En el PSOE, de momento Entíerran las hachas de guerra La crisis del Partido de los Socialistas de Aragón (PSOE) ha comenzado a superarse después de los duros enfrentamientos que se produjeron entre «moderados» y «críticos», a raíz de la disolución de la Agrupación local de Zaragoza. Esa podría ser la conclusión extraída de la reunión celebrada por el Consejo Socialista de Aragón — el máximo órgano entre congreso y congreso — el pasado sábado. La marejada que había provocado el anuncio de que la comisión federal de conflictos había abierto cuarenta y cinco expedientes disciplinarios a los «críticos», se ha convertido en bonanza después de que éstos consiguieran una mayor participación en la dirección del partido. Las negociaciones del grupo de los antiguos militantes del PSA, con un peso decisivo en la ejecutiva regional, y el grupo de los «críticos» que encabeza Rafael Zorraquino, con un notable peso en las agrupaciones locales de Huesca y de Teruel, dieron resultado. Sólo si la comisión federal de conflictos tomara una decisión contundente, se rompería este acuerdo que, sin embargo, no ha sido visto con buenos ojos por los grupos de José Félix Sáenz, de los concejales del Ayuntamiento de Zaragoza y de los ugetistas. A la reunión, celebrada en el salón de conferencias de la Caja de Ahorros, asistieron unos sesenta delegados de agrupaciones locales, los miembros de la ejecutiva regional, los representantes aragoneses en el Comité Federal del PSOE e Isidro Guía y Angel Cristóbal Montes, en su calidad de parlamentarios, con voz pero sin voto. Elias Cebrián, secretario de relaciones políticas de la ejecutiva regional — procedente del colectivo