SABEMOS que van siendo pocos log mozos aragoneses que, de regreso del monte o de la huerta, entran en su pueblo cantando una jota al compás del andar pausado de las caballerías que montan. Hoy por las calles de las aldeas oímos "corridos mejicanos", el "bayón" y otras cosas no menos intrascendentes, perfectamente entonadas por una juventud lista a recordar canciones exóticas y música de pacotilla; todo, menos los acentos viriles de la jota aragonesa, que brotan de gargantas fuertes y de almas recias y orgullosas de sus cantares propios. Se olvida la jota como expresión popular compañera de la vida cotidiana desarrollada en el campo, y se la sustituye con melodías intrascendentes y dulzonas, sólo aptas para solaz de espíritus febles y gusto decadente. Pero la jota aragonesa, aunqyg. desplaçaria del -ambiente que constituía su reino, no "lía decaído; muy al contrario. La jota aragonesa vive pujante, cobrando mejores galas y atrayendo mayores atenciones. ¿Dónde? En nuestras principales ciudades. En Zaragoza mismo, en la capital de Aragón viene mereciendo culto intenso, inteligentemente servido, entusiásticamente desarrollado, patrióticamente propulsado. La jota, enriquecida con bellos atavíos de giros tradicionales artísticamente remozados, ha escalado la tribuna de los centros científicos, ha colmado los espectáculos públicos en las fiestas solemnes y ha triunfado en cuantas exhibiciones contemplaron selectas concurrencias de extranjeros. El trono en que asienta su poder, es el que en honor suyo alzan ahora literatos insignes, organizaciones patrióticas, núcleos laborales y profesionales destacados. Pero esta loable conjunción de fuerzas eminentemente sustentativas e impelentes, tienen un factor básico que otorga saber y buen método a la afición que la cultiva: la Escuela Oficial de Jota que, patrocinada por el Excelentísimo Ayuntamiento de Zaragoza, procura y rige la enseñanza integral del canto y danza de este famoso aspecto del "folklore" patrio. * * « Hemos visto... el nuevo local que nuestro Excmo. Ayuntamiento ha dispuesto para la Escuela Oficial de Jota zaragozana. Ocupando la planta segunda de un moderno edificio de las calles de San Vicente de Paúl y de San Lorenzo, con la sencillez propia de un centro de enseñanza popular, pero con la disposición exigida por las reglas pedagógicas de este orden de disciplinas, aparecen abiertas a los escolares una serie de aulas que al atardecer se llenan de una muchedumbre de chicos y chicas, que bulliciosas acuden y con atencióh singular oyen, observan y ejecutan, cuantas prácticas disponen sus maestros. El local vibra en rasgueos de guitarra, cantas vacilantes de voces incipientes y de ritmo acompasado de castañuelas que giran con el cuerpo en las múltiples evoluciones que impone la danza.. „ . • _ Aquí, en una clase, una muchachita entona una coola con buen esMIo baio la mirada de veinte compañeras absortas en la lección, y el cuidado de su profesora, doña Jacinta Bartolomé que. pulsando la guitarra, guía a la ejercitante por el sendero de las perfecciones. Allá, un coro mixto acompaña los solos de una linda canción, "La Molinera", de Samper de Calanda, cantados por una niña de voz bien timbrada, mientras el maestro Vázquez, al piano, conjunta a los noveles artistas. En la clase más apartada y amplia, el director de la Escuela, don Jorge Sánchez Candial, aparece rodeado de una verdadera orauesta de guitarras, bandurrias y laúdes, que ensayan consecuentemente los distintos acompañamien- Una fiesta de Jota tos que dan forma a la jota y las composiciones que ejecutan las rondallas en sus pasacalles y conciertos. El maestro Aráiz inicia a los más adelantados en la historia de la Jota, mientras el maestro Salvador asume la paciente gestión de la enseñanza del primer curso de solfeo, complementado por el segundo, a cargo del profesor señor Tello. En una sala del espacio central, doña Isabel Zapata infunde alientos, dicta evoluciones, señala ademanes y posturas clásicos, movimientos ajustados a la estética que la danza precisa, para hacer de sus discípulos los buenos bailadores de jota que mañana aplaudiremos. Nuestra Corporación Municipal, encariñada con esta obra francamente simpática, ha confiado su delegación al concejal don Francisco Sanz, y ha destinado un funcionario, -dón-c^na^l^Es^^a/j.paria ei mejor 'orden . administrativo de este eficiente centro de enseñanza. Labor nada fácil, en determinados momentos, dado el incesante deambular de familias acompañantes y discípulos acompañados que pueblan el vestíbulo, por el que cruzan en tromba y con vocerío inconsciente que mueve a risa, los 191 matriculados que aspiran, sencillamente, a ser joteros. Espectáculo que llenaría de gozo a los enamorados y amigos fervientes de nuestro canto y baile regionales, porque de ese juvenil torbellino, de ese profesorado ■serio y competente, y de ese local bien presentado y grato, ha de alcanzar la jota aragonesa vida relevante y perenne y la expansión y nivel artístico que reclaman su historia y su racial orgullo. , EN CEL NOTAS TURÍSTICAS "Diario de Lisboa" publicó recientemente un artículo elo.giando ios servicios que prestan Jas,, oíicinas dependientes de la Eárección General de Turismo. El articulista describe las faci'idades eme en ellas encuentran los turistas extranjeros, suministrándoles cuantos informes necesitan. "No debe .ser posible -—añade— encontrar hoy en parte alguna del mundo itinerarios tan completos y extensos como los facilitados por las Oficinas españolas de Turismo, por precios tan módicos". Pone de relieve asimismo, el articulista que la vida en España está mucho más barata que en ninguna otra parte y que es uno de los mayores alicientes para que los turistas extranjeros tenga preferencia por nuestro país. * * * Uña feria del vino español se celebró en Dublín, la capital irlandesa, del 2 al 4 de septiembre. En la feria, que era la primera que se celebraba en Irlanda de vinos y licores españoles, participaron 24 empresas, entre casas irlandesas de importación y exportadores españoles. Se celebró en la Maison House, donde el año pasado tuvo lugar una exposición de vinos franceses. Diariamente se dió ocasión de degustar los productos, no sólo a los miembros del comercio sino al público en general. Posteriormente se ha organizado un concurso para premiar a los dos irlandeses, que como consecuencia de su visita a la Feria, presenten la mejor información sobre el origen y la calidad de los vinos españoles. El premio consiste en obsequiar a los dos triunfadores con un viaje turístico por España durante quince días, en la primavera de 1954.