amlaUíii economia 13 III. INDUSTRIA Se acabó el Polo Finalizado ya el período de vigencia de algunos polos de desarrollo — entre ellos el de Zaragoza— y en vías de terminarse los restantes, llega el momento de hacer un balance de lo que ha supuesto su presencia en las áreas en que se localizaron, comparando para ello las realizaciones cpn los proyectos que se elaboraron inicialmente, deteniéndonos más concretamente en la incidencia que ha tenido el polo de Zaragoza, LA PLANIFICACION INDICATIVA La incapacidad del sistema de libre mercado para asegurar un crecimiento sin grandes desequilibrios es un hecho que se puede comprobar fácilmente, y por esto, la intervención del estado de manera creciente en la actividad económica implica la aceptación tácita de las deficiencias de este tipo de organización unida por otra parte ai deseo de mantener al mismo tiempo el sistema económico vigente apuntalándolo con su actuación. En este marco se inscribe la planificación indicativa española, que al igual que la francesa —de la que se ha copiado — es obligatoria para el sector público y se limita de cara a las empresas privadas a una serie de indicaciones y estímulos de muy dudosa operatívidad; por esto, las desviaciones entre las previsiones y la realidad suelen ser considerables, y así por ejemplo, mientras en el Hi Plan de Desarrollo actualmente en vigor se había previsto una subida anual del índice de precios del 3,7 %, todo hace suponer que a final de diciembre el temido indicador llegará nada menos que al 15 %. En el I Plan el objetivo fundamental fue conseguir un rápido crecimiento del producto nacional bruto sacrificando para ello otro tipo de fines como podría haber sido el logro de una mayor equidad en el reparto de la renta, - limitándose la acción regional a la creación de polos de promoción y desarrollo con la finalidad de acelerar la industrialización de unas ciudades concretas (Burgos, Huelva, Valladolid, La Coruña, Vigo, Sevilla y Zaragoza, inicialmente) a través de la concesión de diversos alicientes a los empresarios que se instalaran allí entre los que eran más importantes las exenciones fiscales, la posibilidad de expropiar terrenos para la instalación o ampliación de empresas, la concesión de subvenciones y la prioridad en el crédito oficial, todo ello limitado a la fase de creación de las industrias y no a su posterior funcionamiento. Analizando dónde se localizaron los polos salta a la vista la falta de un criterio! definido al hacerlo, ya que si se pretendía potenciar zonas de bajo nivel de renta no se explica la inclusión de Burgos, Valladolid y Zaragoza \ue en 1964 ocupaban respectivamente los lugares 18, 17 y 14 en cuanto a renta per càpita dentro del total de las provincias españolas; por otra parte sólo existen dos ciudades de la mitad sur de la península y una de ellas — Sevilla — cinco años después de la creación del polo seguía su marcha descendente dentro del conjunto de la economía española al pasar del puesto 30 al 33 por su renta media, mientras que en Huelva las industrias que se instalaron fueron principalmente del sector petroquímico, al que se destinaron más de las tres cuartas partes de las inversiones, que requieren un gran volumen de capital fijo sin que a cambio se creen los puestos de trabajo que necesitaba una provincia con su) tradición migratoria. Un análisis a nivel global de la política de polos pone de manifiesto ante todo su escasa incidencia dentro de la economía española ya que en el período 64-68 en los polos de desarrollo sólo se invirtió el 2,8 % del total nacional y en la evaluación de sus resultados sólo los tecnòcrates de la Comisaría del Plan — que para algo son los padres dé la criatura — se muestran optimistas, mientras que Tamames afirma que la política de polos «ha tenido un éxito menos que aceptable» y Richardson. también la critica. Ante este panorama se explica que actualmente se haya dado por terminada la experiencia y que con el III Plan aparezcan nuevos instrumentos destinados a ser utilizados dentro de las tímidas medidas de ordenación territorial. EL POLO DE DESARROLLO DE ZARAGOZA Cuando en 1d64 se crean los primeros polos, y entre ellos el de Zaragoza, la economía española había entrado en una fase de fuerte crecimiento; quedaba atrás el Plan de Estabilización y las medidas que se habían tomado — favorecidas por una excelente coyuntura internacional — ya habían fructificado haciendo que en los tres primeros años de la década de los 60 la renta nacional se incrementara a un ritmo superior al 10 % anual. Los países del Mercado Común absorbieron fuertes contingentes de trabajadores españoles que de otro modo habrían quedado en paro, y sus remesas aliviaron la situación de la balanza de pagos que mantuvo un saldo positivo hasta 1965, permitiendo contar con los recursos necesarios para financiar las importaciones de materias primas y bienes de equipo necesarios para el desarrollo de la economía española. Zaragoza, con un emplazamiento envidiable equidistante de las grandes zonas industriales del país, y en la confluencia de importantes redes de transporte, contaba con una pequeña y mediana industria muy diversificada que crecía rápidamente, ya que de 1960 a 1964 creó 10.000 nuevos puestos de trabajo, favorecida por los efectos inducidos generados por la expansión de las regiones más prósperas en las cuales era más perceptible el reflejo de la ola de prosperidad de los países del Occidente europeo. Un análisis de la evolución demográfica de Zaragoza capital nos lleva a comprobar la afirmación de que la ciudad ya había sentado en 1964 las bases para asegurar un' fuerte crecimiento y que el polo no tuvo ningún efecto decisivo en este proceso. Año Habitantes al 31-12 Crecimiento anual en % 1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969 1970 339.338 352.247^ 364.694 377.412 393.425 414.331 429.696 439.451 451 .805 479.845 4,00 3,80 3,53 3,48 4,24 5,31 3,71 2,27 2,81 6,20 Como puede verse, el crecimiento anual del número de habitantes en Zaragoza es similar en los años de vigencia del polo al que se había producido anteriormente, e Incluso en los años 68 y 69 inferior. El problema más grave que tenía planteada la economía de ¡a región era en todo caso la falta de una gran industria de cabecera —papel que en un futuro próximo puede lugar la Seat— y ésta desde luego no llegó con el polo. Por otra parte, si sus realiza- (" Informació vi*^) POLIGONO iNDUML j^FíSoSS DESCREEN LA QM12/9,J67 A«RC(ÜAS KARROZ ty TOOOS LC&biAS Á ios clones se hubieran aproximado más a las previsiones que se habían hecho, el proceso de desertización de la mayor parte de Aragón se habría acelerado al absorber más rápidamente Zaragoza capital a la población del resto de la región, fenómeno que ahora se debe contrarrestar con la potenciación de cabeceras comarcales y la creación de ejes de desarrollo que sustituyan a los polos en su función de ordenación del territorio. En general, las empresas que se acogieron a los beneficios del polo de Zaragoza ya estaban ubicadas en la ciudad con anterioridad, y al tener que ampliar sus instalar cienes o montar nuevas factorías — superando unos mínimos exigidos — provecharon las ventajas que se les ofrecían aunque eran bastante exiguas, lo que hizo que la concesión o negativa de los beneficios del polo no influyera apenas en la localización de nuevas industrias; así, por ejemplo, hubo empresas que al negárseles los incentivos del polo debido a que la administración consideraba más interesante que se instalaran en otro sitio — siguiendo una determinada política sectorial — renunciaron a las ventajas que podrían haber obtenido en otros polos y terminaron instalándose en Zaragoza, poniendo en evidencia la escasa operatívidad de un plan indicativo. Un grave problema al que debieron hacer frente las empresas acogidas ai polo ha sido el de su financiación: las subvenciones supusieron en el caso de Zaragoza el 2,68 % de las inversiones totales, el crédito oficial el 21,38 % y la financiación extranjera el 13,48, con lo cual la mayor parte de los recursos procedieron de créditos de la banca privada sometidos a las fuertes oscilaciones de la política económica del país, que hizo que las restricciones crediticias de 1967 y 1969 les afectara duramente ai quedar desasistidos muchos empresarios. La comparación entre previsiones y realizaciones nos da una clara muestra de los resultados del Polo. N.o EMPRESAS En c construc- eÍtas0ede iniciación INVERSION PUESTOS DE TRABAJO namiento Previstas Millones de pesetas Realizadas Millones de pesetas Previsión Unidades Ocupados Unidades POLO DE ZARAGOZA: industrias textiles, alimentarias y diversas 9 Industrias químicas y de la construcción . 15 Industrias siderometalúrgicas y navales . 58 Industrias de energía y combustibles . ... 1 Total ... 83 1.147,48 5.383,53 3.497,36 381 ,32 465,62 1.922,46 3.060,13 319,00 1.420 557 2.306 1 .220 7.054 5.730 187 10 24 10.409,69 5.767,21 1 1 .967 7.517 Estos datos proceden del Ministerio de Industria y corresponden a la situación existente en 31 de diciembre de 1972 y se refieren únicamente a las actividades dependientes del citado organismo, por lo que están excluidas industrias agrarias, centros docentes, establecimientos hoteleros, etc. Sáenz de Buruaga hizo por otra parte un análisis más amplio con datos a final de 1970 y en él se destaca que el polo de Zaragoza es el que más se ha desviado en cuanto a las previsiones de oferta de puestos de trabajo que se habían hecho, al crearse sólo el 47,3 % de los ofrecidos inicialmente. El fuerte grado de dependencia del crecimiento español —y del de Aragón por consiguiente— respecto al sector exterior se pone también en evidencia ai analizar la procedencia de los bienes de capital fijo con que se equiparon las industrias del polo: el 35,62 % llegó del extranjero, y este porcentaje supera incluso al correspondiente a los bienes aportados por Zaragoza — entre los que lógicamente se encontraba todo el valor de los terrenos y gran parte de la obra civil — y que ascendió sólo al 33 % del total. Otro factor decisivo a tener en cuenta en el análisis de la industrialización de todo el país ha sido la abundancia de una mano de obra barata y con escasa fuerza negociadora, lo que explica que pasando de 100 a 192,5 el índice de productividad en la {sigue en la pág. 17)