ellos. Uno de mis comparecía un poco amarique su padre tenía ^ parecía que todo le "al yo no se si esto ^¿otivo suficiente para Lúe hacía". 5esenta cada año ]lín0 se deforma nadie" ' otundamente la persona ¿el reformatorio de Zarat %ucha gente dice eso señala que, quien ha la^la "cárcel y eso no es cierto: hay quien ! o reforma, aunque nadie crea" aquí no se pega a v aqu'í están las puertas ït'as para quien se quiera lar aquí no hay celdas ¿go. Esto no es como to Hbros -si es que se les L llamar libros- norteados, de reformatorios e pegan, encierran y salen 'mucho peor de lo que j,, Aquí no hay rejas en sentido". AproximadaL 60 jóvenes, acuden anualL a este centro zaragozano, [período de estancia suele onio media de un año; De sesenta, solamente cinco _n volver otra vez a este tro correccional. "También [casos lamentables de chicos ¡tienen que estar aquí porj no tienen ni un solo faL, ningún sitio donde ir; pe casos que no son para ser por nosotros, sino por |centro psiquiátrico". negativos también puei encontrarse :llhay quien sale ! a los pocos días; vuelve Ür y a los cuatro días otra está con nosotros. Detras muchacho de este tipo, mpre hay algún problema", la familia que pega, un padre Iracho, una madre que se Istituye, una calle que puede ] que él, o unas viviendas que Itraumatizan. encuentro sólo" "El Dani" trabajaba en una inca de marcos. "Empezamos la banda en noviembre, rante tres o cuatro fines de y hasta hace pocos días volvimos a actuar. Yo nunca navaja ni siquiera otra • A la mayoría de mis ipañeros ni siquiera les conoy a los de otras bandas ni reconocería ahora. De todos tenía un verdadero amigo diera se encuentra conmigo ¡Su cara no es, la de ningún fuente. Parece un joven ü afios que se metió en esto no pudo haberlo hecho en un ff de fútbol juvenil "A la Pollcía no me puso la Ï ™lm'> Pero, según se ha Jetado entre los que estaiJW, a un compañero f enazaron. No se si será L·l la policía 10 decía pnte para meterle mie- l^f^'no se encuentra ti 61 reformatorio, "pero R mejor en mi casa; aquí Jemro sólo. T ^ 5 \^ familia' ellos Ptan ayudando mucho en t S Tntos- ' Su familia' ila b ní6 Cm todo el resto Na o^a una familia de ^smo de la violencia. un reformatorio Dos muchachos de 19 y 20 años, que esperaban se juzgados por su presunta participación en varios atracos, murieron carbonizados en el incendio de la Prisión Provincial de Torrero. El motín de los presos de la cárcel zaragozana ha sido quizá el peor de todos los que, desde hace ya varios meses, vienen produciéndose en las cárceles españolas. Se veía venir y, como no cambien mucho las cosas, podría no ser el último. Dos jóvenes murieron carbonizados Motín en la cárcel de Zaragoza Poco después de las tres de la tarde del pasado día 30, comenzó a salir humo de seis celdas. Inmediatamente los funcionarios del establecimiento abrieron todas las celdas, según manifestaría después el director, Angel Herbella. Los presos se amotinaros inmediatamente y formaron una hoguera con los colchones, mantas y mobiliario de la prisión, a la vez que destruían el centro de control, el comedor, la barbería y las cocinas. Los cadáveres, carbonizados Los amotinados dificultaron la actuación de los bomberos e intentaron impedir la entrada de las fuerzas antidisturbios de la Policía Armada, que acudieron con grandes efectivos. Cuando finalmente fueron reducidos, se efectuó un recuento, advirtiéndose la falta de dos. Poco después eran encontrados los cadáveres de José Luis Martin Martín y Javier Raquero Torres, completamente carbonizados, en él interior de su celda. El tercer ocupante de esta celda resultó herido, pero sólo ligeramente. El director de la cárcel se negó a facilitar su identidad; sin embargo poco después se conocería que se trata de Enrique Ibáñez Hornillos, de 27 años, que había sido detenido junto a los dos muertos tras el atraco a dos gasolineras y una cafetería de la zaragozana Avenida de Navarra. Visita de dos parlamentarios Escasos minutos antes de estallar el incendio habían abandonado la cárcel de Torrero Juan Antonio Bolea, diputado de la Unión de Centro Democrático (UCD) por Zaragoza y Julio García Pérez, diputado del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) por Navarra, que habían acudido a recoger datos sobre el centro penitenciario para la comisión del Congreso que investiga el estado de las cárceles españolas. Por la mañana se habían limitado a recoger datos técnicos y girar una rápida visita al centro, acompañados del director. Iban a volver por la tarde para entrevistarse con los presos, pero el motín estalló antes. «No noté nada raro — ha manifestado a AND ALAN Juan Antonio Bolea — sólo que, a mi modo de ver, la cárcel de Zaragoza es muy deficiente». Sobre las reivindicaciones de los presos sociales (reforma- del sistema penitenciario e indulto) indicó que la primera está en estudio y que sobre la conveniencia del segundo no puede hablar a título personal. «De todos modos hay que solucionar el problema de las cárceles. Es un mundo al que la sociedad no puede volver la espalda». La reunión llegó tarde Desde mediados de enero venían realizándose gestiones para celebrar una reunión entre representantes de los presos internados en la cárcel de Zaragoza, la Dirección de la misma y algunos abogados y miembros de la Asociación de Familiares y Amigos de Presos Sociales (AFAPE) para intentar llegar a una solución de compromiso que evitase situaciones como la que ahora se ha producido. AFAPE se había entrevistado en Madrid con el director general de Instituciones Penitenciarias, Haddad Blanco — que visitó la cárcel de Torrero después de Navidad — para que hiciera posible la reunión. El director general se mostró favorable a esta iniciativa y pidió los nombres de las personas de fuera de la cárcel que habrían de intervenir. Estos nombres se enviaron hace varios días y ahora se estaba a la espera de la contestación definitiva de Madrid. Desgraciadamente, ha tardado demasiado en llegar. L. G. P. La COPEL al copo La precaria situación de los presos sociales y su total indefensión ante la normativa rigurosísima de la Ley General de Instituciones Penitenciarias, creada al finalizar la guerra civil y que no puede ocultar sus profundos rasgos militares, llevaron a un sector de los presos sociales a formar la Coordinadora de Presos en Lucha (COPEL), con el ánimo de impulsar la lucha reivindicativas en el seno de las cárceles y enmarcándolas en el contexto general de las movilizaciones populares y democráticas. En un principio, y según decla¬ raciones de la propia COPEL, las acciones serían pacíficas y tendrían como objetivo el llamar la atención y reclamar la solidaridad de todas las fuerzas democráticas. Las automutilaciones eran la modalidad más trágica de manifestación pacífica que efectuaban los miembros de la COPEL. La producida masivamente en la cárcel Modelo de Barcelona durante el mes pasado sería la última. A partir de ahora, y* comoi lo demuestran los últimos sucesos de Málaga, Oviedo y sobre todo aquí en Zaragoza, los métodos de COPEL han cambiado. Las cárceles de todo el país pueden llegar a arder. Plataforma reivindicativa de la COPEL Primero.— Reforma profunda del actual Código Penal y Ley de Enjuiciamiento Criminal para que la justicia llegue a ser verdaderamente popular y no al servicio exclusivo de la clase social dominante. Segundo.— Abolición de todas las jurisdicciones especiales, Ley de Peligrosidad Social, Salud Pública, etc., cuyo único sentido hay que encontrarlo en el marco de la institucionalización de la represión creado por la Dictadura. Tercero.— Abolición del Reglamento de Prisiones y demás instituciones penitenciarias franquistas. Legalización de las Asociaciones de Presos en base a vigilar para que sean respetados los derechos que nos corresponden, y denunciar a la opinión pública su incumplimiento. Libertades democráticas en todas las prisiones. Cuarto.— Depuración de jueces, magistrados, fiscales, policías y funcionarios de prisiones, cualquiera que sea su grado, franquistas. Creación de Jurados Populares. Creación de Comisión Populares que fiscalicen directamente las prisiones. Quinto.— Hasta que se configure un nuevo Reglamento de Prisiones se deben efectuar amplias mejoras en las condiciones de vida en todas las prisiones y penales del Estado: Sanidad, higiene, alimentación, comunicaciones, etc. Clausura de la inhumanas celdas de castigo. Abolición de la explotación que existe en todos los talleres penitenciarios. Vuelta inmediata de todos los trasladados a penales con motivo de los sucesos de febrero pasado en Carabanchel. Sexto.— La COPEL no considerà como definitiva la transformación de las prisiones, sino que la considera como un paso necesario para conseguir el cambio de las prisiones cerradas, de recintos de castigo en campos abiertos, dinámicos, que consideren a la persona que comete un delito como un ser humano con necesidades vitales, emocionales, y con unos derechos que se deben respetar en todas las circunstancias. Séptimo.— Consideramos que como marginados sociales que hemos sido y somos, y por haber sigo juzgados y condenados impunemente por unas Leyes injustas y unos Tribunales de Justicia discriminatorios, represivos y abiertamente fascistas, tenemos derecho a la concesión de una amnistía general que suponga la igualdad de oportunidades para participar en la constitución de un sistema social más justo. Por último, consignar que los principales objetivos de nuestra organización son sentar las bases para conseguir la organización de todos los presos del Estado; impulsar la lucha reivindicativa en las prisiones hasta conseguir nuestros objetivos, y hacer coincidir nuestra lucha en el marco de la movilización popular contra la dictadura reformada. ¡Por la democracia y el Socialismo! AND ALAN 9