A partir del domingo pasado los órganos de dirección de Comisiones Obreras de Aragón se elegirán exclusivamente por sistema mayoritario mediante una sola lista abierta. Por 132 votos contra 48, los delegados de los 46.000 afiliados de CC. OO. decidían, casi al concluir su 2.° Congreso aragonés algo que para muchos es el giro más transcendental dado por la central sindical mayoritaria en muchos años. Sin la posibilidad de presentar listas diferentes en base a un sistema de elección proporcional, las tendencias y corrientes organizadas podrían no tener ya sentido Algo muy importante ha cambiado en Comisiones. Congreso regional de CC.OO. Las corrientes, al desván Pablo Larrañeta La enmienda al artículo 30 del anteproyecto de Estatutos que se debatió en el Congreso celebrado por CC. OO. durante el pasado fin de semana se convertía así en el punto culminante de una larga historia. Hasta el pasado domingo, los estatutos vigentes de CC. OO. afirmaban que «en las elecciones, en el caso de que se presente más de una lista de candidatura, se aplicará el sistema proporcional». Desde los viejos tiempos de la lucha en la clandestinidad, esta práctica pretendía hacer de CC. OO. un lugar en el que cupieran todos los trabajadores, incluidos los militantes de cualquier partido político de clase. El sistema de candidaturas múltiples y elección proporcional aseguraba cierta holgura para cuantas tendencias pugnasen por participar en la dirección de CC. OO. De hecho, durante años, en CC. OO. convivieron tendencias claramente diferenciadas detrás de las cuales, al fondo, no era difícil adivinar la influencia de diversos partidos socialistas y comunistas. Entonces, CC. OO. trataba de configurarse como la gran central unitaria de todos los trabajadores españoles. Pero, una tras otra, se produjeron las rupturas y el resurgimiento de la UGT socialista. En la actualidad, en CC. OO. hay, además de un alto porcentaje de independientes, militantes del Partido Comunista, del Movimiento Comunista, del P. S. A., de la Liga Comunista Revolucionaria y de Acción Comunista, estos tres últimos grupos en proporciones minúsculas. El fondo de las corrientes «El paso dado y la práctica acabarán asimilando CC. OO. con una central de corte tradicional, del estilo de UGT; es decir, acabará siendo en la práctica correa de transmisión de un sólo partido, el PCE» afirma Juan José Soro, secretario general de Banca de CC. OO. en Aragón, que recientemente abandonó el Partido Comunista y ha sido uno de los más activos defensores del sistema proporcional antes del congreso y durante su transcurso. «En CC. OO. —afirma por su parte Joaquín Bozal, veterano luchador del metal, uno de los portavoces de la minoría en el Congreso, dirigente del MC- hay diferentes formas de pensar, y esto no es secreto, ni nuevo, pi malo. Lo que podíamos llamar antes sindicalismo de nuevo tipo se caracterizaba por la práctica sindical asamblearia, por nuestra ligazón con los afiliados y sin afiliar, y sobre todo por la capacidad de dar cabida a las corrientes más diversas que nos permitían apuntar a ser vanguardia del futuro de unidad». Desde la posición contraria, Eladio Morán —veterano militante de CC. OO. también, militante del PCE- se preguntaba en la primera sesión del Congreso; «¿son necesarias las corrientes para que CC. UN PASO MAS HACIA rr m 3 OO. sea un nuevo tipo de sindicalismo? En definitiva, las corrientes son los partidos políticos, que en CC. OO. sólo significan un treinta o un cuarenta por ciento de los afiliados. Los independientes, que son mayoría, no podrían aspirar entonces á participar en los órganos de dirección de CC. OO.». «A los drganos directivos —añadiría el mismo Eladio Morán en la rueda de prensa del lunes— debe ir la gente con más consenso detrás; no hay que primar a las organizaciones políticas. Sé que otros opinan que el método mayoritario puede permitir que sea un partido sólo el que cope los órganos de dirección, pero la práctica sindical de CC. OO. de modo natural ha seguido siempre la vía del sistema mayoritario para elegir a los trabajadores con más prestigio entre sus compañeros». Un sindicato entre otros «Durante la clandestinidad -afirma en un escrito difundido antes del Congreso Antonio Domínguez, miembro del comité ejecutivo, militante del PCE- la inmensa mayoría de los cuadros y militantes de CC. OO. eramos afiliados a partidos políticos. Esto nos llevó muchas veces a funcionar en los órganos de dirección como corrientes ideológicas o políticas enfrentadas. Con la legalidad y la afiliación de miles de trabajadores, esa realidad se modificó para entrar en otra mucho más rica, donde la participación de los miles de afiliados coloca a los partidos (corrientes) en su lugar. Por tanto, desaparecen las razones objetivas que permitían estas corrientes». J. M. Andrés Navarrete, nuevo miembro de la ejecutiva elegida en el Congreso aludiría también en la rueda de prensa del lunes a los miles de trabajadores no afiliados a ningún partido político: «las corrientes son necesarias en una alternativa unitaria, pero el pluralismo sindical, querámoslo o no, es hoy un hecho. CC. OO. es un sindicato entre otros. Con el método proporcional se haría muy difícil englobar a los independientes. Un hombre popular entre los trabajadores, puede salir elegido si se sigue el método mayoritario». Mientras, algunos representantes de la minoría ponen en duda que el sistema mayoritario se haya aprobado con este fin. El «Dossier Impugnaciones» La votación del artículo 30 de los estatutos, verdadero eje del Congreso, zanjaba para el futuro una polémica iniciada hace ya más de un año y reverdecida con la difusión de un escrito firmado por Joaquín Bozal, Concha Rodríguez y los secretarios generales del Textil, Hostelería, Comercio, Banca y Limpiezas, sindicatos donde la minoría está en mayoría. Tras acusar de ingerencias y manipulación e a determinados miembros de la ejecutiva, el escrito denunciaba el hecho de que en las elecciones de delegados del Metal al Congreso, se había impuesto el sistema mayoritario «que permite a quien tenga la mitad más uno de los votos excluir al resto». Lo mismo ocurriría a la hora de elegir los delegados para el Congreso Confederal, «contra lo que es habitual y está reglamentado» De ahí surgiría la impugnación de la elección de delegados al Congreso Confederal que en la sesión del sᬠbado el Congreso Regional rechazó por 131 votos contra 41. Este escrito, junto con otros de respuesta, había sido publicado en un «Dossier Impugnaciones» que tensó los ánimos en los días anteriores al congreso. El secretariado provincial respondía en este dossier a los firmantes de la impugna-, ción con frases durísimas: «durante el congreso del 77 un grupo minoritario orquestó una campaña de intoxicación. Hoy, en el 78, sucede algo parecido. La misma o similar minoría orquesta la misma caza de brujas y demonios antidemocráticos»; «el documento sólo se puede calificar de confuso y de verdades a medias, pero retorcidas» señalaba, para concluir llamando a «estos compañeros para que no se sientan la conciencia cívica de los afiliados a CC. OO. y comprendan que cuando reiteradamente su opinión no es aceptada ni comprendida, algo sucederá, y que no se dediquen a la búsqueda maniquea de manipulaciones y manejos». Al final del Congreso, los delegados votaban la nueva ejecutiva por el sistema mayoritario. De los 30 miembros que la componen, dos —Joaquín Bozal y María Pilar Sanz, su mujer— son militantes del MC. Siete son independientes. El resto, en número de 21 —y entre ellos el reelegido secretario general de CC. OO. de Aragón- militan en el Partido Comunista. Todos los nombres fueron propuestos por la comisión de candidaturas al Pleno, que los votó masivamente. Durante todo el congreso, los 41 votantes de la minoría se esforzaron por demostrar que su actitud no significaba la defensa de una sigla de partido sino una concepción sensiblemente diferente en rgo d lect lilio o ac fut »tos ) gei lara las ] A. 1 el i tra parí ïses, ajac sobre lo que debería ser la estr izacio tura de CC. OO. y su papel rambiér como organización sindical en y e ucha de clases. La mayoría tri 0 ^ fante en el congreso —«la den ^s ^ cracia es la opinión de la maj ría», afirmaba el escrito ya cita del secretariado provincial en «Dossier Impugnaciones»— dujo el Congreso de manera sirviera para bastante más quel supresión de la razón de ser de| corrientes en el seno de CC Se trataba de discutir y votar el forme del secretario general Li Martínez, de aprobar los nue^ estatutos y de presentar enmii das al programa de CC. OO. q| será debatido en el próximo c| creso confederal en Madrid: de ntra n tie que Igun de 1 énfa resc rarí; enei al í licí cío lan luc Folios para la mayoría3 johtiza oy pre e la al sioi En un informe de veinte folie1} 0 ,-uis Martínez analizó pormenoi? at0 ( /.adámente el cambio político y un ' marco en el que se encuentra hi e Ar CC. OO. Algunas críticas a U(j Dyi no impidieron que el secretario i OO. gional de CC. OO. la señalara ce Pc™ rao la sindical por la que pasa h1^ orieí «exlusivamente» la unidad de a^-- 0V ción a nivel general. «Sólo foracic aquellas ramas o empresas donlt a ya existan sindicatos con auténtiS n: 1 implantación deberemos aceplte ce su presencia en la mesa de ne^nes, elación», centrales a las que C del P' OO. tendrá que convencer de qfi0^ e «no se puede hacer sindicalis| la ' con menos del 5 por ciento del1 cratl votos aunque los programas yj ^ intenciones sean las mejores y ql su mejor servicio a la clase obre1 lon será el entrar en CC. OO.». ^.^1 c Las críticas más duras fuerWon ' contra la patronal (CEOE) y el|| bierno de la UCD que enl proyecto de Constitución pret| den «limiiar el derecho de huelf institucionalizar el lock-out y esisj blecer como sistema económica de economía de mercado» mantendría en las empresas ^ misma dictadura de siemprt «Vamos a reforzar la unidad el UGT y a combinar adecuadam^ te la dialéctica presión-negoc!J| ción». El punto del informe q^NDA sería objeto de mayores críti(||car t —también de una enmienda ^e¿onc prosperó— fue el relativo a la a[ ^ ^ cación y resultados de los pací ^ de la Moncloa, enjuiciados \{ Luis Martínez de manera mei*1 tajante —«a seis meses de la fin podemos afirmar que la crisis et nómica se ha detenido»— de que deseaban muchos enenií| dantes. La necesidad de captai los técnicos para que no caigan la órbita del amarillismo —«una sión estrecha nos ha permití abusar de las subidas salariales neales», frase que sería contest por Eladio Morán entre otros ^ urgencia de dotar a CC. OO una estructura fuerte, bien orgai zada, con medios financieros ha recurrido a un préstarw de 15 millones) y con servicio] mutualistas, recreativos, depoi tivos, etc., ocuparía buena P'à^~^ni de un informe en el que para ^ da se aludía a la pugna entre ce | rnt me lion us os I act soi r n meo nez e C gio tajs col qu nti ido; nte