Aragón Bajo Aragón: Quieren resucitar el «tortosino» Fl nasado día 18, y organizado por la Unión Local de ComiObreras, se celebraba un mitin en el Pabellón Polideportivo Tftosa para reivindicar la inmediata reapertura del ferrocarril h\ de Hijar-Tortosa (y la siempre soñada prolongación hasta Carlos de la Rápita) como urgente nexo del Bajo Aragón con rralta, Tortosa y, en definitiva con el Mediterráneo. 3.000 per^ acudieron al acto, pero, salvo una representación de La Jbía, ninguna otra autoridad aragonesa. ' 1 HÏ: Hí . En el acto de Tortosa -al que acudieron parlamentarios de las provincias colindantes y dirigentes de CC.OO. (Forné, López Bulla, Solé Barberà, García Salve, etc...)- se pidió, asimismo, la reapertura de otros tramos de ferrocarril del país, incluido el tramo ZueraAyerbe, cerrado, como se recordará, pretextando su escasísima rentabilidad. Fue la reapertura de el "tortosino", sin embargo, el que ocupó una mayor atención reivindicativa. Todos y cada uno de los oradores hicieron hincapié en el hecho de que a la hora de cerrar el ferrocarill que unía La Puebla de Híjar con Tortosa se olvidó evaluar la rentabilidad social de esta vía de comunicación toda vez que el "tortosino" constituía la más apremiante salida de Aragón y la Terralta al mar. Con el cierre se hipotecaba, de un plumazo, las enormes posibilidades de la zona energética más importante de Aragón. Con el cierre, precisamente las localidades con peores comunicaciones por carretera, quedaron sin comunicación cómoda y barata con el centro comercial más importante de la zona, Alcañiz (Samper, Torre de Compte, Lledé, etc.). Los números no perdonan Inaugurado el 31 de julio de 1895, el ferrocarril de la Val de Zafán unió en una primera tase La Puebla con Alcañiz, no llegando hasta Tortosa hasta 1939. Nunca se realizó, sin embargo, el primitivo proyecto de prolongarlo hasta San Carlos de la Rápita como aprovechamiento de su puerto marino. Así y todo, prestó durante muchos años un inestimable servicio social a una de las zonas más marginadas —y expoliadas- de Aragón. La alarma se disparó en 1962 al hacerse público el Informe del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (Banco Mundial) en el que, como se recordará, se aconsejaba el desmantelamiento del "tortosino", pero sólo en su tramo AlcañizTortosa, reservándose el tramo Alcañiz-Puebla de Híjar para posibles conexiones industriales. No se procedió inmediatamente a su clausura sino que, en una premeditada maniobra de desatención por parte de RENFE, se dejó que la línea se fuese deteriorando hasta que, como era previsible, uno de los túneles del recorrido se vino bajo. Se arbitró una fórmula provisional de trasbordo en autobuses pero a finales de 1975 la línea quedaba definitivamente clausurada. Salvo un tímido telegrama de trámite de las diputaciones de Zaragoza y Teruel al ministerio de Obras Públicas, nadie protestó entonces en Aragón. Pueblos enteros se quedaban de un plumazo sin comunicaciones con el principal centro de servicios a la vez que las alternativas (conversión de las estaciones de apeaderos, dotación de modernas máquinas de limpieza, etc.), llegaban demasiado tarde: Aragón perdía definitivamente el tren de su más rápida salida al mar. Carlos Oroel — \ La libertad está en tu mano VEN CON NOSOTROS PSOE {Partido Socialista Obrero Españo!) Secle:Coso,157. praLTel. 39 30 15 Casa del Rjebto de Delic^ Casa del Pueblo deTorrerO: Venècia, 24 Juventudes Socialistas: Coso, 157 Historia de Paletonia por Fray Orosio del Tremedal Capítulo 8.° Los Mostrencoracionistas Muy pronto, y entre los grupos de resistentes autóctonos, comenzó a extenderse el rumor de la existencia de gentes foráneas o autóctonas que iniciaban a cambio de prebendas ridiculas y puestecicos burocráticos- el chivateo y la denuncia. Pronto, entre los autóctonos, se dio por aparecida la figura del colaboracionista conocida con el nombre de mostrencoracionista. Entre los más famosos -y por no sacar una larga lista, casi interminable- mostrencoracionistas del primer periodo Paletón se puede señalar, en primer lugar, a Mostillo Fenzón, que en un acto de servilismo se dedicó a enmarcar las puertas de todos los pule iones con escudos heráldicos en los que las raices de sus linajes se encontraban en reducidos orígenes: Si el apellido paletón era Baquedano, Mostillo Fenzón le arreaba una vaca. Si el apellido era Caballero, le plantaba un caballo. Si Cabral, una cabra; y si Espinosa, un espino. Cuando el apellido nada tenia que ver ni con animales, ni con plantas, les arreaba un escudo en blanco, comunicándole al paletón de turno que la limpidez de su escudo, era representación de la limpidez de su sangre. El paletón se ponía la mar de contento y el señor Mostillo seguía haciendo de pastor y horticultor con todas las puertas posibles del País Paletón. Su error estuvo al colocar en el escudo del fableso paletón Memendo Habadedia una haba, que sirvió para que los residentes fablesos le llamasen desde aquel día tontodelhaba. La irritación de Memendo fue tan brutal que Mostillo tuvo que abandonar su oficio y dedicarse al pastoreo natural de las barras de tasca. Pastoreo que le servía para comunicar noticias oficiosas a las huestes olfateras del gran Augur Mantallana, hasta que los resistentes se dieron cuenta y le gritaban: - ¡Mostillo, tu a tu castillo!- con lo que se le acabó hasta el chivateo vulgaris. Otro de los famosos mostrencoracionistas fue el foráneo Ostia Delasco que, aunque asentado en el País antes de la llegada de los paletones, supo hacerles el juego a estos y convertirse, por métodos modorriles y chaqueteros, en acusador de resistentes autóctonos. Desde el primer momento se convirtió en denunciante de Pasión V, el utópico, y de sus contactos con el caballero Gonsálido Orrás, alias el mudéjar, y sobre los proyectos de apoyo que ta tribu musladí de los Al-Fahatás -situados al sur de la sierra Mudicia- venían ofreciendo a los autóctonos para reducir y expulsar a los Paletones. A Pastón V, llegó a acusarle de realista. Contra Gonsálido Orrás levantó el bulo de su goticismo descarado. Y frente a los Al-Fahatás se inventó el bulo de su conversión al judaismo. Guindelierno Al-Fahatás le devolvió la pelota descubriéndole el juego y, una noche, las huestes muladies llenaron el País del siguiente texto: "Ostia Delasco: Madrilezno". Ante aquella acusación terrible, el jefe del rollo cultural, Balantrán el mañoso, reunió al coro de Tontolhigos y Migasfrías (1) y, tras largas deliberaciones, decidieron que Ostia quedase reducido a emisario del País con el sueldo base y sin trienios, lo que significaba un corte en su carrera ascendente. Pero en el fondo, igual la decisión de Balantrán que la de los Al-Fahatás, correspondían a un suceso más profundo: la primera crisis de los construc Uveros paletones y el inicio de un periodo de resurrección popular materializado en la explosión del mito de la Zaralonia, impulsado por los dionisiatos en apoyo de Pastón V, el utópico, y apoyado por los Al-Fahatás, el Orrás y hasta por la tribu de los Ordeñas que se la envainaron por espacio de corto tiempo en apoyo del resurgir' liberador. (1) A estas especies dedico el próximo capítulo. ANDALAN 9