Andalán y las 8 artes liberales Plástica Breve y primaveral reseña del arte zaragozano Desde la segunda quincena del pasado mes está Zaragoza plagada de exposiciones de artistas aragoneses. Alguno, al aparecer esta croniquilla, ya habrá cerrado (Paco Simón ha cerrado con su exposición la galería más viva de la ciudad. Esperamos y deseamos que Pepe Rebollo vuelva a abrir su garito en un futuro próximo). Buscando un punto común en todas estas exposiciones llego a la conclusión de que el único posible es el de la contradicción (lo cual tratándose de Arte no es nada extraño) entre los distintos niveles lingüísticos de las obras, considerados, claro está, como parte de un lenguaje que, entre otras cosas, sirve para establecer un determinado tipo de comunicación entre el autor y el espectador. Veremos cómo las contradicciones existen a muy diversos niveles, cómo en unos casos serán inconscientes y en otros asumidas e incluso premeditadas y siempre, y en definitiva, simple excusa para hilvanar de alguna forma material tan diverso. Orús es una heroica contradicción con bigote por el mero hècho de vivir en Zaralonia y trabajar con continuidad y durante tantos años en esto de la pintura. La contradicción en su obra, a mi modo de ver, viene dada por la irreductible seriedad, por la absoluta falta de humor con que maneja una serie de medios (purpurinas, colores fosforescentes, cambios de iluminación) que por su especifídad y las connotaciones que conllevan más pare^ cen prestarse al distanciamiento irónico del pop que al tratamiento, de alguna forma trascendente, del informalismo. Iñaki, por su parte, continúa desarrollando una obra crítica en la que pone en cuestión la tecnifícada sociedad de nuestros pecados recurriendo a las técnicas gráficas más sofisticadas ¿Contradicción o coherencia? Ambigüedades del lenguaje artístico, como hemos dicho otras veces. LIBRERIA PLAZA DE ESPAÑA MAS DE LAS MATAS TORNILLOS AGRICOLAS CALIDAD 8.8. ARADO tornillera aragonesa, s.a. i ' SUMINISTROS INDUSTRIALES José Oto, 43 Teléf. 39 50 00 (4 líneas) ZARAGOZA-14 José Luis Cano en Librería Muriel José Luis Cano, con una exposición de ilustraciones al margen de su trabajo habitual de pintor, se plantea de forma directa (en el núcleo de trabajos más interesantes de la muestra) los problemas lingüísticos derivados de la utilización, en una misma unidad narrativa, de lenguajes infantiles tan diferentes como el oral y el plástico, manteniéndose, por un lado, fiel a sus características y procurando mediante una cuidadosa elaboración explicitar los contenidos. Fernando Navarro, como ya ha sucedido otras veces, pone en entredicho la política cultural de los organismos más o menos oficiales, al montar una exposición de escultura en la Barbasán (la sala pequeña de la Inmaculada) que da sopas con honda al batiburrillo de tibelots folklóricos e imaginería religiosa que atiborra la Luzán (la sala grande del Paseo). En esta exposición resuelve Navarro la contradicción pintura escultura con una obra minimalista, tan rotunda, fría e inteligente que no deja hueco para monsergas de esculto-pintura ni demás bodrios indefinidos que en este terreno han sido. No estoy de acuerdo con quienes consideran a Eduardo Salavera artista conceptual por su manera de enfrentar el paisaje. Sencillamente es un pintor consciente de lo que hace, capaz de compaginar teoría y ptáctica sin entrar en las tremendas contradicciones que algunos pretenden, y de pintar unos excelentes paisajes que nada tiene que ver con los paisajistas al uso. En el terreno formal resuelve cada vez con mayor fortuna la contradicción línea-color, que es un problema propio de la pintura y que, por su forma particular de hacerlo, nos traslada a otro problema típico del arte de nuestros días: el del binomio «representación de la naturaleza» y «naturaleza de la representación», en el que los problemas formales (de sintaxis) nos remiten a las relaciones entre significante y significado (que no es lo mismo que entre fondo y forma). En el mismo terreno se mueven Paco Simón y Ana Pérez Ruiz. El primero, quizás el más explícito, establece una clara dialéctica entre los dos conceptos agrediendo a la minuciosa representación de elementos naturales (hojas, mariposas) con la furia del trazo «natural» hasta lograr, en sus últimos trabajos, un espacio de Naturaleza no representativa sino paralela, un espacio en el que la maraña del gesto del pintor se corresponde perfectamente con la enmarañada vegetación de los sotos de Pastriz. Ana Pérez aporta el problema jugando premeditadamente la carta de la contradicción con la incisiva ironía de su perversa ingenuidad. Sus bucólicos collages exigen del espectador una lectura en vaivén producida por el desajuste entre lo representado y el material utilizado para ello, desajuste que hace que sus ornamentales composiciones se carguen de connotaciones irónicas sobre el ecologismo de salón y la consumista moda de la Naturaleza, con lo que se viene a demostrar (y esto vale para todos los casos) que la suma del conjunto de niveles semióticos de una obra es igual al nivel ideológico de esa misma obra. A. Gimeno Bibliografia aragonesa Es tanta la variedad y número de novedades de tema aragonés, que el apurado cronista decide hacer estos apresurados resúmenes para, al menos, cumplir con el lectór ávido de su noticia, y con su misma necesidad de darla. Breve apunte de dos tomos de la colección «Aragón» de Librería General de Zaragoza: los Temas de cultura aragonesa, de Julián Gállego, uno de los autores nuestros en recuperación. Como en otros casos, también aquí se trata de juntar excelentes artículos suyos en el «Heraldo», la mayoría sobre Aragón en el siglo de oro, y especialmente en las claves del XVII, que también conoce don Julián en arte, literatura, vida social. Páginas de turismo interior llenas de buen sentido y arcanos sabores y otros apuntes, hacen de esta lectura un auténtico placer casi olvidado. Otro título de esta colección es el Refranero Aragonés recopilado por Fernando y Ramón Zubiri que ya publicaron no hace muchos años uno estrictamente médico. Por extensión, ofrecen ahora cientos y cientos de refranes populares nuestros, de más enjundia que el mero folklorismo aparente. De muy importante, a pesar de su pequeña dimensión física, hay que calificar la aparición de los Versos y romances en ribagorzano, de Cleto Torrodellas, publicada por el Consello d'a Fabla y los de «La Aurora», de Estadilla, bajo el sello editorial de las Ediciones Porvivir. La introducción, notas y vocabulario han estado a cargo de Francho Nagore. Un día, pronto, habremos de abrir un buen debate so¬ bre este viejo tema que sigue en el aire: nuestra escasa, pero viva, literatura en aragonés... En la serie de libritos que edita el Instituto de Estudios Sijenenses, José A. Ferrer Benimeli publica el que fue su discurso de ingreso en el mismo, una lección magistral sobre Voltaire, Servet y la tolerancia que, además de mostrarnos el eco de nuestro gran paisano en la Francia del XVIII, contribuye a fijar la figura de Voltaire, cuyo centenario, como no podía ser menos, pasó aquí casi de tapadillo. Lean, los amantes de los tópicos, la «apología de la tolerancia» y, si son capaces de ello, reconsideren... Sigue la colección «Alcorces» su camino humilde y popular: Gentes de Mora de Rubielos es el apasionado homenaje de Julio Monzón Royo a su patria chica, adornado con sus propios dibujos a fina pluma. Y, finalmente, pero no en la cola, un gran libro sobre «su» pueblo es el de José Arbués Possat Fuencalderas en mi recuerdo, autoeditado en Barcelona: 200 páginas muy apretadas de datos, con secciones científicas, históricas, de gastronomía, juegos, costumbres... Todo un modelo para otros muchos pueblos nuestros... E. F. C. ¿Es posible un cine aragonés? Organizado por el Aula de Cine de la Universidad Complutense de Madrid, se celebró en dicha ciudad, del 10 al 14 de marzo, el «II Encuentro con el Cine de las Nacionalidades y Regiones». Se dedicó un día a cada cinematografía y por este orden: Castilla- León, Andalucía, Aragón, Galicia y Euskadi. La ausencia de Cataluña se debió al criterio de los organizadores de que la existencia, aunque raquítica, de una industria cinematográfica nacional, aconseja dedicarle unas sesiones exclusivas en fechas venideras. Asimismo la ausencia del País Valenciano, pese a ser uno de los pioneros de este tipo de cine, se debió al bache de producción que experimenta en estos momentos. Aragón estaba representado por las películas «Esta tierra...», de quien esto escribe, y «Pleito al sol», de Antonio Artero. Llegada la fecha de proyección de la primera no pudo llevarse a cabo por no existir todavía copia standar. Se sustituyó por el ya clásico documental «Monegros», de Antonio Artero. Este y Alejo Lorén mantuvieron una mesa redonda con el escaso público que asistió a la sesión. Escasa asistencia no sólo el día dedicado a Aragón, sino en todas las demás y es de destacar, tristemente, la poca presencia de aragoneses el día dedicado a su cinematografía: tan sólo 7 de los treinta y tantos espectadores lo eran. Estos encuentros han sido muy interesantes para constatar los intentos de realizar un cine en las nacionalidades y regiones del Estado Español; un cine con 12 ANDALAN 1