do el lunes 26 de enero, el procesado se niega a pagar la -fianza, mientras simultáneamente a la práctica de la notificación del procesamiento, en otro lugar del Juzgado alguien se dedica a pedir firmas solicitando la libertad, pero sin mencionar el! resto de ios lechos. ¡Ah!, por cierto, olvidaba el último ingrediente de tan suculento plato gestado en las cocinas de la torpeza política y la insoiidaridad, ei mismo día aparece un artículo en la «Hoja del Lunes» firmado por dos dirigentes del mismo partido que el procesado diciendo que el juez instructor que dicta el procesamiento tiene en su despacho un retrato de Franco, — ¡o cual, por cierto, es verdad — y que por tal motivo se le ha denunciado ante el Ministerio de Justicia. ¿Pueden ustedes imaginarse los ánimos con que el juez recibe poco después el escrito firmado por los abogados pidiendo la libertad?,, ¿no?, pues la solución es sencilla, díganle ustedes a su mejor amigo que les atice un martillazo en las gónadas, que diría Senillosa, y a la vista de lo que haría usted con su indicado amigo por haberla obedecido, puede imaginarse el, estado de ánimo en que se encontraba el juez instructor. ¿Qué no le parece suficiente? Pues aún hay más, porque apenas cuatro días después, en cuanto la prensa deja de hablar del tema, se paga la fianza y el procesado sale a la calle. Puede que haya alguien que todavía no esté convencido, pero ya sabe que no hay más ciego que el que no quiere ver, .ni peor sordo que el que no quiere oír. Afortunadamente, la historia no ha acabado mal, desde el punto de vista estrictamente personal, para los catorce procesados qie a última hora se han enfrentado sólo a una petición por falta y no por delito, pero ello no ha sido gracias precisamente a quienes les metieron en el lío sin consultarles, que todavía en vísperas del juicio seguían jugando a los revolucionarios con los intereses de ios demás, sacando convocatorias populares en la prensa — raenos mal que el pueblo sigue sin, hacerles caso — y haciendo pintadas estúpidas y tan torpes como el escrito inicial,,, por no hablar de otros temas 10 ANDA LAN más graves que no les achaco porque suponerles capaces sería situarles a un nivel en el que ni yo mismo les imagino, Y que nadie pretenda ver en estas líneas algo distinto de lo que se dice. No estoy defendiendo posturas que no puedo apoyar, como el que un juez tenga un retrato de Franco en su despacho, o el que la Judicatura reaccionara como en su momento lo hizo; ni estoy manifestando disconformidad alguna con el fondo del escrito en cuestión, que en realidad contiene una apreciación política que diariamente se está haciendo y que es muy legítima; ni mucho menos estoy oponiéndome a que se trate de conseguir la libertad de una persona acudiendo a todos los medios pacíficos imaginables. Lo que estas líneas pretender ser, una vez que se ha celebrado el, juicio,, que los hechos declarados probados están, recogidos en la sentencia y que uno ya no se debe solidariamente de la misma forma, a todos los procesados — aunque esa ruptura de la solidaridad, se reduzca exclusivamente al campo de las motivaciofies y .apoyos políticos, no al de las personas, ni al del, comipañerisrno profesional — , es simplemente una crítica, muy seria, porque serias fueron las consecuencias de la irresponsabilidad ajena para buenos amigos y luchadores demócratas, pero al mismo tiempo leal, y amistosa, porque la amistad y la lealtad, han de anidar en el fondo de las relaciones, incluso de la crítica, entre las gentes de izquierda. Quizás para alguno este ■ artículo esté exclusivamente lleno de claves y se queje de que me guardo en el bolsillo los datos necesarios para interpretarlo. Creo que no, y que en cualquier caso no tendrá ningún lector de ANDALAN que ir muy lejos para conseguir esos datos. Esencialmente me basta con que lo entiendan quienes deben hacerlo y que de cara al futuro tengan presente que lo coherente, lo revolucionario, es apechugar en cualquier caso con las consecuencias de los propios actos; sean cuales sean. Entonces, seguro que podrán contar con la solidaridad, de los demás., MIGUEL ANGEL ARAGÜES ¿Qué pasln Europa? Durante la semana del 15 al 23 de octubre se ha producido la mayor movilización de masas de la historia europea desde la última Guerra Mundial. Sólo en Alemania se calcula que unos 3 millones de ciudadanos han, participado en los cientos de actos, manifestaciones, bloqueos, marchas a pie o en bici, cadenas humanas, etc. A primeros de octubre más de 1001 personalidades, entre los que figuraban varios premios Nobel, abrieron la, campaña de acciones con el bloqueo de Bitburg. Desde entonces no han cesado las acciones: bloqueos con marchas de bicis como en Spangdahlem, o a pie como en el puerto-base de Bremerhaven, o en Heidelberg, Arsbeck, etc.; acampadas por la paz como en Waldheide, Bitburg, Grossengstingen, Baierbach, NeuUlm, Nordenham, etc.; para culminar en las jornadas del 22 y 23 con esa cadena gigante de ciento y pico Km. entre Stutgart y Neu-Ulm, y con esas increíbles concentraciones de cientos de miles de personas en Bonn, Hamburgo, Roma, Viena, Londres, Madrid, etc. ¿Qué pasa en Europa?! ¿Cómo es posible que 70 % de los alemanes desau-l toricen hoy el despliegue del los euromisiles cuando hacel poco más de un año el Bundestag lo respaldaba unáni-i memente (incluidos los socialistas del SPD que fueron] quienes lo plantearon desde el Gobierno)? ¿Qué ha pasado en estos 3 últimos años para que un movimiento j marginal como era el pacifismo haya pasado a levantar iaj colosal oleada de opinión y de movilización ciudadana que hoy vivimos? La respuesta es tan sencilla, j como aterradora. Europa fia empezado a entender que la 3.a guerra no sólo es posible sino que cada día es más pro-j bable. En Europa, Occidental y en la Rusia europea, se cteirtaD ya por miles las armas nucleares de alcance corlo y medio. Sólo en Alemania Federal existen unas 6,.OO0i armas nucleares, aun antes de desplegar el primer Pershiag II. ' Los cientos de misiles franceses e ingleses, junto con las diversas familias de SS soviéticos, completan el aterrador reparto que ya lif está dispuesto a representar Manifestación pB11131"3' n cualquier momento la traedia de la guerra «limitada» n ese teatro que se llama topa. Los euromisiles en esta si[tuación suponen la amenaza un salto cualitativo en la [carrera de armamentos y en tensión internacional entre is dos bloques. Con el preItexto de la amenaza sobre Europa de los SS-20 (que por [otro lado obviamente es |real), Reagan está forzando paso tan grave para la [URSS como lo sería la insta;ión de misiles soviéticos en iba. Si recordamos que el nple intento de instalarlos ce años por parte de Mos[cú, supuso la decisión radical ¡ guerra por parte de Esta)s Unidos (recordemos que alerta roja fue dada a tois las unidades americanas, l'ncluida la base de Zaragoza, fue evacuada en secreto), penderemos mejor la situa|ción que se está creando. Los Pershing, que actualmente tienen un radio de s 2.000 Km., pueden papar con pequeñas modificaciones técnicas a alcanzar en I menos de 10 minutos, con ' precisión de pocos me' objetivos a cerca de 10 Km. Esto supone tener todos los centros neurálgicos de la Rusia europea, incluido Moscú, a 6 ó 7 minutos de la destrucción total. En estos últimos años e incluso meses, los europeos han empezado a entender que los Pershing II y Cruis$e no son armas que defiendan sus territorios de la amenaza soviética, sino que por el contrario son armas de primer golpe que pueden crispar los nervios del Kremlin a niveles más que preocupantes. Los ciudadanos de a pie han empezado a entender que tan generosos regalos made in USA (al igual que la base americana de Zaragoza, por ejemplo), lejos de protegerles de los rusos, atraen sobre ellos la atención estratégica del tinglado nuclear soviético. Con los Euromisiles, Reagan está consiguiendo no mayores cotas de seguridad en Europa, sino todo lo contrario; aunque eso sí, está consiguiendo que el teatro europeo, de cara a un posible conflicto nuclear, gane enteros de interés y esfuerzo militar disminuyendo en términos relativos la amenaza directa sobre el territorio de Estados Unidos a costa de Europa. Esta simple posibilidad, en la medida que crezca la hará cada vez más tentadora como opción en un ambiente de creciente tensión en el que una escalada de malentendidos o agresiones puede dispararse en cualquier momento desde Centro américa, Líbano o Irán-Irak. La brutal, vergonzosa e increíble agresión de USA sobre Granada, es cuando menos una muestra de lo dicho. Lo de menos es ya la indignación que causa la prepotencia y la chulería del todopoderoso imperio frente a una pequeña nación que osa hacer su vida a despecho del gigante. Lo más grave puede ser la cadena de consecuencias. ¿Podemos imaginar qué estado de ánimo habrá en el Estado Mayor soviético o en el Kremlin? Y ¿cómo evolucionará, éste, el día que Reagan diera la correspondiente orden de invadir Nicaragua? O ¿qué puede ocurrir el día, probablemente cercano, en que los Execet franceses ataquen los depósitos petrolíferos iraníes y Jomeini cumpla su amenaza de bloquear Ormuz? ¿Qué hará Moscú el día en que buena parte de los 200.000 soldados de las fuerzas de despliegue rápido americanas invadan Irán, cuestión que entra ya en las previsiones inmediatas como altamente probable? El anuncio soviético de instalar nuevos misiles de alcance corto en Alemania Oriental y Checoslovaquia si se despliegan los euromisiles, junto con la amenaza de abandonar las conversaciones de Ginebra, hecho ya como inminente por Andropov, marcan el carácter de la respuesta a las preguntas anteriores. Ciertamente la responsabilidad histórica de la demencial carrera de armamentos y de la política de bloques corresponde a ambas superpotencias. Pero aun a riesgo de recibir las consabidas e «imaginativas» acusaciones de prosovietismo, hoy entiendo de elemental honestidad denunciar el papel irresponsable y suicida de la administración Reagan como principal responsable de lo que amenaza ser una cadena de agresiones y provocaciones que pueden desatar fatalmente, lo que nadie quiere, el holocausto nuclear. Entender todo esto permite entender lo que está pasando en Europa con el movimiento pacifista, al tiempo que suscita la indignación de no pocos ciudadanos cada vez que escuchamos, encendidas defensas de nuestros aliados los americanos, o cálidas comprensiones hacia el despliegue de los euromisiles en boca del Presidente González o de su ministro Morán. Entender esto no nos puede llevar sino a urgir un referéndum claro para salir de la OTAN y a exigir el desmantelamiento de las bases USA en nuestro país. No nos puede llevar sino a exigir una necesaria, aunque difícil, neutralidad militar, única actitud política desde la que podríamos colaborar, aunque sea modestamente, a la distensión y a la paz en el mundo. PEDRO ARROJO Los misiles de alcance medio norteamericanos. ANDALAN 11