f 8i Aunque parezca extraño. Amir foe maches siguen pensando que ni la música, ni el cine tienen un hueco en los estudios universitarios, que las obras de A. Hauser — un clásico ya, fuera — todavía no han sido integradM en la Universidad española. Hubo música en la Universidad española. En la zaragozana. Se supo dar a la música el rango cultural que le corresponde, el papel didáctico exacto, hacia la formación de una sensibilidad estética y la justa comprensión de la historia en su desarrolle armónico. La cosa empezó aquí hacia 1953, cuando el profesor Federico Torralba estuvo,, de encargado de la cátedra de Arte. Creó entonces un seminario de música, nada menos que con el nombre de "Gaspar Sauz", que duraría hasta el 57 aproximadamente y que suscitaría, den» tro de la misma Facultad tal interés que otras cátedras orientaron también su actividad hacia una comprensión del hecho musical: así, por ejemplo, los trabajos del Dr. Beltrán en torno a la música popular y el folklore. Las actividades del Seminario promovido y activado por Torralba (hoy recensionada® en una Memoria presentad por nuestra LA MUSICA EN LA UNIVERSIDAD Universidad al Congreso sobre este tema y con este título en Sevilla, publicada en el núm. 6 de los Cuadernos de Actualidad artística de la Dir. Gral. de B. Artes, Madrid, 1970, pp. 118 a 124) , tuvieron diversos niveles y orientaciones. De un lado las clases normales, una vez a la semana, a primera hora de la tarde, én el Aula Magna de Filosofía. Durante hora y media o dos horas, tras una introducción del profesor sobre un tema de Historia de la Música, se escuchaba un tema elegido por los alumnos, se discutía, y finalmente se escuchaba una obra-modelo. En las lecciones extraordinarias, unas veces en la Facultad y otras en Radio Zaragoza y hasta en ^ conciertos, intervendrían prS* ajenos a la cátedra y artistas • tados. El número de alumnos % creciente, de muy distintas prócl? cias dentro y fuera de la FacJJ llegó a convertir esta actividad algo, aunque normal y sencillo l lito casi a nivel universitario, L mación musical del estudiante1 dio es prácticamente nula, como t dos sabemos. Luego, aquéllos ni teamientos pioneros fueron sei! por Seminarios en Historia c poránea y por las actividades ue , Colegios Mayores. Es casi hoy. j ^ también, con el regreso del Dr i derico Torralba, ahora como fe tor del Departamento de Arte nuestra Universidad, nos consta aquel planteamiento volverá vuelto a sentarse otra vez, ^ blemente, en las aulas universitaii» Finalmente un estudiante de Histi ria, por ejemplo, podrá entenden barroco, el romanticismo o el in^ sionismo, como fenómenos no aisl dos, no exclusivamente literaifa pictóricos, sino como épocas, ci arte total. La música, en la Uni sídad, tiene su lugar, su cá Otra vez. HUMOR y MUSICA • Dos grandes escuelas de la música zaragozana: El «Oasis» y «El Plata». Esta última parece tener mayor éxito entre la juventud (militares sin graduación, hippies, matrimonios progres, etc.), sobre todo por su gran batería, el popular don Luis. • Fuentes no muy bien informadas dicen qm se ha subastado la batuta de Dimitry Berberofí y dieron por ella (un coleccionista húngaro) 11 reales. • Aviso para despistados: Conservatorio no significa fábrica de conservas. • ¿Saben ustedes que Pepín González Uriol va a publicar su autobiografía en tres tomos? • Totalmente en serio: el gran ausente del humor y de la música zaragozana es, sin duda, Luis García Abrines. Sus amigos reciben de vez en cuando sus noticias y genialidades, la última de las cuales, su fabulosa narración (también autobiográfica) «Mi operación de almorranas». • En cierta localidad aragonesa — de cuyo nombre no quiero acordarme — sólo comienzan A su hora las "vaquillas": los conciertos depen esperar a que éstas finalicen. ¡Olé! CHAFATECLAS