La Orquesta de Cámara "Ciudad de Zaragoza i* En abril de 1969 dio su primer Concierto con el nombre de Orquesta de Cámara de JJ. Musicales. En 1970 obtiene el premio "Judibil" a la mejor interpretación musical del año. Premio instituido por el Círculo de Bellas Artes de Lérida. En las siguientes temporadas interviene en Festivales de E'spaña. Desde abril de este año, y amparado por el Bxcmo. Ayuntamiento ostenta la denominación de "O. de C Ciudad de Zaragoza". En el pasado noviembre ha ganado en el segundo premio con Diploma de Honor en el Concurso Nacional de interpretación de Música de Cámara "José María Ruera", en Granollers. En la actual temporada tiene programados doce conciertos que se celebrarán en Aragón y Rioja. Evidentemente, la Orquesta de Oáimara "Ciudad de Zaragoza" — júnica agrpación de su categoría hoy en toda la Región — nació ya adulta, y por lo tanto no es de extrañar el cariño suscitado y, en definitiva, el calor con que se acogen todas sus actuaciones. Lástima que, a pesar del apoyo municipal, no pueda tener esta orquesta ún mayor relieve, que sin duda le concederla una personalidad excepcional en toda España. Quizá una de las razones de esta limitación sea la falta de una batuta en dedicación exclusiva, y» ^ue, sin olvidar por un momento el extraordinario entusiasmo y dedicación de los profesores que constituyen esta orquesta y de modo especial a Angel Jarla, está claro que es una dificilísima tarea dar cohesión a criterios personales de interpretación. Elstamosi seguros de que la Orquesta está abierta a un director que cumpla este cometido. V I (Antes y después del Concilio) LA MUSICA RELI6I0SA Hoy por hoy, con el notable viraje de la Liturgia después del Cóncilio Vaticano II hacia una participación más viva y sentida, no tenemos una tradición de la música religiosa heredera de los grandes nombres y las grandes obras de los Olleta, Arnaudas, Azara, Cuartero, Agüeras, que tantos zaragozanos ladmiraron y todavía algunos recuerdan con nostalgia. Heredero de aquel espíritu y el último de tan formidable escuela, ya dentro de la historia contemporánea de la música zaragozana, la fi^ gura señera es don Gregorio Arciniega, maestro del Pilar y que rigió simultáneamente la de La Seo por muchos años. Uha gran capacidad imíaginativa y de inspiración puesta en funcionamiento por una formación soberbia en música que dejó plasmada en muchas de sus obras; pero si hubiéramos de presentar una para plasmar su figura, esta sería su Tertia a cuatro voces y órgano, donde se rinde tributo a una forma italianizante ya en decadencia en cuanto al tratamiento de las roces solistas, muestra su capacidad y su enorme conocimiento del conr trapunto en un fabuloso Olorla a cuatro, con un doble canon in diapente que hubieran firmado los mejores contrapuntistas hispanos. Cuantas veces se le veía en honda conversación musical con Bastero Beguiristain o Ramón Salvador, dos figuras señeras musicales de Zaragoza que a él acudían constantes mente. No se puede dejar de mencionar en esta historia a la labor de Julio M. G-arcía Llovera en la organización de tantas audiciones de órgano, que fue quien puso en mareha esa creciente afición al órgano en la ciudad. I