Cultura El cine imperfecto y autóctono «Veinte años de cine amateur en Zaragoza» Las dos sesiones de cine amateur celebradas en el salón de actos del Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón y Rioja, organizadas por su comisión de Cultura, ponen sobre el tapete una cuestión muy debatida sobre la importancia o inoperancia de este cine, que unos llaman «amateur», otros de ensayo y, los menos, independiente. Bajo el epígrafe de «20 años de cine Amateur en Zaragoza, 1947-1969», la muestra viene a ser un anexo cultural a la exposición de pintura abstracta que tanto éxito ha tenido en los medios artísticos de nuestra ciudad, por referirse a la pintura no figurativa que por aquellas fechas irrumpió en la asombrada y pacata Zaragoza de finales de los cuarenta, llevada casi de la mano del insobornable Santiago Lagunas y de otros pintores de su grupo. Como ya se comentó en estas páginas la exposición de los abstractos, vamos a pasar sin más dilación al cine ameteur. Decía Jean Cocteau, parafraseando a Larousse, que es amateur aquel que ama lo que hace. Y tenía razón, especialmente al referirse al cine. Ningún interés crematístico anima a estos realizadores al tomar la cámara y, si se me apura, seguro que la aventura les cuesta más dinero y sinsabores que beneficios. El beneficio puede ser la satisfacción de reunirse con un grupo de amigos para proyectarles las películas realizadas o escuchar los comentarios más o menos amistosos que susciten. Algunos, posiblemente, vean en este cine la oportunidad de ensayar con un medio de expresión bastante dúctil, o una vía para llegar, si la vocación está fuertemente arraigada, hasta el cine profesional. Pero esta posibilidad es bastante remota, pues pocas veces hicieron «buenas migas» lo amateur y lo profesional, por tratarse de conceptos dispares. La muestra José Torrella, historiador y cronista del cine amateur catalán, en abril de 1944 hacía la siguiente reflexión, que nos parece hoy totalmente vigente: He aquí una paradoja: la región catalana, que no ha dado nigún realizador de talla al cine español, creó, en cambio, un núcleo amateur de primer orden cuantitativa y cualitativamente. Es en Cataluña donde el cine amateur español aparece en forma organizada y se difunde con mayor intensidad...» El cine amateur zaragozano nace tres años después de que Torrella publicara su paradójica reflexión en la revista Primer Plano (23-IV'^), auspiciado por una sesión celebrada en el Gtrieclub oe Zaragoza dedicada a este cine, en la que se proyectaron seis películas catalanas y una zaragozana (de Guillermo Fajas Ojuel). En el programa editado por esta sesión, se invitaDa a los aficionados a la filmación de temas o ensayos con Sljs cámaras cinematográficas«La recién nacida Sección de 7lne Amateur del Cineclub de jlarago.za -se decía-, se inicia ajo los mejores auspicios, meciendo este espléndido fruo como poderoso estímulo paa quienes busquen en este ArnJL{?TTtm Propicio a sus P^sonales experiencias». Se aceptó la invitación o el reto, claro está, y de algunos de aquellos resultados se ha nutrido la Muestra celebrada ahora en el Colegio de Arquitectos. La veintena de películas proyectadas recogen buena parte de la obra cinematográfica de un grupo de cineístas zaragozanos: Guillermo Fatás Ojuel (el decano), Pedro Marqueta, Fernando Gracia, Mariano Baselga, Fernando Alonso, Andrés Isasi, Fernando Manrique, Miguel Vidal, Alberto y Julio Sánchez Millán, José María Sesé, Luis Pellegero, José Luis Pomarón, Manuel Labordeta y Miguel Ferrer. Faltan otros nombres: Antonio Artero y Víctor Monreal, que se iniciaron en el cine de paso estrecho antes de pasar al profesional; y falta, claro está, Pedro Avellaned, el experimentador por excelencia, el más ensayista de nuestros hombres de cine, aunque ha sido prácticamente imposible su localización. Emilio Alfaro Una veintena de películas, a poca imaginación que tenga el espectador, pueden revelarle, por lo menos, sus elementos nutricios, tal como un ideario, un estilo, una forma de ver el cine o entenderlo. Es decir, pueden facilitarnps una lectura. He sido testigo, más o' menos directo, de muchos rodajes e incluso de fa gestación de alguna de estas películas. Conozco a sus autores; he discutido con. ellos (como yo discuto siempre, amistosamente); incluso he participado como intérprete en más de un film. No es fácil la colaboración interpretativa en este cine (ni ninguna otra) por sus limitaciqnes respecto al profesional: la cámara en mano del realizador es como el pájaro en la mano de un niño, pues una leve presión puede ser mortal para el pájaro film. Es precisa, pues, la mayor sensibilidad en el manejo de la cámara y siempre debe presidir una «toma de plano», el mayor sigilo y tacto para que no quede malogrado. La etiqueta de «cine casero» es un peyorativo que no se lo salta el más ágil de los garrochistas: las emulsiones no dan las calidades apetecidas y que el material en 35 mm. ofrecen con toda garantía; las cámaras de cine es- La lucha por el «Poder», escena culminante del film amateur zaragozano «¿7 Rev» f/W) tn d centro Jr lo roMunj/w José Luis Pomarón dirige y lleva la cámara tomavistas. trecho no tienen la solidez de las profesionales, ni sus numerosas ventajas a la hora de apetecer algún efecto óptico especial. Y aunque un experto pueda realizar lo más difícil, casi con igual perfección que con una cámara de «cine grande», los resultados siempre difieren. Pero esa es otra cuestión. El doctor Emilio Alfaro Gracia hizo la presentación de estas sesiones que comentamos. Emilio Alfaro vivió directamente la gestación del primer cine amateur zaragozano, que para él tiene importancia superior dentro de nuestra cultura. Para Alfaro, este cine, que cubre dos décadas de nuestro vivir ciudadano, puede ser calalogado con toda justicia de Escuela Zaragozana de Cine Amateur. Y al llamarla Escuela Zaragozana, la desvincula totalmente de toda influencia foránea, por tratarse de un cine autóctono, y sus signos más destacados así lo testimonian. Desvinculado de toda influencia y, especialmente, de la catalana. Y así lo subrayó con un énfasis especial. Tanto por sus signos de individualismo ~y entre nosotros siempre es aventurado hablar de «grupos»-, su talante poco menos que agresivo, o sus contenidos polemices, incluso intencionados criticamente a la hora de sugerir temas que eran auténticos labus en aquella époc;i que lorzosamente debian ser tratados con equivalencias plásticas o eufemismos más o menos acentuados. Estamos de acuerdo con el doctor Alfaro, y lamentamos se haya cortado este movimiento cultural cinematográfico por exigencias doctrinarias o políticas. Lo inoperante es la inactividad; vital cuanto se haga para no- taponar un cauce que puede llevarnos a la perfección, tanto en el ideario, cuanto hacia un lenguaje visual. Pero ahí queda este cine -para el que sepa verlo- creado en momentos de auténtica indigencia cultural. Cine impcrleclo, cíaró está. Y por ser imperfecto,' mucho más vivo, más entrañable que un cine encorsetado por lo perfeccionista, con el plano bien compuesto, o una narrati¬ va (.|ue. a seme|.m/a de algunos hlms amateurs catalanes, apa rece perdida entre símbolos la bricudos con panochas de mai/, con figuritas de Belén simbolizando pure/as casi celestiales l.l eme /arago/ano que vimos en esta muestra tiene la vitalidad de lo sentido y lufrído. Y ahí quedan, para confirmarlo, tas películas satíricas de Manuel Lubordclu («Comandos», «I I Desafío»»), en las que su raí/ burlesca presentan signos trágicos del momen to bien reconocibles, o los lilms de Pomarón («El Rey». «I I pisador ile sombras». «I a conquista»), variopintos de contenido entre la tragedia, la alegoría del poder o el humoi en sus dimensiones más humanas. Marqueta. Sanche/ Millán (con su concepto del montaje, especialmente en «La persecución», una pequeña joya), o en l atás, Manrique y I errer, ganados prclcrentcmenle por la helle/a plástica. O Vidal, con su cinc muy personal acercándose bastante al documental puro. Manuel Rotellar COLEGIO SAN GABRIEL PP. PASIONISTAS Curso de Recuperación - Mes de Agosto • Educación General Básica • B.U.P. • C.O.U. REGIMEN DE INTERNADO • PLAZAS CURSO 1979-80 TELEFONO 680044 • ZUERA ANDA LAN