s amlaláB EL «CASO FABARA UN ANO DESPUES El 17 de jumo de 1974, el arzobispo de Zaragoza, destituía de su cargo de párroco de Fabara UD, Wirberto Delso. La dimsion y el malestar religioso y moral existente en el pueblo debido a la ideología, actitud y léxica del párroco, erm las razones alegadas por monseñor Cantero. Posteriormnte, en señal de solidaridad, 34 sacerdotes dimitían colectivamente de sus cargos pastorales y de Mfos que pudiesen encomendárseles en el futuro. I El arzobispo aceptó la dimisión y los 35 apelaron legalmente a Roma. Después comenzar om a Jkér trabajo los que no lo fenian, y a pensar la forma en que podrían seguir siendo sacerdotes I oficiales al servicio del pueblo. A finales de septiembre hubo un nuevo diálogo dimitidos-obis.¡¡o, sin acuerdo-. Condicionados por sus propias comunidades y por otros problemas, siete sacerdotes del grupo se mntegraron a sus^ cargas^ Los siete eran de parroquias rurales. Los siete llevaban muy poco tiewy po en esas comunidades. Por esas fechas, otros 74 sacerdotes de la diócesis dirigieron una carta a D. Pedro Cantero en la que, únicamente lamentaban h sucedido en torno a Fabara y pedían una revisión - pastoral diocesana. Esa carta aúH no ha tenido respuesta. [Un aluvión de interrogantes opiniones, deformaciones, malas ■terpretaciones, tensiones, etc., fueron cayendo sobre el caso. Muchas personas siguen dáñetele vueltas todavía al asunto y sus Aplicaciones: son 20 pueblos, más de 30 comunidades, muchos conocidos y compañeros, los que ■ven a diario secuelas del «caso Fabara». Aunque la prensa, desde aquellas fechas de agosto, haya olvidado el asunto, incluso la prensa religiosa. ■Ahora, cuando se cumple un año Kl conflicto, ¿cuál es la situación H sus protagonistas? ¿Qué nuevos acontecimientos ha habido? |Se ha acabado ya el «caso FábaB»? ¿Para qué ha servido todo Hto? mas PERSONAJES KL CONFLICTO ÍWiberto Delso trabaja de peón p una granja de cerdos. Cuando hay trabajo ahí, cose balones io muchos en Fabara. Sigue viindo en el pueblo, en una mofta casa. Ha 'recibido muchas pas y escritos, pocas de gente ^ Zaragoza. Hace tres meses fue Irevistado por la TV Holandeï Dice misa en su casa. No ha ■arecido por la iglesia de donde ■ quitaron. ■Los rasgos y evolución de los ■ptantes dimisionarios pueden ■reciarse en el cuadro. Ni son ■os crios, ni unos paletos teolófos> contra lo que pueda penf mucha gente. Se han puesto a pbajar civilmente los que no lo {cían. Trabajan también pastoJmente, al margen del obispado, ' distintas actitudes. Llevan ya a once meses de dimisión. Aunie la mayor parte no ha tenido pmetos significativos con el «spado, la autoridad civil o alpos de sus ex-feligreses, las ten■»nes en esos tres niveles han aparecido alguna vez, lo mismo ■f sus compañeros sacerooies. De los siete dimitidos vuelios a sus cargos, varios han busEvo bÍén trabaj0 civil teñ- .arzobispo ha mantenido un c,e. silencio público sobre el EÍíSm tomar ninguna medida ■activa o disciplinar contra los ■nwtulos. Sólo una intervención il a"tondad' e indirecta: el caso ae Herrera de los Navarros, en cei^rír b?0 al a,líiSuo Párroco EL i TSSí 8010 en Ia iglesia, bo Q Jal1uencia masiva del puela ^runento de asistencia a || misa del nuevo párroco. ■Kespecto de las celebraciones liKSo S en casas Particulares, retfc SS1*6.1* <