Iglesia del Pilar en Nueva York suprimen las calles de Danzas y Flores y se prolonga la calle de la Virgen hasta la nueva Avenida. La calle de Antonio Pérez se amplía con la desaparición de las casas de los números pares, para dejar al descubierto la muralla romana y el torreón de la Zuda. Desaparece la plaza de San Antón y se obtiene un magnífico solar, apropiado para emplazamiento del mercado de verduras, en proyecto. En la parte de la plaza de la Seo se expropian solamente las fincas necesarias para la nueva edificación, respetando las rasantes de la manzana, entre las que se encuentra la Casa de la Maestranza. Disposición de andenes y calzadas La presente vía participa del carácter de calle y del de plaza. Es calle en cuanto sirve para conducir el intenso tráfico entre el puente de Piedra y el centro de la ciudad ; es plaza, como lugar donde habrán de congregarse grandes multitudes. Se ha tenido presente este doble carácter al proyectar las calzadas y andenes de la nueva vía. Una acera de cinco metros de ancha, con platabandas para una fila de árboles, corre a lo largo de los edificios fronteros al Pilar. Junto a esta acera se establece una amplia calzada, de 15 metros de latitud, capaz para tres circulaciones de vehículos en cada sentido. El espacio restante, hasta la alineación del Pilar, queda reservado a los peatones. Con esta disposición se aleja el tráfico del templo y se obtiene una gran zona para movimiento de peatones, sin los peligros de la circulación rodada. Esta zona se distribuye de la siguiente forma: dos fajas arboladas laterales, dos andadores, para el paso de procesiones ordinarias y, en el centro, una faja de jardines, cuyo nivel deberá ser más bajo que el de los andadores, para dar lugar a una mayor visualidad del trazado de jardinería. La zona de peatones se interrumpe por calzadas de diez metros, correspondiendo con las calles que salen al paseo del Ebro. 1 Frente a la prolongación del paseo de la Independencia se deja un amplio espacio para estacionamiento de coches. Arquitectura de las nuevas edificaciones. Gran importancia ofrece este aspecto del anteproyecto que nos ocupa, hasta el punto de que de nada serviría un buen trazado en planta, si las fachadas de las edificaciones no siguiesen otras normas que el gusto de sus dueños o de sus arquitectos. Los nuevos edificios deben cumplir las siguientes condiciones : Armonizar con los templos del Pilar y de la Seo y con los edificios de la Lonja, Seminario y Palacio Arzobispal. Constituir marco apropiado para estos edificios antiguos, de manera que su belleza quede realzada, nunca eclipsada por las nuevas edificaciones. Formar un conjunto urbano, para lo que es preciso que no se conciba cada casa aisladamente, con la tendencia, hoy en boga, de procurar destacar lo más posible de la casa vecina. Todo lo contrario : los constructores de edificios nuevos en la Avenida deberán sujetarse a normas muy rígidas en cuanto al aspecto exterior de los mismos. Para conseguir esto se propone que las fachadas de las nuevas edificaciones se ajusten exactamente a las normas que apruebe el Excmo. Ayuntamiento, como resultado de un concurso nacional entre arquitectos. Este concurso tendría por objeto proyectar con todo detalle el alzado de cada uno de los frentes de la Avenida y fijar las condiciones acerca de diversos extremos, tales como número de pisos, alturas de los mismos, disposición de los porches, vuelos de cornisas, clases de materiales, etc., etc. Este concurso permitiría obtener la colaboración de todos los arquitectos españoles, en beneficio del mayor acierto de la obra que se proyecta. En cuanto a los edificios públicos que puedan alzarse en la misma vía, tal como el del solar situado entre el Pilar y la Lonja, deberán construirse con arreglo a proyecto elegido mediante concurso, buscando la misma finalidad del mayor acierto, y teniendo en cuenta la gran dificultad que presenta proyectar un edificio en este emplazamiento, que no desentone de los edificios contiguos y que no perjudique a la visualidad de los mismos. Con las normas esbozadas podría llegarse a obtener un conjunto urbano que mereciera el nombre de tal y se habría legado a la ciudad un marco incomparable para toda clase de manifestaciones populares y religiosas. No falta tradición de esta clase de obras en nuestras ciudades : las plazas mayores de Salamanca y Madrid, la plaza de Chodes, en nuestra región y, en nuestra ciudad, la calle de Alfonso y el lado de los porches del paseo, antes de que recientes edificaciones rompieran su armonía, son ejemplos, entre otros muchos, de urbanización y cooperación ciudadanas, que tenemos el deber de imitar, interrumpiendo definitivamente el período de anarquía constante que caracterizó el final del siglo pasado y todo lo que llevamos de éste. II Se ha formulado un avance de presupuesto de la reforma, teniendo en cuenta las diversas partidas de gastos e ingresos para obtener, por diferencia, el déficit inicial de la misma. La superficie total a expropiar es de 39.731 metros cuadrados y el coste total de 10.915. 62o'70 pesetas, lo que supone un precio por metro cuadrado de 274*74 pesetas. En este estudio se ha preferido calcular por exceso y así se demuestra comparando este precio por metro cuadrado con el previsto por el Arquitecto señor Navarro en el proyecto de la calle de la Yedra, que es de 244*44 pesetas y que se ha visto reducido en la práctica, y con el que resulta en el proyecto de prolongación del paseo del arquitecto señor Zuazo, que es de I95'52 pesetas. Debe advertirse que en este último proyecto se han seguido las normas marcadas por la Ley de 18 de marzo de 1895, de saneamiento y mejora interior de grandes poblaciones, que fija tipos muy inferio- 228