboración del Ayuntamiento de Zaragoza y de la Diputación Provincial. Sobre quién es el verdadero responsable de que la casa donde nació Goya esté tan abandonada, se ha levantado una fuerte polémica que, al final, ha desembocado en un movimiento público para recuperar lo que de aragonés ha habido en nuestro pintor más universal. «Mesón de la Maja», que la Diputación y el patronado instalaron junto a la casa de Goya, los fuendetodinos ven pasar a los turistas que llegan, guiados por ese goyista infatigable y despierto que por auténtico amor al arte se dedica a enseñar la casa. Luis Esteban Blasco lleva haciendo esto desde hace 38 años y ya empieza a estar cansado. Pronto se marchará a Calatorao a pasar sus últimos años en compañía de su hijo. Luis Esteban es consciente de que en Fuendetodos, con una población envejecida y un Ayuntamiento pobre, no pueden hacer nada por sí mismos. Y de la Diputación Provincial y del Patronato que, en teoría, debería cuidar la casa, tampoco espera nada. «Aquí el único que se preocupó un poco fue Antonio Zubiri cuando fue presidente de la Diputación.» Luis Esteban, por supuesto, ha sido el primero en no comprender muy bien por qué las instituciones zaragozanas han dado dinero para arreglar la casa donde murió Goya en Burdeos mientras que la casa natal, a unos pocos kilómetros de Zaragoza, amenaza con venirse abajo. Más o menos el mismo sentimiento que tiene el alcalde, Martín Gracia, quien junto con el secretario se llegó hasta la ciudad girondina por ver si servía para algo y se pasó la visita con el corazón en un puño por los aplausos que como alcalde de la villa natal de Goya le dedicaron constantemente. Llega Morales No es de extrañar, pues, que en este ambiente de resignación en que vive Fuendetodos, el día en que apareciera alguien con ganas y medios para hacer algo se convirtiese en héroe. Un buen día, con motivo de las elecciones municipales, y por mor de esos caprichos que la política tiene, llegó al pueblo José Luis Morales con la decidida intención de, cuando menos, salir concejal. Y lo consiguió con una abrumadora aceptación popular. Y es que la gente no es tonta y sabía que Morales, estando tan bien relacionado con los medios culturales madrileños, siendo doctor en Historia del Arte y yerno del difunto Camón Aznar, en cuyo museo trabaja, era el hombre que podía mover definitj. vamente el tema de Goya. Llegó lo de Burdeos, aprovechó Morales la oportunidad y ha echado a rodar una bola que puede acabar con el engrandecimiento definitivo de Fuendetodos. O sea, que también les pondrán el agua. En 1978 se cumplía el 150 aniversario de la muerte de Goya en Burdeos. El Ministerio de Asuntos Exteriores, a iniciativa del cónsul español en la ciudad, decidió conmemorarlo alquilando el piso en el que murió el pintor aragonés y creando un centro cultural español en Burdeos, ciudad de gran tradición hispanista y que acoge a muchos emigrados españoles. Para la realización de estos actos se invitó a colaborar a algunas instituciones aragonesas, acordando el Ayuntamiento de Zaragoza y la Diputación Provincial amueblar algunas de las salas del piso de Burdeos para lo que desembolsaron alrededor de dos millones cada entidad. El Ayuntamiento zaragozano, además, decidió gastarse tres millones más para enviar a Burdeos una exposición de pintura zaragozana desde Goya hasta nuestros días. Se reafirmaba así la voluntad de Aragón de aparecer siempre unido a la figura de Goya. Pero, mientras tanto, la casa de Fuendetodos amenazaba ruina. Un amplio reportaje emitido por TVE a los pocos días mostraba esta ironía del destino con crudeza, sugiriendo además que había sido el alcalde de Zaragoza el principal promotor del homenaje de Burdeos y, en consecuencia, responsable también en alguna medida de la desidia de la casa de Fuendetodos. Al mismo tiempo, Radio Nacional inicaba una cuestación popular para recaudar fondos con destino a la restauración de la casa. Y Morales, que ya había tirado alguna puya en el reportaje televisivo, remató la faena con un duro artículo publicado en «Aragón/Exprés» en el que denunciaba el que Aragón se gastase el dinero en un Centro Cultural en Francia, sugería que era más importante la casa natal que la casa donde murió el pintor y terminaba acusando de hacer electoralismo a los que habían intervenido en ello. ¿A buscar votos a Burdeos? El alcalde de Zaragoza, Ramón Sáinz de Varanda, sintiéndose aludido, no tardó en responder. «Nosotros no tenemos electores en Fuendetodos ni en Burdeos —manifestó a ANDALAN— ; los tenemos en Zaragoza. Además nos hemos limitado simplemente (Pasa a la página siguiente) Un patronato fantasma La casa natal de Goya se ha pasado la vida en una soledad •tan sólo rota desde hace unos años por la visita de algunos turistas curiosos. El difícil acceso al pueblo, la pobreza de un Ayuntamiento con setecientas mil pesetas de presupuesto y la prolongada indiferencia general, tanto de instituciones como de particulares, con algunas honrosas excepciones, han hecho que la humilde casa en la que dicen que Goya vino al mundo esté en un lamentable estado que amenaza con convertirse en ruina definitiva. La casa fue comprada por el pintor vasco Ignacio Zuloaga a los descendientes de Goya en los primeros años de este siglo y desde la conmemoración del pri¬ mer centenario del artista de Fuendetodos en 1928 permanece abierta al público con una sencillísima decoración. En los años sesenta se formó un patronato, del que eran integrantes el gobernador civil, el presidente de la Diputación Provincial y un miembro de la familia propietaria, que había de encargarse de la explotación de la casa y de su mantenimiento. El tal patronato, sin que nadie sepa por qué, no ha dado nunca señales de vida. María Rosa Suárez Zuloaga, nieta del pintor vasco, manifestó a ANDALAN que «para nuestra familia es un compromiso sentimental el que la obra de rescate del recuerdo de Goya emprendida por mi abuelo no se pierda, ya que no tenemos ningún interés material en la propiedad de la casa. Ha existido un patronato que sólo tenía que ocuparse del mantenimiento de la casa y ni eso ha hecho; así que si la hubiésemos cedido íntegramente hubiera sido peor. Creo que la solución pasa por la revisión del patronato y por procurar que sea directamente el pueblo el que se beneficie». José Luis Moreno, presidente de la comisión de cultura de la Diputación Provincial, entidad que acaba de conceder medio millón de pesetas a Fuendetodos, piensa, sin embargo, que «el problema se presenta al tener que invertir fondos públicos en una propiedad privada como es la casa de Goya. Posiblemente si la casa hubiese sido propiedad de alguna institución pública no se habría llegado a esta situación. Por ello vamos a hacer un informe exhaustivo sobre ese patronato que no ha funcionado, para reformarlo y llegar, en su caso, a adquirir la casa para poder actuar libremente sobre ella. Además, el problema de Fuendetodos no se reduce a la casa de Goya, sino que haría falta dotar al pueblo de una infraestructura cultural, como puede ser una residencia de artistas, un museo de arte contemporáneo, etc. Lo que está claro es que se trata de un patrimonio de todos y no sólo de los Zuloaga». Andalón, 5 3/"