Internacional Nuevo eje multipolar China entra en el «Club de los Grandes» La visita oficial de Teng Hsiao-ping (Deng Xiaoping, según la transcripción Pin-Yin que no se adopta en este artículo) a Estados Unidos, calificada de histórico acontecimiento, ha materializado el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Washington y Pekin y ha producido el nacimiento de una era multipolar en la estrategia mundial. El peso específico de las diferentes potencias industriales se verá modificado sustancialmente. Tanto los americanos como los soviéticos son conscientes de que el mundo basado en un diálogo casi exclusivo entre ellos está llegando a su fin. La detente pasará ahora por un equilibrio de fuerzas entre los diversos ejes ya existentes: Estados Unidos, Rusia, Japón, Europa y China. La semana que acabamos de dejar atrás ha supuesto un importante cambio en el equilibrio geopolítico mundial. Estados Unidos y China acaban de establecer relaciones normales sobre una base de igualdad, dijo Jimmy Carter durante un banquete sin igual ofrecido al ilustre huésped chino y su séquito. Entre las primeras personalidades invitadas figuraba Richard Nixon, el primer presidente USA que rompió el hielo con Pekín, en 1972, tras el no reconocimiento de las anteriores administraciones norteamericanas de un régimen establecido por la violencia revolucionaria y no por la vía legal. Carter señalaba en el ágape las afinidades entre la revolución de Mao y el pasado revolucionario de su país. Ambos países —insistía— habían nacido de una revolución por la libertad. Expresó al final del discurso que deseaba una China fuerte que viviera en seguridad. Un mercado ilimitado La tradución en términos económicos de estas declaraciones es la aceptación inmediata, por parte de Estados Unidos, del reto chino de adquirir equipamentos industriales y tecnología avanzada. En un período de crisis de las economías occidentales, este tipo de propuestas ha disparado las ofertas de Europa y Japón. Estados Unidos es consciente, sin embargo, de su superioridad teconológica con respecto a sus competidores capitalistas. Las probables intenciones de compra de Teng Hsiao-ping le han abierto las puertas de las más importantes factorías de Atlanta, Huston y Seattle. Incluso ha visitado la NASA. La transcendencia de estas demostraciones de potencial puede significar la penetración de los big business americanos en un mercado ingente, con un potencial de consumo cifrado en cerca de mil millones de ciudadanos chinos. En estos momentos, aparte de la mítica Coca-Cola, tienen contratos en firme con Pekin: U.S. Steel, Betheelm Steel, Boeing, Panam, etc. Queda pendiente de aprobación por parte del Congreso la cláusula comercial de nación más favorecida con la que se ha distinguido a China. Este boom comercial puede cifrarse en 10.000 millones de dólares para Estados Unidos en el curso de los próximos cinco años. (En 1977 no sobrepasó la cifra de 400 millones.) Pero no solamente las multinacionales americanas han empezado la conquista de los mercados chinos. Pekín ha firmado recientemente acuerdosmarco con Japón (60.000 millones de dólares hasta 1985), con Inglaterra (10.000 millones), con Francia (12.000) y con Alemania. Para su exportación, China no dispone de mercancías y su reserva de divisas es insignificante, pero para el intercambio ha adoptado dos fórmulas: el petróleo para los acuerdos entre Pekin y Tokio y, para los restantes contratos, los bancos americanos o europeos tendrán la palabra para facilitar créditos. Italia ya se ha estrenado, firmando a través de la Com- FEUPIS GONZALEZ dia 18 Zaragoza pañía de Crédito Estatal con el Banco de China un crédito de 1.000 millones de dólares. La desmaocización constante Para llevar a cabo toda la apertura al exterior, los nuevos dirigentes chinos tuvieron que llevar a cabo una larga campaña ideológica interior. Hua Kuo-feng, desde la muerte de Mao Tse-tung, y Teng Hsiaping, rehabilitado poco después, han consolidado el cambio histórico en la República Popular China. La introducción de un determinado tipo de industrialización implicaba la revisión de todos los métodos de gestión social propuestos por Mao. Una vez eliminados políticamente los miembros de la banda de los cuatro había que erradicar a sus partidarios. Se impuso el pragmatismo. Trasvasando los valores de la Gran Revolución Cultural se inició un nuevo Salto Adelante, esta vez por la vía del productivismo. Desaparecieron los comités revolucionarios de las empresas y aparecieron incentivos económicos a la producción. No era cuestión de tener pequeños centros productivos dispersos en las comunas, sino grandes centros productivos que, evidentemente, serán importados de Occidente. La campaña de los derechos humanos y una democratización de las estructuras de poder, están haciendo el resto. La clase dirigente entendió, en definitiva, que había que sumarse al carro de la sociedad de consumo para participar en los mercados mundiales y tener en un futuro próximo, el suficiente potencial productivo y armamentístico para hacer frente, en igualdad de condiciones, al eterno vecino del Norte, la Unión Soviética. El persistente antisovietismo Durante el transcurso de su visita oficial a Estados Unidos, Teng Hsiao-ping ha encontrado innumerables ocasiones para reafirmar su antisovietismo. Esta constante actitud china de apoyar regímenes retrógrados en todos los continentes, la ha centrado estos últimos días cerca de sus fronteras. Se mostró preocupado ante Carter por la situación fronteriza con Vietnam y por la presencia de los cubanos de Asia -así llamó a los vietnamitasen el conflicto de Camboya. Insistió ante los canales americanos de T.V. en que se tomará conciencia de la voluntad hegemònica de la Unión Soviética que representaba una amenaza para la paz mundial. Hizo unas declaraciones explosivas a la revista Time en el mismo sentido. El mayor éxito, sin embargo, que consiguió Teng fue la declaración conjunta chino-americana en la que ambos países coincidían en oponerse a los esfuerzos de cualquier país que intente establecer su hegemonía y su dominación sobre otros. En este mismo contexto hay que situar la reunción del Pacto de Varsòvia en Moscú y la Conferencia política de Sofía, que terminaba sus jornadas casi al tiempo que se anunciaba al mundo el acontecimiento chino-americano. Los rumanos manifestaron una vez más su rebeldía frente a la Unión Soviética, en esta ocasión, negándose a participar en cualquier conflicto fuera de Europa. Washington captó la advertencia, se apresuraron a restablecer las anunciadas relaciones con China y devolvió el cable: cualquier intento de desequilibrio en Asia pasa por un conflicto grave con los Estados Unidos. Con la invasión socialista de Camboya, puede decirse que la batalla en Asia ha empezado. Aunque es la primera consecuencia del Pacto militar ruso vietnamita firmado en Moscú recientemente, puede haber más maniobras desestabilizadoras. Utilizando un análisis de K. S. Karol aparecido en la prensa francesa, puede decirse perfectamente que el momento no es delicado, sino trágico. Porque los ejércitos en litigio en Extremo Oriente —soviético, vietnamita, chino- se llaman o son llamados rojos y pretenden defender, si no la misma doctrina, por lo menos un denominador común comunista. Y lo más paradójico es que los americanos, anlicomunistas de todas las tendencias, aparecen hoy como los arbitros de esta peligrosa batalla. Lidia Vilalta gnúRcas & oFFsec diseño * cartelería catálogos •folletos Borja. 16 (Delicias) ^33 14 65 ZARAGOZA - 10 COLCHONERIAS MORFEO Colchones de todas las marcas, canapés, somieres, cabeceros de latón, niquelados..., literas, camas plegables. Amueblamos chalets y apartamentos. Las Fuentes; Dr. Iranzo, 58 dpdo. Tel. 41 97 18 Delicias; Unceta, 72. Tel. 33 41 35. Zaragoza. Pero servimos a todo Aragón. max * milta ESPECIALISTAS en SONIDO y TELEVISION León XIII, 20 Teléfono 21 13 71 ANDALAN 3