amlatón 9 iMiiiiiiMiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiriiiiiiiiiiiiiiiniiiiiii niiiiiiiiiiiniiiiiiitiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiriiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiniiiiiiiiiiiiiiiiiitniiiiiiiiiiiiMiiiii: DE LA PRACTICA Y TEORIA DEL MIMO aeoo en el ojo por POLONIO Desde hace unos días, a mi amigo el Acrata le ha dado por la práctica del mimo, pero no como un arte encerrado entre las paredes de un escenario sino como una actividad normal y cotidiana. Según mi amigo — que en las horas caídas del otoño me confiesa sus intimidades— el mimo fue descubierto por un emperador chino del siglo quince antes de Cristo. El susodicho emperador, padre amantísimo de cuatro hijos sordomudos, se devanó los sesos hasta llegar a descubrir el mimo como único camino de entenderse con su descendencia y como vehículo de entretenimiento para ellos. Asegura el Acrata — y él siempre ha sido un tipo muy leído y «escribido» — que el éxito fue tal que se fundó, en la corte del emperador chino, un premio al mejor intérprete de mimo. Cada año, sigue, lo ganaban habitantes del mismo territorio. Parece que el emperador, extrañado por el éxito de los ciudadanos del mismo lugar, se disfrazó de almendro en flor y en la primavera se asentó en los campos de los subditos especialistas en mimo. Y vio, con gran asombro, que los habitantes de aquel territorio no hablaban para nada entre ellos; sólo gesticulaban. Descubrió quién era, e hizo declarar a unos campesinos, bajo pena de muerte, que explicaran tan extraña costumbre. «Señor — dice el Acrata que le dijo el campesino — , aquí el que habla la paga. Por eso hacemos mimo». Luego, añade, ha habido épocas en que el mimo ha tenido enorme auge hasta que, poco a poco, la necesidad de intercomunicación entre los hombres lo ha ido relegando a los escenarios, como una actividad más de las Bellas Artes. — Pero hay momentos — dice — , hay momentos... Y se queda rígido, serio, desorbita los ojos y mirando hacia el infinito abre la boca y deja escapar un largo sonido gutural. Luego se calla y llega a permanecer con la boca abierta y en el mismo gesto hasta quince minutos sin parpadear. Al final dice: — Es el asombro. Otras tardes me indica los distintos rictus y gestos mímicos de la actual sociedad. — Está el gesto del depresivo baturro. Y poniendo la cara alunada, dobla las pestañas hacía abajo haciendo girar, en la misma dirección, todo el rostro y plasmando una sensación de impotencia capaz de condoler al más duro corazón de la tierra. — También es importante el mimo del incierto centrista. Y su rostro adquiere planos cambiantes de la risa al lloro; del lloro al gimoteo y de éste a la sonrisa impo- ■niiimmnmmii m immmiiimmmiiim niiiiiiiMiiiHniiiiiiiniiiiiiiiiiiiiiiiiiinniiiiiiniiMitiiiiiinnninniiiiiniiiiiitiiiiiiniii- (Viene de la página 10) «hay >TROS ovnis sucesos cnizacion® «Homas fos órnenos nventales sueno alq magia uimia La ií>quu^ el único camino para hallar ¡á clave de las incógni^^ü-!^^^®--— ^ COLECCION tente del asombrado ciudadano del televisor en marcha. E —Hay más, muchos más gestos. Podríamos pasarnos E días enteros interpretando rostros, situaciones, posicio- = nes vitales y no vitales. Está el mimo fatídico del em- = presarlo, del peón de albañil, del periodista desconcertado, del jugador de fútbol regional, del oriundo, del = emigrante que regresa, del que no puede regresar. Mi- = les, miles de mimos. El tuyo mismo es asombroso. = — ¿Yo hago mimo? = Y mitad de su boca ríe y la otra llora. Un ojo se E cierra duramente y el otro mira asombrado el infinito. = Su nariz se mueve continuamente, como la de un conejo. Su frente se arruga y se extiende y sus manos E palmetean en el vacío. E — ¿Eso hayo yo? — — No, pero tus pensamientos corresponden a esos E gestos. E — ¡Mentira! E — Cállate, Poloniete, que quien habla la paga. Y sin darme cuenta coloco media boca riendo y la otra llorando. Cierro un ojo, abro el otro; palmoteo al aire y arrugo y extiendo la frente mientras olfateo insistentemente. = — ¿Hueles algo? E Niego con la cabeza, niego con la cabeza, niego con = la cabe... = jjiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiuiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin. | ANDALAN EN CATALUNYA E sical — catalana, a pesar de que los oyentes fuesen en su casi totalidad aragoneses, era como un símbolo de estos dos días de ANDALAN en la capital catalana. La práctica totalidad de los diarios, revistas y emisoras de radio de Catalunya se hicieron amplio eco de la aparición del «extra» de ANDALAN, y de los contactos mantenidos con este motivo, que muy bien podrían desembocar en breve plazo con la convocatoria de una reunión que permita un necesario intercambio de experiencias y proyectos de la prensa regional ya existente o de la que se está gestando en estos momentos en el país o en l'Estat Espanyol com digüen els catalans. Centro Aragonés, el de la Peña de Huesca, el editor Batlló, Xabier Ribalta, etc. Esta jornada tuvo de alguna forma su prolongación en el recital que, la tarde siguiente, dio José Antonio Labordeta en el Palau de la Música, dentro de un acto organizado por el Centro Cultural y Recreativo Aragonés de Barcelona. Oír las canciones de José Antonio en el sancta sanctorum de la cultura —ai menos de la cultura mu- Otros /H/|/undos dedicada a estudiar, con valentía y rigor científico, todo- ic CXír2P-0 ™;e existe én torno nuestro Mulos de /¿i col: OTROS MUNDOS EL GRAN ARTE DE LA ALQUIMIA EN BUSCA DE ANTIGUOS MISTERIOS LA MALDICION DE LOS FARAONES DESAPARICIONES MISTERIOSAS -~ ~' i INIVERSO DE LA ASTROLOGIA EL MÍSr^ RIO DEL GRIAL LAS CIVILIZACIONES DE La^ ESTRELLAS LA AROUEOLOGIA MISTERIOSA LA ASTROLOGIA AYER Y HOY LA CIENCIA ANTÈ LO EXTRAÑO EXISTIO OTRA HUMANIDAD ENCUESTA DETRÁS DE LO VISIBLE ...y 60 títulos más Pida catálogo en su librería Son libros de PLAZA & JANES □ □ □ ¡¡SUSCRIBASE A andalánü