(Tarso, 5 - 67)
"Pablo de Tarso, de nombre judío Saulo de Tarso o Saulo Pablo, y más conocido como san Pablo (Tarso, Cilicia 5-10 d. C.-Roma, 58-67), es llamado el «Apóstol de los gentiles», el «Apóstol de las naciones», o simplemente «el Apóstol». Fundador de comunidades cristianas, evangelizador en varios de los más importantes centros urbanos del Imperio romano tales como Antioquía, Corinto, Éfeso y Roma, y redactor de algunos de los primeros escritos canónicos cristianos incluyendo el más antiguo conocido, la Primera epístola a los tesalonicenses, Pablo constituye una personalidad de primer orden del cristianismo primitivo, y una de las figuras más influyentes en toda la historia del cristianismo. Del análisis de sus epístolas auténticas, surge que Pablo de Tarso reunía en su personalidad sus raíces judías, la gran influencia que sobre él tuvo la cultura helénica y su reconocida interacción con el Imperio romano, cuya ciudadanía en el decir del libro de los Hechos de los Apóstoles ejerció. Pablo se sirvió de este conjunto de condiciones para fundar varios de los primeros centros cristianos y para anunciar la figura de Jesucristo tanto a judíos como a gentiles. Sin haber pertenecido al círculo inicial de los Doce Apóstoles, y recorriendo caminos marcados por incomprensiones y adversidades, Pablo se constituyó en artífice eminente en la construcción y expansión del cristianismo en el Imperio romano, merced a su talento, a su convicción y a su carácter indiscutiblemente misionero. Su pensamiento conformó el llamado cristianismo paulino, una de las cuatro corrientes básicas del cristianismo primitivo que terminaron por integrar el canon bíblico. De las llamadas epístolas paulinas, la Epístola a los romanos, la Primera y la Segunda epístola a los corintios, la Epístola a los gálatas, la Epístola a los filipenses, la Primera epístola a los tesalonicenses y la Epístola a Filemón tienen en Pablo de Tarso su autor prácticamente indiscutido. Ellas son, junto con el libro de los Hechos de los Apóstoles, las fuentes primarias independientes cuyo exhaustivo estudio científico-literario permitió fijar algunas fechas de su vida, establecer una cronología relativamente precisa de su actividad, y una semblanza bastante acabada de su apasionada personalidad. Sus escritos, de los que han llegado a la actualidad copias tan antiguas como el papiro 46 datado de los años 175-225, fueron aceptados unánimemente por todas las Iglesias cristianas. Su figura, asociada con la cumbre de la mística experimental cristiana, resultó inspiradora en artes tan diversas como la arquitectura, la escultura, la pintura, la literatura, y la cinematografía y es para el cristianismo, ya desde sus primeros tiempos, una fuente ineludible de doctrina y de espiritualidad."
"Paul the Apostle (c.5 c.64/67 AD), commonly known as Saint Paul and also known by his Hebrew name Saul of Tarsus, was a Christian apostle (although not one of the Twelve Apostles) who spread the teachings of Jesus in the first-century world. Generally regarded as one of the most important figures of the Apostolic Age, he founded several Christian communities in Asia Minor and Europe from the mid-30s to the mid-50s AD. According to the New Testament book Acts of the Apostles, Paul participated in the persecution of early disciples of Jesus, possibly Hellenised diaspora Jews converted to Christianity, in the area of Jerusalem, prior to his conversion. In the narrative of Acts, Paul was traveling on the road from Jerusalem to Damascus on a mission to "arrest them and bring them back to Jerusalem" when the ascended Jesus appeared to him in a great bright light. He was struck blind, but after three days his sight was restored by Ananias of Damascus and Paul began to preach that Jesus of Nazareth was the Jewish messiah and the Son of God. Approximately half of the Book of Acts deals with Paul's life and works. Fourteen of the 27 books in the New Testament have traditionally been attributed to Paul. Seven of the Pauline epistles are undisputed by scholars as being authentic, with varying degrees of argument about the remainder. Pauline authorship of the Epistle to the Hebrews is not asserted in the Epistle itself and was already doubted in the 2nd and 3rd centuries. It was almost unquestioningly accepted from the 5th to the 16th centuries that Paul was the author of Hebrews, but that view is now almost universally rejected by scholars. The other six are believed by some scholars to have come from followers writing in his name, using material from Paul's surviving letters and letters written by him that no longer survive. Other scholars argue that the idea of a pseudonymous author for the disputed epistles raises many problems. Today, Paul's epistles continue to be vital roots of the theology, worship and pastoral life in the Latin and Protestant traditions of the West, as well as the Eastern Catholic and Orthodox traditions of the East. Paul's influence on Christian thought and practice has been characterized as being as "profound as it is pervasive", among that of many other apostles and missionaries involved in the spread of the Christian faith."