* Nacional Ya llevamos los españoles tres años de lenta transición política, de frustrante transición para muchos sectores, aunque sean numerosos y reales los pasos hacia una democratización nacional que está aún lejos de estar cumplida. El sosiego de los debates constitucionales y su duplicación veraniega en el Senado tienen bastante que ver con lo moroso de la marcha, si bien la contrapartida es un paso fundamental: disponer de una constitución acordada en su mayor parte y ratificarla mediante un referéndum constitucional. A partir del día siguiente a la celebración de este referéndum constitucional se abre el momento más oportuno para profundizar las formas democráticas, para acelerar el proceso democrático. Por ello el mayor problema político actual consiste precisamente en cómo se va a conformar la política nacional tras la aprobación de la Constitución Los problemas políticos Pactos, municipales, legislativas ¡Unión de Centro Demo- 0 ha iniciado con fuerza el ) hacia su fortalecimiento í continuar al frente de la 1 situación. Si bien la consfÓD va a ser capacitada por :|os partidos «consensuaaaser Suárez quien capa- ll proceso constitucional. A lerecha no ha surgido esa 1 mayoría que los outsiders ranquismo habían imaginaFraga Iribarne ha de recu•apoyarse en los más vetusparatos del viejo régimen y iponer un gobierno de «perlidades», pues tiene claro por la vía del voto seguirá ) irremisiblemente del poIJCD tiene claro que necesifranja de votos entre ella y 10E, y ahí está la bien aprovisita a Castro de su ile y la preparación y ion de su próximo con' kia una línea socialdeata, Son quienes así se deInan los que, con notable ¡aución del PSOE, van sa3 elegidos como compromii en las asambleas previas i organizaciones ucedistas. a. la izquierda es clara la necesidad de una consolidación y asentamiento de una democracia todavía cogida çon pinzas. Los sucesos y rumores de las últimas semanas, desde el problema de la policía hasta las escuchas telefónicas ha venido a ilustrar el hecho con claridad. Si las fuerzas de seguridad se le plantan a Martín Villa, '¿cómo reaccionarían, junto con el ejército, la magistratura, etc., ante fórmulas políticas más progresistas? En la izquierda se sabe que aunque una unidad de izquerda pudiera ser mayoritaria electoral y socialmente, no pasa de ser un presupuesto estratégico para después de la democracia aún no consolidada. Igualmente, la aireada «alternativa del poder» del PSOE es una perspectiva estratégica necesariamente pospuesta para después, a pesar de las imaginaciones estadísticas de «Cambio 16». Cumplido el tiempo de los pactos de la Moncloa, se plantea su continuación. El Partido Comunista, que ha sido el primero en definir su postura mediante un artículo de Carrillo en «Mundo Obrero», propone y razona la negociación de un programa político, económico y social, con características de programa común, sustentado por un órgano de seguimiento de los acuerdos, a la vez que exige el cumplimiento completo de los pactos anteriores. El PSOE sería partidario de un pacto social de tiempo más limitado suscrito exclusivamente por organizaciones empresariales y sindicales. Es la primera divergencia fundamental, en la que puede ocurrir que los socialistas se vean más o menos forzados como en el caso de la, Moncloa. A muchos parece necesario continuar con la política de fconsenso, pero también verían útil que los partidos de izquierda, el Partido Comunista, actuaran en el sentido de paliar los efectos negativos indudables de la política de acuerdos y en evitar que aumente la grave desmovilización política que ha experimentado la sociedad española en el último año, y que puede ser un peligro tan real para la democracia, como una política en la que el acuerdo quedara sustituido por el enfrentamiento primario y sin previsiones. Otro problema, uncido estrechamente al anterior, es la celebración de unas elecciones legislativas inmediatamente después de la aprobación de la constitución o la prolongación de la legislatura bajo las diferentes fórmulas de gobierno UCD, gobierno de coalición UCD-Minoría Catalana, o gobierno de coalición UCD-PSOE, a las que se añade la propuesta por Carrillo de gobierno UCD más independientes prestigiosos. Alianza Popular coincide con el PSOE en la renovación de las cámaras y el llamamiento a las urnas y el P.atido Comunista vuelve a coincidir con UCD en la prolongación de la legislatura. Una razón importante apoya esta segunda opción, además de la saturación de elecciones en año y medio (referéndum, dos legislativas, municipales...), y es la de la urgencia improrrogable de realizar las elecciones municipales, que además garantizarían unas siguientes elecciones legislativas más claras y limpias de las que se harían con los atuales ayuntamientos. Lo que no parece conveniente desde ningún punto de vista es la prolongación total de la actual legislatura, sino sólo su renovación transcurrido un prudente plazo después de las municipales. La cuestión de qué gobierno debe dirigir el tiempo político para la elaboración de unos nuevos pactos, la celebración de las municipales y la preparación de las legislativas, debe ser contestada desde la perspectiva de la mayor eficacia para avanzar en la consolidación de la democracia. Un gobierno de coalición de los dos partidos más fuertes, UCD y PSOE, cumpliría evidentemente esta función. Puede estar pactado ya hace tiempo, o al menos su posibilidad. No parece casualidad que en el raparto de carteras regionales, dp modo uniforme le hayan correspondido al PSOE, las que tradicionalmente le corresponderían en un gobierno de coalicción: trabajo, cultura, obras públicas... etc., y UCD se haya reservado aquellas a las que la derecha no puede renunciar: hacienda, interior, educación... C. Forcadell El sha recientes matanzas de (tenares de manifestantes en que caían acribillados por disparos lanzados por cañoy metralletas sobre una multí desarmada, han intentado Picarse ante la opinión públioccidental con argumentos falsos como los que se han bdo en el interior del país: si Irán no ha dejado de hablarse consabido complot planificay financiado por fuerzas extep, de puertas afuera la imai que se presenta es distinta :o igualmente falsa: los intende modernizar el país que el 'h impulsa, chocan contra la tóón oscurantista que encaria secta religiosa chiita que se ^e fanáticamente al progreso klaoccidentalización del país nombre de la ley coránica, «ta forma, se intenta equihistóricamente al shah con piadores que protagonizaintentos similares -como se«Icaso de Kemal Ataturk en tquia- y sólo ia oposición a .formas y el fanatismo de Amigos serian los responies de la represión que se ha pcadenado. Otro dictador que se tambalea Sin embargo, no es difícil desmontar como en otras muchas ocasiones semejantes versiones oficiales: Irán, con una población que se aproxima a la de España, es el cuarto país productor de petróleo del mundo, a la vez que sus riquezas naturales en gas, carbón, hierro y cobre son también muy importantes, y tras el alza de precios que se produjo en 1973, ha visto revalorizarse fuertemente sus recursos hasta el extremo de que el shah acaricia la idea de convertir al Irán en el quinto país por su producto industrial. En estos últimos años, las mutaciones que se han producido en su estructura económica han sido profundas: el fuerte superávit en la balanza de pagos ha servido para financiar un espectacular crecimiento de sus importaciones que han ido transformando la sociedad iraní a la vez que se acentuaba en ella los rasgos de economía dual. Por una parte se desarrollaba aceleradamente un sector moderno con una industria capaz de incorporar las más avanzadas tecnologías —pero generadora de escasos puestos de trabajo— mientras que en cambio se arruinaba la agricultura y la ganadería tradicional —incapaz de competir con los precios de los alimentos que se importaban—, se hundía el pequeño comercio ante la competencia de los supermercados y el ejército de parados se veía aumentado también por un elevado número de artesanos incapaces de adaptarse a un proceso tan rápido. De esta forma, se ampliaba el estrecho círculo del poder económico en Irán que hasta hace pocos años detentaban las diez mayores familias latifundistas, para pasar a crearse una pequeña élite de burguesía mercantil con cuyo apoyo dirige el shah al país. En cambio, el hundimiento del sector tradicional de la economía iraní, en un momento en que la ostentación de las clases privilegiadas exhibía todavía más la miseria de los desheredados, ha sido el caldo de cultivo en el cual se ha desarrollado una protesta popular que en un país con elevadas tasas de analfabetismo ha debido utilizar como instrumento capaz de coordinar este movimiento a la religión islámica. Sus dirigentes —el clero chiita con líderes tan respetados como el exiliado Khomeiny- gozan de un prestigio popular del que carece desde luego un personaje tan conocido en Occidente como el shah, quien se ha encargado periódicamente de echar carnaza a la prensa del corazón con episodios que van desde el sonado divorcio de Soraya al insultante despilfarro de la celebración del supuesto carácter milenario de su dinastía en Persépolis. Con este panorama social como telón de fondo ¿puede insistirse en que las revueltas populares que tan ferozmente se reprimen estos días en Irán tienen un carácter reaccionario? Pero no es sólo el shah el interesado en aprovecharse de los prejuicios que en muchos países existen contra las culturas no occidentales y de la falta de respeto hacia las distintas escalas de valores de los diferentes países no industrializados. Para Estados Unidos, las riquezas de Irán y su privilegiada posición estratégica en la frontera rusa, son elementos fundamentales que explican su reiterada intervención en la polí¬ tica de este país con episodios tan significativos como la caída del gobierno nacionalista de Mossadeq, cuando este político se entrentó al poder de las grandes multinacionales del petróleo. A la vez, dada la potencia de un ejército mimado por cuantiosas partidas presupuestarias. Irán puede jugar un papel de gendarme del imperialismo americano en la mayor zona petrolífera del mundo, y por todo ello, Estados Unidos se esfuerza en asegurar en el trono al shah -quien también goza de las simpatías chinas- y muestra al mundo con afán publicitario los intentos de reforma que ha protagonizado para convertir al país en una monarquía constitucional... en la que la mitad de los miembros del Senado son designados directament por el shah y donde sólo existe un partido único, al cual se ha enfrentado un oposición moderada entre la que se cuentan grupos marxistas que han intentado utilizar las reglas del juego, pero cuyos principales líderes se encuentran hoy encarcelados. J.A.B. ANDALAN 3