Opinión De la literatura y la vida Si tocias las semanas hay cine, teatro, exposiciones, cantos, actos, no siempre hay literatura en ANDA LAN. Sin embargo, me acuerdo que hace tiempo me decía Eloy que era imprescindible la literatura en el mundo de un semanario. En prenda, pues, de aquellavpetición, hoy, y sin que sirva de precedente, voy a decir a dos columnas, o en un recuadro, o como mejor les vaya a Pablo o a Luis, lo que me está dando ganas, ha tiempo, de decir. En absoluto se trata de nada concreto, de nada cotidiano ni semanal, sino de algo muy teórico y poco práctico. (A veces, los nogales dan nueces; y los marxistas, de cuando en cuando, se apartan de la realidad concreta, para verla desde más lejos y reflexionar.) Enuncio ya lo que voy a explanar; cuánto, pero cuánto, Dios mío, le debe nuestra vida real a la literatura. Y pasaría revista, ante ustedes, a las ideas, actitudes, temperamentos, lengua, hábitos humanos, y verían qué enorme cantidad de deudas y préstamos tiene el ciudadano normal, no sólo el traga-libros-de-noche-, con la literatura. El moderno y frecuente cansancio o hastío (en política, «desencanto»), que para algunos es un accidente, y para otros llega a ser un tic incurable, posee unos componentes o derivadas, de origen literario, inconfundibles. Ese específico tedio lo inventaron, expresamente, los escritores burgueses liberales de principios del XIX, de nombre románticos Y lo han ido perfilando, rerecreando y matizando (como dicen los políticos tostones) otros neorrománticos, los del fin-de-siglo, como, p. ej., el personaje joven pero ya melancólico de La Voluntad de Azorín, el «pintor Pereza» del chileno Carlos Pesoa, el «que la vida se tome la pena de matármela que yo no me tomo la pena de vivir» de Manolo Machado, el «caminando solo/triste, cansado, pensativo y viejo» de su hermano el castellano. Y llega el literario hastío, tras nuevos arreglos y variaciones, hasta las actitudes existencialistas y post-, o hasta el rabioso «oh, que cansat estic de la meva/corvada, vella, tan salvatge terra...» del Salvador catalán Espriu. Distintos tipos de sociedad -o estructuras socioeconómicas- han segregado estas diferentes y variadas formas de rechazo indolente del mundo; en casi todas ellas la sociedad ha utilizado el instrumento técnico de la literatura. Hay muchos componentes sociológicos -y por tanto, nuestros, individuales, que es lo último y realcuyo origen es una herencia literaria. Los escritores no son meros divulgadores de ideologías inventadas por filósofos, tratadistas, periodistas, sino que también pueden producir I originalmente ideologías —coherentes con la infraestructura socioeconómica— y, en consecuencia, actitudes, ideas, hábitos nuestros. Otro ejemplo de derivación y herencia literaria: la tranquilidad. No hay manera de tenerla, ni de pensarla, sin componentes literarios: paisaje, río, fuente, flor, lira, enramada, pájaro, mar, atardecer, paseo, otoño, plaza. Todo ello, como no necesita demostrarse, literario hasta los huesos. Veamos: «¡Tardes de los domingos del inviernoycuando todos se han ido!«, de Juán Ramón. O esto: Toca el rabel sonoro, y el inmortal dulzor al alma [pasa con que envilece el oro, y ardiendo se traspasa, y lanza en aquel bien libre [de tasa. Que es del fraile Luis. Y esto otro, de Gabriel Miró del Mediterráneo y de la ironía cruel: «Una aliento de atardecer, de casa rociada, todo ya limpio; un aire conmovido del agua que resalta y se calla y vuelve a sentirse entre los árboles húmedos. Olor y temblor del agua que deja la emoción de jardines, de lejanías, de espacio, de todo lo que no es agua». Y este último, del Ministro de la Guerra, Azaña: «El sábado y el domingo en la sierra. Pasamos la noche en El Escorial. El domingo, de mañana, vamos a Navalperal... En Cebreros, por donde pasamos, es día de toros. Han matado un toro a pedradas. Junto a esta barbarie, la perfecta instalación de la central eléctrica del Alberche. Un hombre solo en un cuarto silencioso, forrado de aparatos, dirige una fuerza enorme. Contraste. » Hemos ido a los toros de Guisando. Increíble anochecer, de morados y oros. Otra visita a otra fábrica». Aún se podían encontrar —hacia 1931— tranquilidades en textos tan repletos e intranquilos como estas Memorias. En otro artículo, tan actual como éste o más y tan periodístico, noticioso y urgente, seguiremos, ya más en serio. Hablaremos allí del descubrimiento literario del surrealismo literario como actitud cotidiana revolucionaria; de la patente li¬ teraria del hombre sincero, llano, independiente, apolítico falsamente; y de la lengua que llevamos tan cargada sin darnos cuenta, de literatura, de cuentos, de pareados, de endecasílabos; por último hablaremos la semana que viene también del Gobierno, pues todo es político, cuando tratemos el más famoso descubrimiento literario; del amor y de todo su campo semántico. Hoy, para terminar esta teoría de la ecuación literatura/sociedad, les dejo a ustedes con este consejo, muy propio de toda esta prédica que les he endilgado: el que no es agradecido no es bien nacido: reconozcamos la deuda que con la literatura tenemos. Luis Yrache i dia 18 Zaragoza PUBLICIDAD José Sanroma Aldea Secretario general de la |ORT FERNANDO GIMENO MARIN ORT PARA AVANZAR - CANDIDATO AL SENADO GUSTAVO GARCÍA TOMAS ROLLAN MITIN Domingo día 18 a las 12 h - CINE FLETA Organización Revolucionaria de Trabajadores 4 ANDALAN