Seguidamente dijo el señor, Loscertales que había hablado ya con el Cabildo y que éste le prometió su ayuda. Se estudiará también si conviene resucitar aquel proyecto de loteria con un primer premio a base de una valiosa alhaja del joyero del Pilar. Por otra parte, la Junta de Peregrinaciones, estudiando la imposición de una pequeña tributación, una peseta por peregrino, podrá recaudar mucho dinero en el plazo de los cinco años que se determinará, para dejar ultimado el proyecto. Lo esencial es que el pueblo de Zaragoza quiera que se realice esta obra, y, dirigiéndose al público de la tribuna, pregunta : ¿ Queremos ir a la realización de este proyecto ? Unánimemente se contesta que si. Y damas y caballeros de las tribunas, los concejales todos puestos en pie, prorrumpen en grandes vivas a España, a Zaragoza, a la Virgen del Pilar, y se escuchan ruidosas ovaciones. El señor Loscertales : Se va a constituir una comisión que labore eficazmente y sin descanso. Aqui tenemos al alcalde, señor López de Gera, hombre joven, de gran talento, muy amante de Zaragoza y de la Virgen del Pilar, que actuará como presidente de esa comisión, integrada también por el arquitecto señor Borobio y el concejal señor Pala. Y terminó con un ¡ Arriba Zaragoza !, que es tanto como decir ¡ Arriba España ! El señor Grasa : Habla para señalar otro de los aspectos patrióticos, sentimentales, que tendrá en el porvenir esta Avenida de Nuestra Señora del Pilar, ya que en ella se ha de instalar el "Altar de la Patria", monumento dedicado a todos los caídos en esta lucha. El Alcalde : Después de las palabras escuchadas, quiero empezar diciendo al delegado de la autoridad militar : "A la orden de usted". Porque aquí estamos todos dispuestos a laborar por Zaragoza, y más ahora que hemos tenido la satisfacción de que el público se haya unido a este deseo del Ayuntamiento. Si realiza este proyecto habrá hecho más que ningún otro por la ciudad. Tiene el proyecto, aparte la importancia material, dos de alta espiritualidad, como son el que será escenario del "Altar de la Patria" y fomentará el culto a la Virgen. Además atraerá la ciudad hacia el Pilar, hacia el río Ebro. Y Zaragoza o es la plaza del Pilar o no es nada. Ahora bien, la obra tenemos que realizarla entre todos, hasta lograr que la plaza de las Catedrales sea el centro de todas las peregrinaciones. Por último dice que él no es más que un zaragozano dispuesto a trabajar cuanto sea posible por la ciudad, para así ser digno de haber nacido en ella. ¡Señores!, por la Patrona de Aragón, ¡Viva Zaragoza! y ¡ Viva España ! Nuevamente espectadores y concejales, puestos en pie, contestan los vivas con entusiasmo y ovacionan al alcalde. Por aclamación, y con el concurso del pueblo zaragozano, queda aprobado el proyecto de Avenida de las Catedrales. LA AVENIDA DE LA VIRGEN DEL PILAR M emoria presentada por el Arquitecto Sr. Borobio La idea de enlazar por una gran avenida las plazas del Pilar y de la Seo no es nueva. Ha sido aspiración de muchas generaciones anteriores a la nuestra. Esa aspiración se concretó el año 1916 en un proyecto, redactado por la Asociación de Arquitectos de Zaragoza en colaboración con el arquitecto niunicipal, señor Yarza. La zona afectada por ese proyecto era la comprendida entre las dos plazas, y se esbozaba la posibilidad de que más adelante se ampliase hasta San Juan de los Pañetes, Las razones que se aducían entonces a favor de la reforma subsisten hoy y son: 1. a Facilitar la comunicación entre las dos plazas y proporcionar cauce adecuado a la intensa circulación rodada ,que se hace por la angosta calle del Pilar. 2. a Realzar, en marco apropiado a su grandeza y mérito artístico, monumentos arquitectónicos tan importantes como las dos Catedrales y la Lonja. 3. a Crear un gran espacio libre en el que puedan desarrollarse, con el desahogo necesario, actos colectivos de carácter popular o religioso en los que intervengan grandes multitudes. 4. a Ofrecer al visitante forastero agradables perspectivas urbanas en las zonas que ha de recorrer en primer término y con preferencia. Estas razones, que hace veinte años justificaban la reforma, se han intensificado hoy por el aumento evidente del tráfico y, principalmente, por el renacimiento que visiblemente se observa en la devoción nacional hacia el primer santuario mariano, que ha de traducirse en una mayor afluencia de grandes peregrinaciones. Como consecuencia de las mociones que, recogiendo esta aspiración popular, han tenido el acierto de presentar al excelentísimo Ayuntamiento varios señores concejales y la muy ilustre Comisión de Eomento, se ha redactado en las oficinas técnicas municipales el presente anteproyecto. Características del trazado. La nueva vía abarca todo el espacio comprendido entre la Seo y San Juan de los Pañetes, con un ancho igual al de la plaza del Pilar, frente al templo. Su longitud es de 480 metros y su latitud de 58 metros. Por el lado del Pilar se prolonga la alineación de este templo ; por el lado opuesto se mantiene la del edificio de! Pasaje. Quedan ligeramente retirados de la primera alineación los edificios de la Lonja, el Seminario y el Palacio Arzobispal. Se prevé la posible prolongación del paseo de la Independencia, el eje de la cual se ha obtenido, como en el proyecto del señor Zuazo, uniendo el extremo del eje del paseo actual en la plaza de la Constitución, con el punto medio de la distancia entre el Pilar y la Lonja. Ventajas de esta solución, sobre la prolongación geométrica del eje del paseo actual son las siguientes : se consigue aumentar la separación entre la nueva calle y la de D. Jaime, que, con la prolongación geométrica, quedan excesivamente próximas ; se obtiene una buena perspectiva de la nueva calle, colocando en su final un edificio adecuado, que ocupe el solar resultante entre el Pilar y la Lonja. El Pilar queda aislado lateralmente por dos calles de 25 metros de anchura. Otra igual separa la Lonja del nuevo edificio situado entre ésta y el Pilar, y se mantiene la calle de D. Fernando el Católico. Por el lado opuesto desembocan en la nueva Avenida las calles de D. Jaime I, prolongación de Independencia, Forment, Alfonso I y Convertidos. Entre la nueva Avenida y San Juan de los Pañetes se establece una calle de 15 metros, que une el paseo del Ebro con la plaza de Lanuza y calle de la Manifestación. Del otro lado de esta calle queda una pequeña plaza, rodeada de San Juan de los Pañetes, el torreón de la Zuda y la muralla romana. Un pórtico, continuación de los porches de los edificios nuevos, separa la Avenida de esta plaza de San Juan, produciendo un cierre agradable en la perspectiva de aquélla y aislando este pintoresco rincón de carácter arqueológico. La necesidad de obtener solares adecuados a las importantes edificaciones, que en la nueva vía deben alzarse, lleva consigo extender la reforma hasta la línea de las calles de Santiago y Prudencio. La calle de Santiago se amplía a diez metros de anchura. La de Prudencio se rectifica con esta misma anchura. Se 227