Polémica El Monasterio de Veruela, liberado del «ghetto musical 1 » Alguien que trataba de convencerme de que no debía dar respuesta alguna ai artículo publicado en ANDALAN el pasado 13 de julio bajo el título de «Un extraño ghetto musical», me aducía como base de su argumentación que «no ofende quien quiere, sino quien puede». Efectivamente, Pero lo cierto es que no me siento ofendido en absoluto, aun cuando como creador y promotor del «ghetto musical» tendría sobradas razones para estarlo. No estoy ofendido. Más bien estoy estupefacto. Estupefacto de ver con qué ligereza se trata de hundir algo tan trabajosamente forjado y de lo que sólo beneficios pueden derivarse para nuestro país, y para la ardua y urgente empresa de arrancarnos del estado de subdesarrollo cultural en d que. aún nos encontramos. Como no podía creer en la mala fe de una publicación como ANDALAN, atenta siempre a profundizar en la verdad y a prestar sus páginas a la defensa de causas justas y honestas, solicité de su Redacción se me concediese la misma oportunidad que al autor del alegato contra mi proyecto, para poder de este modo ofrecer a sus lectores una información respecto a él mucho más completa y directa que la que puedan haber obtenido de la lectura de un artículo que sin duda nunca se habría redactado en estos términos si su autor hubiese mantenido previamente un mínimo cambio de impresiones conmigo. No es aconsejable juzgar las cosas sin haber manejado como mínimo dos fuentes de información contrastadas, Y menos aún es hacerlo teniendo como únicos informantes, como ocurre en este caso, a personas en las que existe una abierta animadversión hacia nuestro proyecto y no por sí mismo, sino por la merma que sobre su actual dominio sobre el Monasterio de Veruela puede conllevar su ubicación en dicho cenobio. No deja de resultar sospechoso que del medio centenar de comentarios periodísticos -todos ellos positivos- que hasta la fecha se han producido respecto a nuestro proyecto (debidos a personas como Tomás Marco, Andrés Ruiz Tarazona, Eduardo Sotillos, Antonio Fernández Cid, Peridis y un largo etcétera) el único disonante y discordante sea el Veruela. en el candelera de la polémica. publicado por el señor José Luis Pandos en ANDALAN, O todos cuantos se han manifestado públicamente o en privado respecto al proyecto se hallan en un error y el señor Pandos, en consecuencia, es un clarividente, o bien todas esas personas se manifestaban respecto a algo de lo que tenían una información amplia y desapasionada, y el señor Pandos, por el contrario, escribe respecto a él con una enorme buena voluntad pero con una pésima y deformísima información. Morir antes de nacer No le quepa duda, señor Pandos, de que el medio centenar de jóvenes músicos procedentes en su mayoría de familias modestas que jamás habrían podido soñar con tener una oportunidad como la que. ahora se les ofrece, gratuitamente, por supuesto, y para los que lo que Vd, llama «ghetto musical» constituye la mayor ilusión de sus vidas, no le quepa duda de que esos jóvenes, absolutamente apasionados con el proyecto, no apreciarán demasiado el flaco servicio que les ha prestado al tratar de hundir algo con lo que todos ellos habían soñado alguna vez sin osar a hacerse ilusiones de que pudiera existir, por aquello de que «sería demasiado bello para ser realidad», Prase ésta què ha salido de los labios de todos cuantos han tenido conocimiento del proyecto, lo que no deja de resultar curioso por cuanto el único recelo que éste ha provocado es el de su propia perfección, A tal extremo estamos acostumbrados a que las cosas se hagan deficientemente o a que aquello que realmente merece la pena, muera antes de nacer. Muerte que otros, antes que el señor Pandos, ya nos han deseado e incluso propiciado. Pero se trataba exclusivamente de ese tipo de personas que desgraciadamente todavía perviven en la Administración de nuestro país y cuya única función, a falta de la más elemental labor creadora, consiste en hundir las ideas ajenas, sin duda para evitar que al florecer esas ideas,, su, incapacidad resulte demasiado notoria y evidente. Se trataba de un ex-secretario de Estado que no tuvo la elemental perspicacia de comprender que nada podía contra un proyecto tras el que no hay ni dinero, ni personas influyentes, ni «santones» de esos que echa de menos el señor Pandos en su artículo, sino única y exclusivamende una absoluta e indestructible voluntad de hacerlo realidad, un férreo propósito que se nutre precisamente del convencimiento de que este proyecto, mucho más que un mero proyecto musical, constituye la segunda gran oportunidad que se ofrece a la juventud de nuestro país de asumir el protagonismo que le corresponde, no ya en el ámbito de la cultura, sino en todos los órdenes. La primera oportunidad fue y es ese bellísimo empeño que constituye «La ciudad de los muchachos», única empresa auténticamente juvenil con la que se puede emparentar, en cuanto a su espíritu, la creación por nosotros de la «Joven Orquesta de Cámara de España», de la «Orquesta Universitaria Española» y en el futuro de la «Camerata Iberoamericana», y de una gran orquesta sinfónica juvenil resultante y compendio de todas ellas. Lo que quiere decir que al triunfar nuestro empeño habremos abierto la brecha para que experiencias similares, en otras áreas, puedan prosperar, pro- Tu Apartamento en el Pirineo amuéblalo en YACA Establecimientos en: Primo de Rivera, 8 y Avda. de Francia, 35 Teléfonos 36 13 86 y 36 13 80 JACA porcionando a los jóvenes la posibilidad de acceder a una formación que hasta la fecha ha estado reservada a los hijos de familias millonarias, inquilinos habituales de esas «selectas» y «selectivas» escuelas en las que, por así decirlo, se «perpetúa la especie» y se abona la soberbia de un sentimiento elitista y de clase contra el que sí sería necesario dirigir muchos artículos como el que el señor Pandos, injustamente, nos dirige a nosotros. Amplios sectores o ineptas camarillas Injustamente en todos y cada uno de sus puntos, pues acusar de «causar daños irreparables» en un monasterio a unas personas que han consagrado sus vidas a la defensa del Patrimonio Artístico, que han salvado sesenta monumentos y que fueron los creadores de la Asociación «Arte en peligro», primera asociación nacional creada a este fin en nuestro país, resulta poco menos que hilarante. Como su acusación de insolvencia musical dirigida a un proyecto con el que han colaborado músicos como E, García Asensio y Odón Alonso, amén de los antes citados y en el que van a participar como profesores maestros internacionales de la talla de Ruggiero Ricci o Laurant Penyves, amén de varios de nuestros mejores instrumentistas y pedagogos musicales. Si la lindeza de «insolvente» va dirigida contra mí, autor y promotor de un proyecto que ha sido calificado como «modélico» por músicos de nuestro país y de fuera de él, creador hasta la fecha de tres orquestas en funcionamiento, amén de las proyectadas, y ello en un país en el que apenas existen orquestas, me atrevería a decir que ojalá proliferaran entre nosotros muchos «insolventes» como yo, Y particularmente en Aragón, una de las regiones musica]mente más deprimidas del país, sin duda gracias a la eficaz labor de sus informantes, esos «amplios sectores musicales zaragozanos» que sería bueno saber hasta qué punto son «am¬ plios» sectores y no insigmfL cantes e ineptas camanlUj «pseudomusicales». No otra cosa induce a pensar la afirmación de que «las orquesta» de cámara no tienen actualmente ninguna viabilidad», afirmación que constituye una de las más peregrinas y solemnes barbaridades que yo haya escuchado en los últimos años. Destacados músicos zaragozanos y e¡ propio Conservatorio de esa ciudad, no han dado sino muestras de su entusiasmo al conocer la ubicación del proyecto en Veruela, Los 7 alcaldes del somontano, esos «amplios sectores musicales» y Vd. mismo, señor Pandos, pueden dormir tranquilos. Si Aragón, como parece, no desea nuestra presencia en Veruela, no vamos a condenarles a soportarnos amparándonos en el acuerdo plenario y unánime tomado por la Diputación de Zaragoza. Nuestra institución va a convertirse pronto en uno de los focos culturales más importantes del país, y si Aragón no nos quiere, es evidente que no van a faltarnos pretendientes. De hecho, si a Aragón fuimos fue porque se nos llamó insistentemente y se nos acogió con verdadero apasionamiento. Pero a juzgar por cuanto Vd. afirma en su artículo, es evidente que las cosas han cambiado. De lo contrario parece obvio que al menos un solo aragonés habría manifestado públicamente su disconformidad con el contenido de su alegato, Y eso no ha ocurrido. Aragón no tendrá que soportar el ignominioso baldón de dar cobijo en sus tierras a este execrable «ghetto musical», a este puñado de jóvenes ejemplares dispuestos a consagrar sus vidas y su esfuerzo a la potenciación de la cultura en nuestro país a cambio de una sola cosa: que se les proporcione la oportunidad de formarse, Enhorabuena, señor Pandos. Con muchos «desanimadores culturales» como Vd,, verá con qué facilidad conseguimos que España siga siendo el yermo de cultura que casi siempre ha sido, Jorge M. Rivero San José 2 4 ANDALAN