Periódico semanal aragonés — N.os 158 y 159 — 16 al 30 de marzo de 1978 — 25 ptas. Huesca Desahucios I en el \ perpetuo Socorro £/ más clásico barrio obrero L Huesca se ha solidarizado L un desahuciado, hecho que % motivado una demanda conel presidente de la asoMáón por «sedición». (En confortada). Elecciones sindicales iGanaron los ¡trabajadores l\ triunfo de CC.OO., UGT mCSUT ha dejado en la cual amarillismo en Aragón. 80.000 trabajadores han b ya comités de empresa [en las tres provincias. (Amplio \kjome en págs. centrales). Renteros sin tierra Los grandes Iterratenientes quieren I echarlos En muchos pueblos de AraJón se está produciendo un ikómeno nuevo: los terratermes quieren llevar «directaPflito sus fincas a costa de jecAar o los renteros que cu¡vmm sus tierras durante geincfflcioneí. (Pág. 10). Salud sjnjnedicinas Guía naturista pe Zaragoza "'^oristerias, médicos natu\<*tm, C""T0S ^P'cMizados, ZZ"'el * Misen i Para ^uienes creen Lo primero, parar el paro Doce de cada cien trabajadores aragoneses asalariados se encuentran en paro. En estos momentos en que vamos a comenzar la andadura por el aún impreciso camino de la preautonomia, el dato es, cuando menos, descorazonador. El ya viejo tópico de «perder el tren de las autonomías» podría ser paradójicamente verdad para un Aragón que entra en un proceso preautonómico con su amplio territorio dramáticamente desertizado y profundamente desequilibrado, con sus recursos naturales secularmente rapiñados y con una población demasiado entrenada ya en hacer las maletas. Así las cosas, ¿cuántos aragoneses y con qué alforjas van a poder subir al tren rumbo a la tierra prometida? Pequeñas y medianas hasta hace bien poco; las grandes, más recientemente, muchas empresas aragonesas han comenzado a caer por la pendiente. Los expedientes de crisis, de cierre, de reducción de plantilla o jornada, comienzan ya a rebasar las estanterías de las delegaciones de Trabajo, como recoge el informe de la página nueve. Todo esto sucede, claro está, mientras ingentes cantidades de dinero salido de las ubres del crédito oficial —dinero abundante, barato y convenientemente aliñado con escandalosas exenciones fiscales— van a parar a manos del capital monopolista poco interesado, como es sabido, en crear nuevos puestos de trabajo. Así, se invierten más de 16.000 millones de pesetas en la Central Jacinto Ramos Térmica de Andorra para crear 250 puestos de trabajo, 150 de los cuales provienen de su tajo de Escatrón. Así, el capital monopolista lleva intención de invertir 60.000 millones de pesetas en cada una de las centrales nucleares que se pretenden instalar en Aragón y que no crearán más allá de 300 puestos de trabajo. Mientras, la pequeña y mediana empresa — que ocupa casi el 80 por 100 de la mano de obra aragonesa — , se encuentra descapitalizada y con difícil acceso al crédito oficial y privado. Recientes balones de oxígeno aparte, la PYME necesita sólo un millón de pesetas para crear un puesto de trabajo. Pero, ¿dónde está ese dinero? ¿Dónde los interesados en asfixiar el soporte fundamental de la economía industrial aragonesa? Todo lo descafeïnada que cada paladar quiera entender, ahí tenemos ya la preautonomia para Aragón. Y ahí va a estar, precisamente, su primera prueba de fuego: abrir vías para que buena parte de ese crédito oficial que circula por la red nacional, se encarrile hacia Aragón. Una vez en casa, ya nos encargaremos nosotros de controlar la marcha del convoy y de hacerle sus oportunos apeaderos. Si no somos capaces de trabajar en esa dirección pronto y duro; el flamante tren de las autonomías pasará de largo para siempre, como aquellos inolvidables cadillacs del no menos inolvidable «Bienvenido Mr. Marshall».