Aragón La II Conferencia del PCE en Zaragoza ha aceptado con escasas — pero importantes — modificaciones las tesis de mayor voltaje ideológico y político que el comité central de dicho partido presentará en el IX Congreso. En cinco agotadoras reuniones, abiertas a la Prensa, los comunistas zaragozanos protagonizaron apasionados debates sobre temas como la denominación del partido, la dictadura del proletariado o el derecho a la formación de tendencias en el seno de la organización. Se eligió también un nuevo comité provincial de treinta miembros — la mayor parte de ellos conforme a la propuesta oficial — y se aprobaron las líneas generales de una resolución política que marcará las directrices del PCE en la provincia. II Conferencia del PCE en Zaragoza: Debate a fondo Precedían a esta Conferencia 52 plenarios de agrupaciones de toda la provincia, cuyo intenso trabajo sobre el proyecto de tesis y estatutos produjo casi 250 enmiendas, entre contrapropuestas y mejoras del texto inicial. Debates contra reloj Por otra parte, y estatutariamente, la dirección saliente rinde cuentas a la Conferencia mediante un "informe" que los delegados a la Conferencia, una vez debatido, refrendan o modifican conviertiéndolo en "resolución". En esta ocasión el informe político no llegó a manos de los portavoces de los delegados (236, representando a los 2.133 militantes de la provincia) hasta pocos días antes de la Conferencia, a pesar de lo cual se produjeron en la discusión interesantes aportaciones de dirigentes del movimiento ciudadano (militantes de Delicias y La Cartuja), quienes echaron a faltar en el informe -cuya amplitud y espíritu autocrítico eran por otra parte notables— análisis sobre la política de alianzas del partido y sobre su organización territorial. Prevista la aprobación del informe en la tarde del sábado, el tiempo se echó encima y se optó por dar un voto de confianza al nuevo comité para su redacción definitiva, en base a la síntesis elaborada por la Comisión de Resoluciones y a las aportaciones que produzca la base del PCE en su discusión sobre los temas referidos, así como en torno a la posibilidad de cambio de denominación en la región (pasar a Uarmarse P. Comunista de Aragón) que, defendida por Fidel Ibáñez en nombre del C. Regional, fue contestada, entre otras intervenciones, por la de Javier Delgado, miembro del C. Provincial saliente. La vedette de la Conferencia -el debate sobre el proyecto de tesis y estatutos- ocupó de media tarde a media noche del viernes y la mañana y parte de la tarde del sábado. A pesar de lo cual no pudieron tratarse las tesis 7 a 14 (política del PCE en los frentes campesinos, sindical, de la mujer, la cultura...), en torno a las cuales se preveían numerosas enmiendas que se¬ rán defendidas en la Conferencia Regional por los 150 delegados zaragozanos. Una vez más, el tiempo se reveló como el principal enemigo de la Conferencia, en particular a la hora de los grandes debates ideológicos y estratégicos, que suscitaron principalmente las Agrupaciones del Casco Antiguo, Casetas-Potain, Cuéllar... En este terreno los temas más polémicos se centraron alrededor de la ya famosa Tesis 15 y de la número 6 (hacia la democracia política y social, el socialismo y el comunismo), sobre los cuales creyeron preciso intervenir los delegados por el Comité Ejecutivo, Cazcarra y Lobato. La ideología como eje En cuanto a la Dictadura del Proletariado, Lobato defendió la existencia hoy de otras opciones revolucionarias que no sean esa, y Vicente Cazcarra, reconociendo que "estamos tocando el fondo de nuestra estrategia". Uamd a no tomar al respecto ninguna decisión ligera. Entre los delegados que defendieron el término Dictadura del Proletariado, destacaron Javier Delgado, un abogado de Cuéllar —"al proponer que lo abandonemos, se nos está proponiendo que abandonemos el concepto de revolución política"— y Celestino Gómez, de Casetas, quien dio un documentado repaso a las alusiones que sobre el tema han venido haciendo Marx, Engels, Gramsci, Carrillo e Ignacio Gallego. La votación sobre este punto saldó, por ahora, el debate, con 109 en favor del abandono del término y 26 en contra. La denominación del Partido como marxistá-revolucio- CASA EMILIO COMIDAS Avda. Madrid, 5 Teléfono 22 81 45 nario (opción propuesta por el Comité Central) fue aprobada por 85 votos (entre ellos el grueso de las comarcas) contra 58 favorables a la adjetivación marxista-leninista, de la que se mostraron fervientes partidarios la mayoría de los oradores que intervinieron sobre el tema, entre ellos Javier Delgado, Pedro Fuentes (de Torrero), representantes del Casco Antiguo (entre ellos Fausto Archidona), de Cuéllar, de Casetas... "Reivindicar el leninismo para la teoría eurocomunista", "es el análisis del carácter del Estado en Lenin el que da vigencia hoy al leninismo", fueron algunas de sus conclusiones. Las intervenciones en este tema de Lobato -"seguir siendo leninistas en el sentido de transformar la realidad, sin encerramos en debates teoricistas"— y de Cazcarra —"devolver al leninismo todo su potencial creador"— abundaron en la defensa del texto inicial y de cidieron en su favor a la Conferencia, que rechazó por otra parte la posibilidad de realizar un Congreso o Conferencias monográficas sobre el tema. Libertad de crítica Finalmente cabe destacar, entre las enmiendas aprobadas, la que, a partir de dos textos complementarios de Casco Antiguo y de Cuéllar-Enseñantes, regula el derecho a corrientes de opinión no cristalizadas (es decir desprovistas de la posibilidad de tener autonomía organizativa) en el Partido, por entenderse "favorecedoras de aquella libertad de expresión y crítica que deben existir en su seno". También otra referente a la posibilidad de una crítica permanente a los órganos dirigentes del PCE en los órganos de expresión del mismo. Y algunas presentadas por Avenida Valencia como una mayor profundización en la crítica al stalinismo, la mención a la no legalización antes del 15-J de partidos republicanos y de izquierda, y una enmienda alusiva a las centrales nucleares, cuya paralización se defenderá hasta tanto, y previos estudios a fondo sobre esta forma de energía y otras como la solar y eòlica, el país y las poblaciones afectadas puedan definirse sobre la conveniencia o no de su instalación. Falta ahora saber cuáles de estas enmiendas pasarán el filtro de los delegados altoaragoneses, turolenses y za¬ ragozanos que los días 8 y 9 de abril participarán en la \[¡ Conferencia Regional del PCE Por otra parte, se produjo una intervención del Delegado del Casco Antiguo, Sergio Carrasco, en el sentido de reivindicar la revisión del proceso de separación y posterior expulsión del PCE hace unos años del dirigente local Mariano Hormigón, elegido en el VIII Congreso miembro del comité central (organismo que no se ha definido aún sobre aquella sanción aunque Hormigón no figura ya en las listas de sus componentes). Por parte de la presidencia, le contestaron Antonio de las Casas y Vicente Cazcarra, quienes informaron de que aún estando pendiente una entrevista del afectado con la dirección del partido, su comité regional ha iniciado la elaboración de un dossier que pasará al comité central. Por otra parte, Santiago Carrillo y Marcos Ana, entre otros dirigentes comunistas, se habían manifestado recientemente partidarios de la revisión de sanciones de los tiempos clandestinos, así como de una actitud de "puertas abiertas" a la consideración del reingreso en el partido de aquellos que lo solicitasen. Ramón Larburu La refundación del PCE Los debates preparatorios del IX Congreso del PCE constituyen uno de los procesos de clarificación interna más interesantes de los abordados por un partido comunista desde la muerte de Stalin. Coinciden en el, históricamente, la entrada en juego del protaganismo de la base militante (hasta ahora objetivamente limitado), la ampliación numérica notable de los efectivos del partido, el comienzo de su actuación legal tras cuarenta años de dictadura y, lo más importante, la necesidad y la voluntad declarada de autodefinición del propio partido. No creo que sea exagerado hablar, pues de la "refundación" del PCE al tratar el momento que atraviesa en víspèras de su IX Congreso. Curioso suceso que, en las circunstancias políticas actuales del país y de Europa, no deja de mostrar una fuerte dosis de audacia y confian¬ za en sí misma por parte de la dirección y de vitalidad del conjunto del partido. La importancia del acontecimiento (si bien es obvio que el Congreso no va a zanjar la discusión de los temas más polémicos en el seno del partido se ve acrecentada por el hecho de que es el primer congreso de uno de los tres partidos promotores del llamado "eurocomunismo". Con lo que, de alguna forma, ste convierte en debate de rango internacional, y confiere una responsabilidad tremenda a los dirigentes del PCE, que han arriesgado mucho, en primer lugar ante los demás partidos comunistas, y, en general, ante el conjunto de las fuerzas políticas europeas. Todo esto hace que la tensión de las sesiones de las diversas Conferencias en curso sea ciertamente dura y en ellas aparecen, junto a rasgos enormemente positivos, otros negativos, como un más que regular desprecio por el rigor teórico en las intervenciones de muchos dirigentes amparado en la general falta de formación de una base mayoritariamente nueva y la falta de una tradición de partido conscientemente asumida a la hora de enfrentarse a tamaño proceso de introspección: la áusencia de unos puntos de referencia claros desde los que acometer los cambios. El PCE corre el peligro, en esta situación, de dejar deslizar hacia un "aggiornamento" precipitado lo todos los comunistas queremos que sea el primer paso fuerte en la consolidación de un partido que responda a las necesidades de hoy: tan combativo en su actuación como riguroso en su análisis. Javier Delgado E. 6 AND ALAN