hnIsiUíii n.0 390 Segunda quincena octubre de 1983 sumario El ¿debate? del aborto A debate. — La Hacienda Municipal sin cifras Educación. — Sobre los libros de texto y la historia Los nacionalismos en España de la Restauración Teruel, buscando el 10 13 16 19 23 Galeradas. — Pilar Navarrete El Saldubense, semblanza de un diario zaragozano 31 Hablando del Opus . . 35 ísanaje. — Federico Torralba 40 Pilar/83. Jo, que fiestas 43 Y las secciones: Recortes de Prensa, Aragón, Rolde, Bibliografía aragonesa. Libro quincenal. Artes liberales y Cómic. Director: Eloy Fernández Clemente Redacción: Enrique Ortego Maquetación: E. Ortego y J. L. Cano Portada: Cartel de A. Póstigo. (Accésit al Concurso de Carteles del Pilar de 1983.) Administración: Carlos Burrel. Publicidad: Juan Giner. Y Javier Inglés. Wita: ANDALAN, S. A. San Jorge, 32, pral. Teléfono 396719 mprime: Cometa, S. A. Carretera Castellón, km 3,4. Zaragoza. Depósito legal: Z-558-1972 Se acabaron las fiestas La realidad es dura, señores. Porque las fiestas acabaron. Terminó la alegría de las calles pero es que todo era ilusión organizada por el ciudadano, oaís irreal para creerse duende, fèliz v nocturno. El aire festivo es un castillo en el aire pero, a la postre, va a resultar que todo, aquí, son castillos en el aire. Hasta los proyectos políticos. Por misteriosas razones que sería prolijo explicar, suele creerse que un baño de Poder enseña más que años de militància política esgrimiendo, con gallardía o con tozudez, profundos convencimientos. Lo que era proclamado se convierte en provechoso pero irreal, y lo que era creíble pasa a ser, cuando los aires de la victoria refrescan la mollera, irresponsable teniendo en cuenta la incontestable realidad de la coyuntura económica o internacional. El reciente viaje del presidente González es una prueba eficaz del grado en que determinadas servidumbres terminan por agobiar, por dar al traste con expectativas reiteradamente subrayadas cuando la inicial voluntad política queda supeditada o corregida ante la constatación de circunstancias relativamente adversas. No hace mucho todavía era patrimonio teórico y político de los socialistas españoles el rechazo a una integraciódn militar que, dada nuestra situación geopolítica, pondría en peligro nuestro territorio dado el caso de un conflicto bélico; pese a ello, y por razones sustancialmente económicas pero disfrazadas con frecuencias de altisonantes declaraciones sobre nuestra pertenencia histórica a Europa, se abogaba por una paralela integración en la Comunidad Económica Europea. Nada parecía imposible y, ciertamente, el ofrecimiento no tenía nada de exagerado o demente: el ejemplo de Irlanda se mostraba como un digno antecedente para subrayar la legitimidad de la pretensión socialista. Meses después podemos considerar desolador el panorama. Y el presidente González ha recibido un rudo testimonio durante la reciente reunión con presidentes socialistas realizada en Atenas. Tanta palabrería respecto a nuestro europeísmo ha venido a concluir que también España debía contribuir a la defensa de los valores occidentales, provechosamente esgrimidos a su antojo y conveniencia por el presidente Reagan; la modificación de las posturas socialistas parecía ser la contrapartida a la desaparición obsesiva de las zancadillas de la vecina Francia. Ofrecíamos nuestro territorio a la militarización OTAN a cambio de ser recibidos y agasajados en el concierto económico europeo. Pero qué distinta es la situación. El socialismo español puede comenzar a ser consciente de ello; la sinceridad de los colegas internacionales no ha podido alcanzar mayores cotas de transparencia. Mientras las advertencias sobre la conveniencia de integración militar aumentan — no, ciertamente, positivamente descaradas pero, desde luego, retrasando lo que fue promesa animosa durante el proceso electoral — , un jarro de agua fría apaga los escasos rescoldos que mantenía viva y posible nuestra esperanza — la confianza de miles de agricultores, de miles de comerciantes para quienes la posibilidad del mercado europeo es un flamante El Dorado — de encontrar relativa solución a la crisis económica en el contexto internacional más cercano. A la dura realidad. Este es el caso. A pesar de que el ministro y novelista Morán repita, desde Bruselas, que ha recibido buenas pero cautelosas palabras, promesas entre bastidores. Se aceptó la estrategia militar atlantista para demostrar que vestimos como Europa y que necesitamos comerciantes de Europa y resulta que nos dejan con taparrabos: aquí se acabó la fiesta. Europa quiere que seamos una base militar africana. Si Irlanda es económicamente Europa y militarmente Irlanda, hacía falta un caso en que un Estado fuera militarmente Europa y económicamente nada. Nos va a tocar a nosotros. ANDALAN 3