F. POLO Si, como se viene diciendo, ello supone que la izquierda va a gobernar por primera vez el país en 140 años — es decir, desde la independencia del imperio turco — , lo cierto es que, nada más finalizar la 11.' Guerra Mundial, ya estuvo a punto de lograrse este objetivo. No lo logró por la intervención del ejército británico que, como fuerza prácticamente ocupante, estuvo desde 1944 a 1947 combatiendo, junto con el ejército monárquico, a las guerrillas comunistas, hasta lograr desalojar del país a los últimos restos guerrilleros y obligándoles a emigrar a países vecinos (Yugoslavia y Bulgaria), junto con cerca de un millón de civiles. Esta emigración ha persistido hasta época muy reciente e, incluso, la mayoría de ios que se fueron se han integrado en dichos países como ciudadanos de los mismos. De la represión ai golpe La represión que siguió a esta sangrienta guerra civil, apoyada por el ejército británico de ocupación, creó traumas muy importantes en el seno del pueblo griego, de tal modo que, durante muchos años, no hubo ni sindicatos obreros que pudiesen denominarse como tales, ni partidos políticos de izquierda. Sin embargo, a partir de los años 60, se va produciendo un fenómeno de politización del país que aún estaba curando las recientes heridas de dos guerras consecutivas (la ocupación militar italiana y alemana hasta 1944, y la guerra civil posterior). Se convocaron elecciones en mayo de 1967, lográndose un acuerdo entre diversas fuerzas progresistas y de izquierda a través de una coalición que encabezaba el veterano político Georgios Papandreu. Entre los slogans de dicha candidatura estaba la neutralidad del país, lo que suponía la salida de la OTAN, organización en la que Grecia estaba integrada desde su formación. El 21 de abril de 1967 se produjo un golpe militar — el denominado «golpe de los coroneles» — que, por la fuerza de las armas, impidió las elecciones previstas para el 28 de mayo. Los coroneles instauraron una dictadura militar con el beneplácito, en un primer momento, del rey Constantino. Para la realización de dicho golpe se valieron de unas maniobras militares preparadas por el mando conjunto en Europa de la OTAN (cosa que, curiosamente, también ha ocurrido en el último golpe militar en Turquía). La dictadura militar encarceló a miles de ciudadanos, instauró un régimen policial, etc., y, progresivamente, fue perdiendo el poco apoyo popular que pudo llegar a tener. La economía fue de mal en peor — a pesar de los apoyos del influyente grupo de los «armadores griegos» — , con unos índices de inflación galopante; la oposición, tanto interior como exterior, fue en aumento, especialmente tras el referéndum por el que, tras la salida del monarca del país, se destituyó al rey Constantino y se proclamó la República, dado que desapareció uno de los pocos puntos de apoyo que podía tener el régimen. Papandreu y el inicio del cambio Todo ello provocó una nueva emigración, en este caso funda- Los resultados electorales del pasado domingo, 18 de octubre, son terminantes: la izquierda ha ganado en Grecia. En el momento de escribir estas líneas, los resultados provisionales asignan más de un 47 % de los votos al Movimiento Socialista Panheléncio (PASOK), alrededor de un 36 % al partido de derechas Nueva Democracia, un 1 1 % al Partido Comunista del Exterior, prosoviético (KKE) y cantidades mucho menores a otros partidos de Centro, como Unión de Centro Democrático (EDIK), o de izquierda, como el Partido Comunista Interior, eurocomunista. Ello, traducido en escaños parlamentarios — dado que el sistema electoral prima a los partidos mayoritarios — , dará unos 170 escaños al PASOK, alrededor de 115 para Nueva Democracia y una quincena para el KKE. El PASOK va a poder gobernar los próximos cuatro años, al igual que su análogo Partido Socialista Francés, con mayoría absoluta. La izquierda triunfa en Grecia mentalmente de intelectuales y clases medias. Uno de estos nuevos exiliados era un joven diputado, electo en 1964, hijo de Georgios: Andreas Papandreu. Economista, se instaló primero en EE.UU. y, posteriormente, en Canadá, dedicándose a la investigación económica; publicó una serie de libros interesantes en relación con el famoso debate sobre la crisis del capitalismo internacional, adoptando cada vez más claramente posiciones que se han dado en denominar «tercermundista», del tipo de las de Samir Amin, etc. Formó igualmente parte de la activa oposición exterior. En 1974, tras un nuevo golpe militar, desapareció la dictadura de los coroneles, celebrándose elecciones libres a las que concurrieron una serie de nuevos partidos, creados prácticamente sobre la marcha (entre ellos el PASOK y Nueva Democracia, encabezada por un antiguo ministro de Asuntos Exteriores, Constantin Kafamanlis), y el Partido Comunista, entonces aún no dividido en dos. El resultado de las mismas dio el poder a una coalición de dos partidos de derechas: El EDIK, que obtuvo el 21 % de los votos, y Nueva Democracia, que obtuvo más del 40 %. La presencia electoral de la izquierda fue muy reducida, dado que el PASOK obtuvo tan sólo un 1 3 % y el Partido Comunista un 9 %. Las elecciones del 77 se produjeron ya en otro contexto: los sindicatos obreros habían crecido grandemente, los horrores de la guerra civil estaban ya casi olvidados y la situación económica no era demasiado mala. A todo ello se unía un «boom» de inversiones extranjeras que hacía que el paro fuese prácticamente nulo, lo que produjo un claro crecimiento de los partidos de izquierda y, más en concreto, del PASOK, que aprovechó la coyuntura de la reciente escisión producida en el Partido Comunista entre el del exterior (KKE), claramente prosoviético y que pretendía capitalizar los años de guerrilla y oposición, y el del interior, de tipo eurocomunista. Ello hizo que el PASOK se convirtiese en la segunda fuerza política de Grecia (con más del 25 % de los votantes), inmediatamente detrás de Nueva Democracia que obtuvo el 42 %, en tanto que la Unión de Centro Democrático (EDIK) comenzaba su descenso (no llegó ni al 15%), manteniéndose los votos del KKE en un 9 %. Los socialismos del sur Ante las elecciones del domingo último, se configuraron dos Andrea Papandreu. grandes bloques que, progresivamente, fueron absorbiendo a los demás. Así en Nueva Democracia aparecieron políticos que habían apoyado a los coroneles golpistas, en tanto que se produjo la incorporación al PASOK de gente procedente de EDIK (como es el caso del socialdemócrata Mavros, antiguo presidente de este partido) o de grupos a su izquierda (como es el caso de Ilyou, procedente de un grupo de extrema izquierda). Con ello, las previsiones electorales de la izquierda se fueron centrando en dos posibilidades: o el PASOK lograba la mayoría absoluta, pudiendo gobernar en solitario los próximos cuatro años, como así ha pasado, o no lo conseguía, en cuyo caso hubiera debido aliarse con el KKE. Porque la sociedad griega se había cansado de la Nueva De¬ mocracia, un partido que gobernaba sin tener en cuenta nada las necesidades del pueblo. De un partido que había hecho que la inflación alcanzase en 1980 el 32 %, según cifras oficiosas; que había integrado al país en la CEE, pero no había logrado hacer volver a los emigrantes en Europa occidental, etc., etc. Por ello, las elecciones se celebraron bajo el signo del cambio: «aliaguía», slogan copiado por el PASOK del Partido Socialista Francés. Pero cambio dirigido ¿por quién? Para muchos europeos, la primera noticia de la existencia de este Partido (autodefinido como «Movimiento Panhelénico Socialista») la ha constituido el resultado electoral. Sin embargo, desde su nacimiento en 1974 despuntó por una serie de importantes análisis que, en palabras de uno de sus dirigentes, podríamos definir como «un movimiento social, una corriente de descontento y protesta, que encabeza el PASOK, pero en el que están integrados obreros, campesinos, intelectuales, estudiantes, grupos feministas, pequeños empresarios y otros muchos grupos sociales». Otra de sus características es su no integración en la Internacional Socialista (como el caso del Partido Socialista Chileno, de Salvador Allende) a la que, en cierto modo, reputan de socialdemócrata y consideran controlada por lo que ellos llaman «socialismos del Norte», Con lo que el PASOK adopta un claro tinte tercermundista, a no olvidar al hacer el análisis de la situación griega. ¿Qué van a hacer ahora de sus principios? El programa electoral del PASOK para estas elecciones, completamente elaborado en todos sus puntos, tanto de política interior como exterior, es, en el contexto europeo, «radical». En efecto, en política exterior preconizan que Grecia se retire de todo tipo de alianzas militares, políticas y económicas que, según ellos, miran la independencia nacional. En este sentido, se comprende su planteamiento de convocar referéndum para la salida de la OTAN, negociando ya, con carácter inmediato, la retirada de las cargas nucleares de los aliados yankis. La renegociación de los acuerdos con la CEE hasta lograr un «acuerdo preferencial» que sirva para salir al país de su delicada situación económica, como amenaza de abandono de dicha organización si no se logra, sería otro de los puntos clave de este programa. En el plano interior aboga por la socialización del sistema financiero, la planificación social con algunas nacionalizaciones, planteando un programa de viviendas sociales. Igualmente es partidario de la reforma del sistema educativo, la socialización de la medicina mediante la creación de un seguro nacional de enfermedad, etc. Finalmente, el PASOK es partidario de la destrucción de los archivos políticos y policiales que se remontan a la guerra civil del 44-47; de la separación de la Iglesia y el Estado, así como de la igualdad de mujeres y hombres y del pleno desarrollo de la participación ciudadana en la vida democrática del país. Los agoreros de derechas, hoy mismo, están anunciando la «imposibilidad de tal plan» y el fracaso de las medidas económicas planteadas, olvidando que muchas de ellas son una realidad en sociedades tan «europeas» como la alemana o la inglesa, sin que ello haya supuesto ningún cambio sustancial del sistema capitalista. En todo caso, prudente sería esperar no los famosos 100 días, sino al menos un año, para poder analizar en profundidad los resultados prácticos de la intervención gubernamental en una sociedad tan atrasada como es la griega actual. Entre tanto, nosotros brindamos por esa «allaguía» que se acaba de producir. GAS ZARAGOZA INFORMA Como cumplimiento del plan de actuación y nuevo servicio establecido por GAS ZARAGOZA, en el día de hoy se inician las obras de canalización de gas de las calles San Vicente de Paúl, Conde Aranda y Coso. Las obras tendrán una duración aproximada de mes y medio la de San Vicente de Paúl, y tres meses las de Conde Aranda y Coso. Rogamos disculpen las molestias. Gracias. Zaragoza, 19 octubre, 1981 LA DIRECCION D r-f CD 13 CD O O Andalán, 23 al 29 de octubre de 1981