Cultura 01 a i rcelJ mJ a esj io íbricj resaj 'om s, à Josl :cliat«l nr vJ aprJ ristasl cial, o últj conl •ía di la del avesl ibioj ICO,! "íod no juvea os .lid sus isenti ie ibajoj adesi nóraii pella d, caí rtel más ora , viceversa. i trataría, con mucho optide buscar razones (todas sas, como siempre ocuiro luego salen defectos y Le nunca pensaste cómele ceña) para fundamentar Ictica: el paso, nunca infde lo concreto a lo genetrabajo a su función sola cultura a su significaftico; así todo. O dicho en [entencia: es aberración imponer un programa jero inusitado, sin praxis Acontece, a veces, en la -decía Machado-, ver lias cosas, que no son ver- soledad sería aquí una de la política en el vacío, .orización sin base: vanas iraciones. Por ejemplo, la ación de unos planos de in tener en cuenta ni el ni el sol; o la programaun arte socialista, a desaen etapas fijas; y otro durísima crítica teórica, r, inmisericorde y agria, los productos de una nueura, apenas nacida, y allí ahogada. s a intentar razonar esta eniencia ilógica de lo im, de lo programado desde No es por casualidad, os por caso, que hoy ras formas de vida —las \ y las degradadas-, o los k en uso, o los éxitos del Ido -nuestra cultura, en sean como son. No el inazar, que es tan inseguro, seguido, pieza a pieza, labordar nuestro actual baideas, de cantos, de lentabús, de prendas, de peway oí life. Todo tiene su , su causa y antecedentes, y nada gratuito, sin su traía socio-económica, tanto, el cambio cultural drá seguir una rara senda, i parta del viaje, todo lo ue se quiera, pero ya em[úo. Las rutas nuevas del de las formas de vida y • surgen espontáneas, pero xplicables socioloógicacomo nacidas del contexerente: cocidas en su pró10. En cambio, el progravitro, o el crío en probeta, al que bien hacen en la sorevolucionaria de nuesundo o cultura. Porque el ^Eü^K ^e Part^a es Ia realidad ue contar; y nadie andaría omodidad, si además del la dirección y el coche, én le trocaran a uno el 3 de origen de donde salió, sa es cambiar esta burguecultura, pero no empezar vez de nuevo, en base a letos programas, decretos ráticos, imposiciones rígi- i nSSPSRIA LIBRERIA [AZA JOSE ANTONIO. 10 ZARAGOZA De la cultura a la política das: todo extemporáneo, desde fuera todo. Así tendría que analizarse el binomio cultura/política. Política es —muy sumariamente, por supuesto— justicia distributiva, gobierno, superestructura, significado último. Y cultura —y el trabajo, también— es producto, acción, realización, hábito, logro. Por otra parte, el carácter más definitorio de la cultura es su dinamicidad, ya que sólo en el transcurso, en el desarrollo, en la cotidianeidad, puede la cultura formar una imagen, imprimir un sello al hombre de una época específica. Y como la política es, ya digo, distribución, reflexión, finalidad, no puede ser ella el lu¬ gar propicio para partir o desde el que iniciar la marcha, por ejemplo, hacia la ciencia, el trabajo, la técnica, el arte, el urbanismo, el nuevo humanismo. De aquella o de esta manera —parlamentaria, ministerial, municipal—, siempre son visibles los significados o las reflexiones socio-políticas que comportan los hechos humanos. La superestructura política es el lugar de todas las miras. Nada hay que no sea político finalmente. Por tanto, si la relación cultura/política se describe en términos de tendencia —adecuación a un fin, camino, marcha, proclividad—, no hay duda de que la cultura se inclina, se acuesta o tiende hacia y hasta la política; pero no viceversa. Porque si la política es el lugar final -el significado- de todo lo humano social, la cultura, si lo es, y en tanto grado, debe tender hacia lo político, pero no puede partir de él. Lo político, en cultura, es potenciar desarrollos, valorar resultados, liberar rutas. Pero no imponer. Ni tampoco instrumentalizar (como tantas veces se ha —hemos- hecho, con resultados políticos muy contrarios a los propósitos, de buena intención dotados y con tan inverso método llevados). Tal ha sido, muchas veces, la política seguida con los artistas, los escritores, los cantantes. Lo digo esto a ver si vamos consiguiendo ya la síntesis dialéctica, tras tanta negación durante el franquismo; y también, tanta instrumentalización, bienintencionada y mal lograda, de lo cultural; incluso en este último pero intenso tránsito hacia la cimentación de la democracia. No hay camino de la política a la cultura, sin embargo, ésta, sólo ya por ser humana, tiende imprescindiblemente hacia lo político. Por tanto, ni es autónoma, ni vive al aire de su propio vuelo. Es que la política es tan ineludible como significado que todo lo impregna, que cualquier actividad cultural o laboral 1 que no tienda hacia el progreso político, de ninguna manera puede sobrevivir y (perdón por el endecasílabo) al margen quedará de los caminos. Luis Yrache i Tan impreganados lo uno de ¡o otro: el trabajoy las formas de vida: siempre juntos en la Historia, inter-accionándose mutuamente. el nuevo CONCEPTO déla SANDALIA SPORT para este VERANO JOVEN PRECIO JO/EN ■ 1. 595piel NOBUK y N APAGALE piso microporoso la fresca elegancia i Ponga sus pies en su «taboada» más vecino: en todo TABOADA, en toda Zaragoza, encontrará lo que busca en moda. Siempre hay TABOADA junto a Usted, junto a su casa y junto a su gusto. ANDALAN