Bibliografía aragonesa Una guía arqueológica viva M. Martín - Bueno, Aragón arqueológico: sus rutas, col. "Aragón", 191 pp., 13 figs., 20 fot. Aunque está feo que sea yo quien lo diga, la colección "Aragón" ha dado otra vez en uno de los muchos clavos en que hay todavía que dar para remachar decentemente el panorama editorial aragone's. Manuel Martín - Bueno ha escrito una guía y compendio de las antigüedades materiales de la región aragonesa con la voluntad exclusiva de poner su conocimiento al alcance de cualquier lector y, sobre todo, de cualquier lector viajero. Pero no se piense que sólo los impenitentes excursionistas pueden sacar provecho de estas páginas. La primera parte del trabajo, por ejemplo está destinada a historiar nuestra investigación arqueológica, desde sus orígenes renacentistas hasta el día de hoy. Así recordarán o aprenderán los aragoneses nombres como los de Cabré, Galiay, Pérez Temprado, Mateo, Bordejé, Maigi y otros, por no citar sino algunos autóctonos. La parte segunda es una síntesis muy completa de la Arqueología aragonesa, tratada cronológicamente; es un pequeño manual que abarca desde el paleolítico hasta los tiempos visigodos, inclusive, vistos siempre a través de los restos de la cultura material que se nos ha conservado en cada época; aún contando con que son inumerables los yacimientos sin excavar o aún sin conocer y muchas, muchísimas, las piezas de importancia que se hallan egoísta e idiotamente guardadas en manos particulares que no se prestan ni a la simple comunicación del dato, puede afirmarse que el conjunto de estas ochenta y tantas páginas es el catálogo más completo publicado hoy sobre los tesoros arqueológicos de las provincias de Aragón. Ventaja notable es, sin duda, que el catalogador conozca la mayor parte de cuanto describe, si no todo, de primera mano o por LIBRERIA PLAZA JOSE ANTONIO, 10 ZARAGOZA referencias muy sólidas y directas. Las rutas arqueológicas, propiamente hablando, ocupan la parte tercera (más de sesenta páginas) y quieren ser algo práctico y utilizable por todos aquellos que apetezcan conocer por sí propios los principales vestigios de nuestro pasado. Martín - Bueno ha diseñado catorce rutas y, tras algunas dadas, se ha decidido a clasificar los puntos visitables por el cómodo sistema de marcar con asteriscos —según una estimación que siempre será discutible por ser orientativa— los lugares más interesantes, clasificados en cinco categorías (desde cuatro estrellas a ninguna). No entendemos bien por qué no se ha acompañado a cada ruta un mapa específico con indicaciones viarias o se ha hecho uno general de Aragón con igual fin, incluso indicando los puntos de pernocta adecuados y las gasolineras, por ejemplo. De todas formas, prometemos emplear este texto en nuestra página semanal de "Guía" en el espacio viajero. Antes de la bibliografía (muy completa) y del índice analítico (que permite localizar una población sin tener que recorrer todo el texto) hay un curioso capítulo que entretendrá —y hará llorar— a los amantes de la cultura: "La Arqueología aragonesa fuera de Aragón". Aparte el caso de monstruosa voracidad que representa Madrid para todas estas cosas verá el lector que hay piezas de la tierra en el "Cabinet des Médailles" de París, en los museos de Barcelona, Navarra, Lérida, Mares de Barcelona, Mahón, en el castillo de Javier (que los ocupantes parece van a vaciar arqueológicamente "donando" sus piezas al museo pamplonés; lo que ya hace un par de años que advertí, y por escrito, a la alcaldesa de Sos y al entonces presidente de la Diputación sin que movieran un solo dedo para evitarlo) y en algún otro lugar forano. En resumen: una mezcla de guía para viajeros cultos o con deseos de cultivo y un catálogo prácticamente exhaustivo hoy por hoy de cuanto de importancia existe en la Arqueología aragonesa. No debe —siempre olvida uno mencionar los tópicos, aunque resulten ciertos— faltar en ninguna biblioteca decente que se preocupe por lo aragonés. G. Fatás INSTALACION DE DESPACHOS PARA PROFESIONALES PAGO EN 36 MESES .eivon LeónXIlU 3 Teléfono 223980 ZARAGOZA 8 PROYECTOS GRATIS Puesta en escena Mariano Anos Sospecho que un libro titulado Producción significante y puesta en escena no va a ser apasionante para la mayoría de los lectores. He de acogerme, pues, al principio del respeto a las minorías, como si esto fuera mismamente la asamblea de parlamentarios. De todas maneras, pienso que el libro tiene un campo de interés mayor del que amenaza. Me sirve además para llamar la atención .sobre una de las pocas cosas serias y coherentes del panorama editorial español, a saber, las dos colecciones paralelas que la editorial Gustavo Gili viene dedicando a los sistemas de comunicación diferentes del lenguaje verbal: colección Comunicación Visual y colección Punto y Línea. A esta última pertenece el citado título de Gianfranco Bettetini (1). La obra se divide en dos partes. La primera, con un enfoque más general, es un balance declaradamente tendencioso de la breve y complicada historia del desarrollo de aquella famosa aspiración de Saussure a una ciencia general de los sistemas de signos, que desde él la tradición francesa ha llamado simiología y la anglosajona, desde Peirce y Morris, semiótica. Hay dos aspectos llamativos en esta primera parte, que en la segunda (redactada posteriormente) quedan relativamente matizados; por una parte la insistencia, se diría que derrotista, en plantear como principal y casi único objetivo de la semiótica la continua problematización de sus propios fundamentos. Las motivaciones de este "radicalismo tautológico" nos llevan al segundo aspecto: a partir de una crítica radical de las orientaciones estructuralistas, en razón de su pretendido "cienticismo" ajeno a problemas ideológicos, la semiótica viene en realidad a proponerse como sustituto de la filosofía. En apariencia cubriendo su campo de actuación (ver sobre todo pág. 60), pero sólo en apariencia, pues en tai caso sería una cicatera disputa terminológica. En el fondo ha de tratarse de otra cosa. ¿Tal vez de un último y paradógico episodio del "imperialismo de la lingüística" tan criticado por el propio Bettetini a partir de Barthes (a partir de su mitificada "inversión" de la problemática sassureana, como se dice con esa alegría reinante en la "exportación de conceptos")? La verdad es que de analizar la lucha de clases en el lenguaje a analizar la lucha de clases como lenguaje hay un abismo que a cada paso está tentada de franquear más de una brillantez francesa o italiana. La segunda parte se dedica al estudio simiótico del teatro y el cine, cuyo enfoque unitario reivindica calurosamente a partir del concepto básico común de puesta en escena. Desde este partí pris metodológico se analizan, de todos modos por separado, ambos campos, haciéndolos confluir más que nada en reflexiones conjuntas iniciales y finales. No creo dejarme llevar por mis propias preferencias de signo que el teatro resulta el más beneficiado, y no sólo en extensión. Lo que pasa es que el teatro está en una situación más precaria en relación con este tipo de estudios, a pesar de las reiteradas indicaciones de Barthes, Eco, Mounin y un largo etcétera sobre el valor privilegiado del teatro como terreno de verificación y profundización de los análisis semióticos, en tanto que articulación de muy diversos sistemas comunicativos. El atraso hay que achacarlo sobre todo a las dificultades propias del acontecimiento teatral, por naturaleza irrepetible, lo que ha llevado en ocasiones a salir por la tangente con análisis de fotografías de teatro, de anotaciones de puesta en escena, etc. Bettetini, por su parte, prefiere coger el toro por los cuernos, sin arredrarse ante dificultades técnicas que no tienen por qué ser dificultades teóricas. Buena prueba del atraso teórico en el que nos movemos es el hecho de que se vea en la necesidad de polemizar, todavía, contra los que mantienen que el texto literario es la esencia de teatro. Todavía es nece-_ sario. Tal como viene siendo fe-' liz tradición en la balbuciente semiología del teatro, el puesto ejemplar del análisis sigue correspondiendo a Brecht, el más consciente de la teatralidad como lugar de articulación y conflicto de diferentes órdenes de procedimientos, teatralidad indisociable de un proyecto de intervención revolucionaria. Subraya el autor la procedencia brechtiana de muchas de las búsquedas de las últimas vanguardias teatrales, que demasiadas veces se han querido oponer sumariamente, como si fueran puras "modas" irresponsables, a una contradictoria "ortodoxia brechtiana". Algunas de las más útiles aportaciones del libro están en el esfuerzo de clasificación y clarificación de la gestualidad, bien que no haya novedades espectaculares, como ocurre en, general en todo el libro. Un libro cuyo interés radica sobre todo en la rotundidad con que marca un punto de inflexión en los estudios semióticos. Y, en la segunda parte, si bien hay que dejar en suspenso la utilidad de esa visión unitaria radical del teatro y cine, que no aparece con claridad en lo concreto, sirve al menos provisionalmente para afirmar sin ambages la posibilidad y, en definitiva, la necesidad de una semiótica del teatro. Desde luego la publicación de libros como este ha de resultar más productiva que las pretensiones totalmente injustificadas de chapuzas editoriales como la que nos ofreció no hace mucho la editorial Planeta en un volumen absurdamente titulado Semiología del teatro. Mariano Anós (1). - Gianfranco Bettetini, Producción significante y puesta en escena, Barcelona 1977, 156 págs., traducción de Juan Diez de Atauri y revisión bibliográfica de Joaquín Romaguera. (No se entiende por qué se ha vertido en el título "produzione del senso" (producción del sentido) por "producción significante", máxime cuando en el texto es la versión literal la que se maneja, y por lo demás son raros los errores habituales en las traducciones del italiano). 12 AND ALAN