g'onesa la plaza Mayor del Pueblo Español, donde se instaló el Mercado típico aragonés, esta ves acompañadas de Sus Majestades los Reyes, que oyeron el pregón y visitaron detenidamente los puestos, comiendo las Infantas sendas sabrosísimas manzanas y guardando el Rey entre sus manos un ramo de té que le fué ofrecido por una vendedora. De otras visitas recordamos a las fiestas de Jota en la plaza del Pueblo Español, la del Excmo. Sr. Presidente del Consejo de Ministros, y de los Excmos. Sres. Capitán General de Cat ahina, Gobernador Civil de la provincia y Alcalde de Barcelona, Sr. Barón de Viver. Asimismo recibieron las rondallas y cantadores aragoneses la visita, en desfile por la plaza, de los pífanos y atabales suíbos, visita que les fué devuelta por los nuestros, reinando verdadera y efusiva cordialidad condensada en el abrazo en que se estrecharon el Director suizo y el de la Rondalla. El Orfeón Zaragozano obtuvo, además de su actuación en el Pueblo Español y Palacio de Proyecciones, clamoroso éxito ante la estatua del gran Clavé, acompañado de los coros catalanes del mismo nombre, y en Tarrasa, a donde fueron invitados y recibidos triunf alíñente. Es inevitable la crítica y a ella sometemos nuestras acciones todas, que cuando está inspirada en un ideal de mejoramiento y ejercida por quien con sus actos demuestra ser digno de criticar los ajenos, más es consejo que oposición hostil, y también en este aspecto nos sentimos orgullosos del resultado, pues al Sindicato han llegado de Zaragoza y de fuera, testimonios de gran valor por su procedencia y por el tono en que están expresados, que nos compensan con cre-i ees de la modesta, pero entusiasta aportación de nuestra entidad a la organización y desarrollo de los actos de la Semana Aragonesa, que han obtenido tan entusiasta acogida en Barcelona, contribuyendo al mayor conocimiento y prestigio de los valores de Aragón. • S. I. P. A. Discurso por D. Miguel Allué Salvador en el acto inaugural Señoras y señores: Ninguna región con más y mejores títulos que la nuestra para venir aquí, no ya en plan de amistad y camaradería, sino en plan de noble, de franca y de leal hermandad. Tal vez no sea necesario ; pero sí es en mí obligado recordar, en este momento solemne, que Aragón y Cataluña vivieron durante siglos bajo una misma corona, formando aquel poderoso Estado de la España Oriental, que fué una de las primeras potencias de la Edad Media. Mi satisfacción mayor en el día de hoy es saber que esta invocación de la regionalidad aragonesa no despierta el menor recelo en el ánimo de nadie, pues todos saben que nuestros esfuerzos están siempre dispuestos al sacrificio por el bien de la Patria. Constituye para mí un gran honor llevar la voz de la Región aragonesa en esta solemne fiesta inaugural. Y uno de los primeros deberes que tengo que cumplir es el de dirigir un saludo afectuoso y cordial a las dignas autoridades de Barcelona, singularmente al señor Alcalde, por la favorable acogida que todos nos han dispensado como embajadores de la tierra aragonesa. Esta Semana, con ser tan interesante por su contenido, lo es mucho más si se considera que a la exaltación de los valores de nuestra tierra se junta nuestro deseo de dar una muestra colectiva de cariño a la obra grandiosa que representa este Certamen y a sus ilustres organizadores. Para esto han venido y vendrán en días sucesivos delegaciones autorizadas de las Diputaciones, de los Ayuntamientos, de las sociedades deportivas y de turismo, de las entidades culturales y mercantiles, de todas aquellas organizaciones que significan fuerza y vida en Aragón. De un modo singular quiero destacar la presencia en este acto del Sindicato de Iniciativa de Aragón, que con tanto entusiasmo trabaja por el desarrollo del turismo en nuestra tierra, y la de los Centros aragoneses de Barcelona, para los que guardo una preferente simpatía, porque me doy cuenta del sentimiento de nostalgia quedos envuelve, viéndose alejados de los linderos de nuestra región querida. Sobre el hecho, de haberse organizado aquí el "Pueblo Español", España entera se ha pronunciado entusiasmada. Sobre la circunstancia de haber en él monumentos tan nuestros, como la torre de la iglesia de Utebo, la Casa Consistorial de Valderrobres y los más típicos caserones de Graus, Fraga, Sos del Rey Católico, Sariñena, Alcañiz, Borja y tantas otras localidades aragonesas, se pronuncia hoy nuestra región pictórica de agradecimiento. Aragón felicita efusivamente al señor Marqués de Fo¬ ronda, Director de la Exposición Internacional, y a todo el Comité organizador de la misma por el éxito de este Certamen, prueba palpable de la vitalidad de España, y de la actividad de Cataluña, y alarde insuperable de riqueza y de trabajo. Satisfechos podéis estar del éxito logrado. A cooperar en él, en la medida de sus fuerzas, vienen hoy los hijos de Aragón. Cervantes, que tan bellas cosas dijo de la ciudad de Barcelona, y al que no guardamos los aragoneses el menor rencor, porque al enviar a Don Quijote de Castilla a Cataluña, pasara en silencio las tierras de Aragón, comprendiendo que los aragoneses, enamorados del sentido común, hubieran fundido al Ingenioso Hidalgo y a su famoso escudero en una sola figura, por no concebir separadas esas dos mitades del género humano, me brinda una descripción, que quiero parafrasear, diciendo que aquí han venido y vendrán, en días sucesivos, los que beben las aguas del ancho y caudaloso Iberus ; los que templaron sus armas en las corrientes sosegadas del Jalón y del Quedes ; los que allá, en el Pirineo, esmaltan el ambiente nevado de sus montañas, con los ecos de las dulces y sentimentales canciones de Ansó ; los que en las llanuras de Monegros viven, resignados y aun gozosos, sumergiendo su mirada en el dorado mar de sus trigales; los que juntaron en un único deleite la vista y el gusto, cultivando amorosamente las frutas sanas y exquisitas, como sanas y exquisitas son las mejores de aquella tierra ; los que en las tierras de Huesca tremolaron de una vez para siempre la bandera de un raza fuerte y vencedora; los que en las calles y en las casas solariegas y en los templos de Teruel vivieron el poema de amor más lindo y delicado que han conocido los siglos ; los que en los muros de Zaragoza esculpieron con su sangre la epopeya heroica de la libertad y de la independencia de la Patria; los que vieron su tierra sublimada con los resplandores del cielo, desde aquella noche memorable en que la Augusta Madre de Dios se dignó posar su planta en la ribera del Ebro; todos están aquí presentes o representados, para ofrendaros' su admiración y, lo que vale más, su simpatía y su afecto. No podía faltar en este conjunto la corte de nuestros artistas, escritores, poetas, músicos, periodistas, conferenciantes y hombres de estudio en general, que también han querido venir para ofreceros las galas de su ingenio. Punto culminante de esta Semana Aragonesa ha de ser la Jota, ese canto bravio que todas las regiones de España 207