Nacional Triunfó la confusión ¡ Qué verde está Euskadi ! El clamoroso triunfo del PNV en las elecciones al Parlamento vasco, producto del exacerbamiento del problema nacional, podría suponer en un futuro no muy lejano un giro radical en la situación del País Vasco: la política «interior» de Euskadi ya no va a consistir en una competición por el liderazgo del vasquismo. Ahora va a ser posible saber que también en Euskadi hay eso que se llaman clases sociales. Y que la crisis económica, más aguda en las Vascongadas que en el resto del Estado, no pesa por igual sobre los vasquistas empresarios y sobre los vasquistas en paro forzoso. Aunque Herri Batasuna se empeñe todavía en mezclar los términos, el PNV ya no podrá permitirse ese lujo. Porque tendrá que gobernar. Un país tan analfabeto políticamente como el nuestro sigue recibiendo los resultados electorales de Euskadi como mazazos. El binomio «marxistas-separatistas» funcionó tan eficazmente durante cuarenta años que todavía hoy son legión los españoles que ven los resultados del 9 de marzo como una bofetada a los intereses económicos y sociales que tan monolíticamente ha venido representando en todo el Estado un partido como UCD. Porque el estupor de ver cómo más de un 20 por ciento de los vascos muestran su apoyo a las tesis — y las acciones, debe entenderse — de las ramas de ETA se queda corto por lo general comparado con la valoración del triunfo de un partido «tan radical» que arroja a la cuneta a UCD, deja sus asientos en el Parlamento y no acaba nunca de explicar claro si es independentista o no. El triunfo del PNV, tan abultado que le va a obligar a gobernar en solitario con más razones que las que pueda tener UCD para detentar el ejecutivo central, se contempla simplistamente como la segunda gran derrota de UCD, tras el triunfo moral y real aunque insuficiente de la izquierda autonomista andaluza. Si se añade el espectáculo que Cataluña nos va a ofrecer dentro de unos días, el panorama no puede ser más desolador para el partido de Suárez, se podría pensar. Y abona esta tesis el gusto y la dureza que UCD ha derrochado en su campaña vasca, como si también en Euskadi el partido de Suárez fuera la única garantía de supervivencia de un cierto modelo de sociedad, de unos ciertos intereses. Pero, sin embargo, de las tres confrontaciones, la más positiva para el Gobierno de UCD va a ser la de Euskadi. A pesar de las apariencias. El voto nacional Lo más sorprendente de los resultados electorales de Euskadi no ha sido que el voto radical abertzale haya seguido en aumento, si se entiende algo de lo que pasa allí, el clima de violencia y represión sobre un tejido social en crisis galopante. El triunfo de Herri Batasuna, hasta alcanzar un holgado segundo puesto, vuelve al resultado de la crispación y de la falta de alternativas más claras. Lo más sorprendente debería ser que en un momento de gravísima crisis económica, debida en buena parte a la estructura especialmente débil de la economía vasca, miles de víctimas del sistema hayan votado un partido como el PNV. ¿Por qué lo han hecho? En Euskadi, el 9 de marzo, el problema nacional se ha vuelto a sobreponer a cualquier otro. No se votaron programas, ni modelos de sociedad, ni salidas a crisis alguna. La inmensa mayoría de los vascos votaron a un partido que se dice interclasista y a una coalición típicamente populista que pone el radicalismo abertzale por encima de cualquier otra idea. Ni el PNV ni HB se entretuvieron durante la campaña en explicarles a los vascos otra cosa que simplificaciones que a estas alturas deberían estar ya superadas. Ambos colectivos se preocuparon más de exhibir su radicalismo nacionalista o de fabricarlo apresuradamente en el caso del PNV. Entre los partidos que han enarbolado un modelo de sociedad claramente de izquierda, el único que ha cosechado un aumento de votos ha sido Euskadiko Ezkerra, claramente apoyado por ETA (p. m.) durante la campaña. Los demás grupos de la izquierda o se han mantenido o han bajado puntos. Se trataba de las primeras elecciones netamente vascas de la historia de Euskadi y tal hecho ha pesado muy fuerte. Una dinámica nueva Pero los efectos reales del voto podrían ir por otro lado. El PNV va a gobernar solo o con alianzas bajo mano, con toda probabilidad. Será un gobierno vasco muy radical en los temas Opinión Que se vayan de una vez Dicen que a la Diputación General de Aragón le han dado 70 días de agonía. También dicen que en la Diputación General las cosas siguen como si nada, cada consejero, viceconsejero o director general con su sillón y su sitio en la nómina. Los presupuestos de ese organismo, en la caja fuerte y el Sr. presidente de Aragón de paseo por el Pirineo el fin de semana hablando del Canfranc. Mientras tanto, el trasvase se sigue preparando fuera de Aragón —y este año la sequía ha vuelto a diezmar los sembrados—, la General Motors va a empezar sus obras sin consultar a nadie y cada semana los empresarios aragoneses tiran a la calle a un puñado de obreros. ¡Ah!, y la Térmica de Andorra nos sigue regalando sus toneladas de azufre. Todo sería de risa si no fuera porque la gente, en las calles o en los pueblos, ya está muy desilusionada. Y eso que muchos ya nos reímos hace tiempo de Enrique Ortego estos «ministerios de Aragón» con cachirulo que el Decreto de Preautonomía — violentamente consensuado en Fraga hace dos años y poco más — entronó en Aragón. Pero se nos han acabado las carcajadas, y ahora somos también muchos los que pedimos la dimisión de todo este «Gobierno de Aragón» con su corte incluida. Si no valen para nada más, que se vayan. Todos. Porque ya nos hemos cansado de que nos salpiquen las miserias del posibilismo. Nos dolió hace tiempo que a la Asamblea de Parlamentarios se la enterrara, ahogando voces de algunos aragoneses muy válidos a los que habíamos votado para que estuvieran allí. Nos dolió que la escandalosa manera de elegir cargós y distribuir prebendas del «Primer Gobierno de Aragón» se enterrara con la discusión del Reglamento de Régimen Interior de la Diputación General. Una discusión a la que — una vez más — se iba con todo atado y bien atado. Y llegados aquí, vale la pena recordar el gesto amable de los autores de aquel Reglamento — la Asesoría Jurídica de la DGA — que dimitieron año y medio después porque no se les había vuelto a encargar nada más. (Y vaya esto también por aquellos — pocos — funcionarios transferidos o cooptados que aún pensaban algún día trabajar con ilusión en un organismo que poco o nada tenía que ofrecerles). Nos sigue doliendo que el pueblo aragonés no conozca las cuentas de un Organismo en cuya Vicepresidencia — y con un sueldo proporcional a semejante cargo — figura un notario residente en Madrid y terrateniente de Aragón, con un patrimonio declarado a Hacienda de 125.787.000 ptas. y con renta anual de más de 40 millones. O también que un Consejero — socialista — sea profesor extraordi- (pasa a la pág. 8) Las cosas se ven de otro modo en Euskadi. nacionales, y UCD va a tener más de un encontronazao por el contencioso de Navarra o la amplitud de los poderes de autogobierno previstos en el Estatuto. Pero será también — y sobre todo — un gobierno conservador y moderado de «fronteras» adentro, bajo la presidencia de un antiguo empresario que no obtuvo demasiados votos obreros en las elecciones al parlamento navarro porque en Pamplona se recuerdan bien sus posturas en huelgas como las de Eaton Ibérica o Mina, empresas que dirigía con mano férrea el hoy virtual lendakari Si UCD no se empeña en negar el pan y la sal a este gobierno — lo que iría diamentralmente en contra de sus intereses reales — , pronto podremos comprobar cómo el problema nacional, sin dejar de existir virulentamente, pasa a ocupar el plano que le corresponde para compartir el protagonismo con una lucha de clases entre vascos. Esa será la oportunidad de grupos como Euskadiko Ezkerra. Es difícil que lo sea para HB, porque una clarificación de los frentes podría acabar disolviendo la coalición como las nieblas del Aitzgorri. Pero no va a ser la oportunidad de PSOE o PCE si continúan atacando desde los «ghettos» de los inmigrantes fieles, porque en una dinámica nueva los obreros extremeños tendrán mucho más que ver con los obreros de Beasain que hasta ahora. Y el problema nacional de Euskadi no va a desaparecer. El abrazo, al caer En esta nueva partida podría ocurrir incluso que las fuerzas que auparon UCD como la solución a sus peligros durante la transición posfranquista comprendieran definitivamente que Euskadi es otra cosa (el domingo pasado quedó claro para siempre) y que mantener la UCD en el País Vasco es casi tan ficticio como exportarla a las legislativas francesas. UCD debe haberlo comprendido ya y se apresta a ofrecer sus servicios a Garaikoetxea, a pesar de que el origen franquista del colectivo que capitanea Suárez se resiste a aceptar que el problema nacional es menos importante, en última instancia, menos nuclear que el servicio a los intereses de clase. Dos o tres síntomas como la defenestración del sector «ormacista» (independentista) y el abrazo estará al caer. Aunque el precio sea Navarra, cosa que, de paso, vendrá muy bien a los navarros que ven en las clases populares vascongadas sus aliados naturales. Aunque el precio algún día tuviera que ser todavía mayor. Pablo Larrañeta max ^ milla ESPECIALISTAS en ALTA FIDELIDAD León XIII, 20 Tel. 21 13 71 COLCHONERIAS MORFEO COLCHONES DE TODAS LAS MARCAS, CANAPES, SOMIERES, CABECEROS DE LATON, NIQUELADOS ... LITERAS, CAMAS PLEGABLES. MUEBLE CASTELLANO Y MUEBLES POR ELEMENTOS. AMUEBLAMOS CHALETS Y APARTAMENTOS Las Fuentes; Dr. Iranzo, 58 dpdo. Tel. 41 97 18. Delicias; Uncete, 72. Tel. 33 41 35. Zaragoza. Pero servimos a todo Aragón. BAR BODEGA JOAQUIN «TODO A LO BESTIA» C./ D. Pedro el Católico, 3 Abierto a partir de las 6 de la tarde. Fines de semana, desde las 12 de la mañana. • ORINALES y LAVATIVAS de cerveza y vino. • PLATADAS de fardeles, conejos, quesos y jamones. ANDALAN 3