La plaza del Reyno. — En su ambiente diciochesco, que cada día es disminuido por la desaparición de edificios y calles (recordemos la del Conde de Alperche) se levanta acogedor el casal de la Real Sociedad Económica. Real Sociedad Económica. — Gabinete de Física, Fisiologia e Historia natural. Reducido hoy, fué modelo en su tiempo para otros posteriores en los centros docentes de Zaragoza. ciones al mundo del Trabajo. En ellas es donde podemos buscar los orígenes de la verdadera Escuela del Trabajo moderna; pero en íntimo contacto con la producción activa, procurando darle mayores alientos, creando premios para los que más se distinguieran en la incorporación de sus procedimientos de producir, a las nuevas normas, en una incipiente posibilidad de racionalización industrial. La agricultura, las artes bellas e industriales y el comercio, fueron los tres puntos de vista esenciales para las Económicas. Pugnando por conseguir singulares aciertos en los tres órdenes, consumieron gran parte de su vida; y si no podemos añadir que lograron por completo sus propósitos, debido a circunstancias peculiares de la gobernación del Estado, que nos indujeron poco más tarde a gloriosos heroísmos, pero a días tristes de abatimientos y sinsabores, no es menos cierto que, aquellos surcos abiertos en el país, fueron fecundos en abigarradas perspectivas, al incrementar cultivos, industrias lócales, que en nuestros días la gran industria no ha sabido respetar, y cuyos restos sirven de incentivo curioso del turismo y diríase que de exótico tipismo comarcano dentro de las grandes regiones, cada vez más iguales, con menos altibajos de fisonomía peculiar, en ese incesante movimiento de universalización, que ya desconoce las más inexpugnables barreras fronterizas. Hablar de la Económica Aragonesa, del ambiente entusiasta que encontró en este Reino, cuando el i.0 de marzo de 1776 celebró su Junta de constitución, es recordar los sedimentos de raigambre honda y recia que los estudios e intentos económicos y su ordenación, tenía en el fondo de su cultura y de su política (1). Fueron el marqués de Ayerbe y el ilustre canónigo don Juan Antonio Hernández de Larrea, los que habiendo observado las ventajas que al bien público reportaba la Económica Matritense, recientemente creada, intentaron la erección de nuestra Sociedad. Pronto encontraron entusiastas colaboradores. En torno a la feliz iniciativa se agruparon los Condes de Sástago y de Sobradiel, D. Miguel Muñoz de Pamplona, D. Silvestre Lario, el conde de Torresecas, D. Ramón de Pignatelli y D. Miguel Franco de Villalva, además del Ayuntamiento en pleno, que solicitaron del monarca Carlos III la autorización conveniente para el establecimiento de la Sociedad, y en 23 de enero de 1777 eran aprobados los Estatutos por R. C. El catálogo de los primeros socios es una serie de ilustres personalidades aragonesas de aquel tiempo, tanto de la nobleza de sangre como de la aristocracia de la cultura (2). En el apartado 2.0 del título i." de los Estatutos, se encuentra compendiado el objeto y el fin de la Sociedad: "Su instituto es conferir y producir las memorias para el fomen- (1) Asso: Historia de la Economía Aragonesa. Herranz y Lain: Estudio crítico de los economistas aragoneses (notas para un). Memoria premiada por el Ateneo de Zaragoza en el año 1884, con el premio donado por la Sociedad Económica Aragonesa. (2) Estatutos aprobados por S. M. para el Gobierno de la Real Sociedad Económica Aragonesa. Imp. de Luis de Cueto, año 1777, págs. 47 a 78. to de la Agricultura y cría de ganados, mejorar las artes y oficios con las máquinas y secretos de ellas ; facilitar las maniobras y su enseñanza, y con el auxilio de éstas, promover el comercio del Reyno de Aragón aplicando a ello sus conatos" (i). Desde este momento las actividades de la Económica fueron provechosas para la Región. Las casas consistoriales fueron su primer domicilio hasta que, trasladado el Real Seminario de San Carlos al Colegio mayor de la Compañía de Jesús, la espléndida morada de la plaza del Reino se convirtió en la sede de nuestra Sociedad. En sus primeros tiempos sienta las bases para plantear la Escuela de Agricultura, la de Química, la de Botánica, Matemáticas y Economía Política, comprendiendo perfectamente que eran el porvenir de nuestros agricultores, de los industriales y hasta de los hombres de ciencia, que debían formarse bajo su amparo. Con peculiar atención se ocupaba también, en inquirir las ventajas de algunas manufacturas de Aragón y su manera de fomentarlas, como las de ligas de estambre en el lugar de Fortanete, listonería de lino, lana y algodón, acopiando muestras, examinando precios, comprando telares y ensayándolos minuciosamente, fundando escuelas de hilar al torno donde se educaban número considerable de muchachas pobres. Los rasgos generosos de aquellos varones insignes que formaron las primeras filas de los Amigos del País, dan a estas enseñanzas poderosos auxiliares. El Deán Larrea crea el Jardín Botánico, que más tarde pasó a la Universidad Literaria ; laboratorio químico con todos sus útiles necesarios, y los aparatos de Física, que más tarde fueron aumentados gracias a la munificencia del marqués de Ayerbe. Pronto se formó también selecta Biblioteca, enriquecida constantemente por desprendidos donativos. Pero en donde se corona esta obra primera de la Sociedad, es en la Escuela de Dibujo, en donde la generosidad y actividad del ilustre D. Juan Martín de Goicoechea, realizó verdaderos prodigios, pues en cinco meses organizó esta enseñanza, dándole alojamiento, comprando modelos e inspirándola y siendo su principal alentador. También la Sociedad se preocupó hondamente de la formación de un Museo de Antigüedades y su famoso monetario y colección de medallas antiguas. El 7 de enero de 1791 se dió una R. C. redactada por la Secretaría de Estado y la Colecturía de Expolios, por la que se dota a la Escuela de Dibujo con diez maravedís por cada cien, en todos los propios del Reino de Aragón, que hacían treinta mil reales de vellón (2). "Y en 17 de abril de 1792, a propuesta de la Sociedad, se eleva la Escuela de Dibujo a "Academia Real de las Artes con el nombre de San Luis" (3). Fué constante preocupación de la Económica el problema (1) Op, cit., pág. 7. (2) Arch. de la Soc. Económica Aragonesa. (3) Arch. de la Soc. Económica Aragonesa. £3